Robledillo de Gata
Declarado por la Junta de Extremadura “Conjunto de Interés Cultural”
El pueblo es pequeño. Llegó a superar los 800 habitantes en el s. XVII, su época de mayor población, hoy apenas llega a los 200,
Dicen que Robledillo de Gata es uno de los pueblos más bonitos de esta comarca y probablemente lo sea.
De hecho, parece un lienzo al aire libre, un precioso cuadro que algún avezado pintor dibujó en su día para plasmar el encanto de la arquitectura popular serrana.
Su situación, en la cabecera del valle del río Árrago, es la piedra angular que define su fisonomía.
Un paseo por el pueblo, repleto de rincones de un tipismo increíble, es absolutamente imprescindible. Pasea, mira y haz alguna foto.
Te puedes tomar un vino o una caña en cualquiera de los bares muy sencillos pero agradables que hay en Robledillo.
Todo la localidad es una auténtica sorpresa, por eso, aquí, más que en cualquier otro pueblo de Sierra de Gata, cualquier elemento disonante, como un simple cubo de basura, produce especial dolor de ojos y corazón.
Un entramado de callejuelas, pasadizos y puentes, que apenas da respiro entre subidas y bajadas, en el que se aferran al terreno sus típicas casas de tejas rojas.
Las casas presentan características uniformes.
Los muros son de adobe, en ocasiones pintado alrededor de puertas y ventanas, generalmente de color natural, produciendo una atractiva tonalidad ocre-siena de efecto muy característico de la población.
Otras viviendas están realizadas en mampostería muy menuda, con lajas de pizarra en las esquinas. Una y otra solución se alternan con entramado de madera, incluso de cañizo en algunos lienzos de adobe.
Como se ha señalado, los aleros de madera suelen ser muy pronunciados, de modo que en las calles más estrechas se unen a los de la fachada opuesta haciendo pasadizos; apoyan los aleros en canes de madera sin forma especial.
Las casas tienen balconada corrida, secaderos y terrados con balaustres y estructura de madera, sustentándose en algunos casos sobre grandes y vigas de madera. Las dependencias agrícolas se encuentran en la misma vivienda.
Es frecuente encontrarse en los grandes balcones piñas de maíz secándose, elemento que confiere al conjunto cierta personalidad. Las puertas son adinteladas, con hojas de madera, precediéndolas unos escalones.
La fachada no suele contar con muchas ventanas; éstas son adinteladas y de reducidas dimensiones, con vigas de madera como dinteles, estando su entorno blanqueado.
El segundo piso cobija la vivienda propiamente dicha. La estancia principal es la cocina, entorno a ella se sitúan las demás dependencias. La última planta está ocupada por doblado o desván y por los balcones voladizos, cubiertos y con balaustrada de madera; este último piso apenas tiene ventanas. Los tejados son a dos aguas, bastante prolongados, cubriéndose con teja árabe.
El río Árrago
cruza por la parte más baja del casco histórico y da lugar a un bonito entorno fluvial que los Roblillejos han sabido aprovechar para cultivar huertos, crear un entorno de piscinas naturales
y dar lugar a un bonito y refrescante paseo a orillas del río y bajo las características fachadas del pueblo.
Al río llega un manantial, o manadero, que cruza el pueblo desde su parte más alta y cuyas aguas se aprovechan en la actualidad para dar lugar a algunas de las fuentes del pueblo,
creando bonitos y refrescantes rincones entre las calles de la localidad.
Para rematar el conjunto, a la vera del río se arremolinan pequeños huertos, mientras que la ladera de la montaña brinda su suelo a viñedos y olivares.
Robledillo invita a un tranquilo paseo que sí o sí pasará en algún momento por la Iglesia de la Asunción,
de atípica planta hexagonal y bonito pórtico circular,
Según nos indicaron se levanta sobre un antiguo palacio de la familia Alba y que pasó a manos de la marquesa de Monroy antes de ser finalmente destinado a iglesia.
La fachada de la iglesia ha sido restaurada, pero se conservan sus características columnas exteriores del atrio, aprovechando para alguna de ellas antiguos elementos de la época romana, y sus elaboradas tallas de madera del altar.
Atrio que de forma circular rodea la iglesia, todo él cubierto por un voladizo sustentado por altas columna de granito rematadas por hermosos capiteles historiados.
Siendo especialmente curioso el Cristo de brazos articulados ubicado bajo el altar, una talla de gran realismo.
Se guardan algunos retablos con hermosas tallas de madera policromada y una pila bautismal tallada en una antigua Ara votiva dedicada a Júpiter que fue encontrada en los alrededores del pueblo.
Cubriendo los techos de la sacristía se encuentra un bellos artesonado mudéjar, posiblemente una de las joyas más preciadas de este templo rural, de la misma época del que se hallaba en la cabecera de la iglesia, destruido por unos incompetentes y ignorantes restauradores que lo sustituyeron por una bóveda de crucería.
Paseando por las estrechas calles del pueblo también se pueden descubrir otras joyas del patrimonio local, como son la Ermita del Manso Cordero (s. XVI), la Ermita del Humilladero (s. XVI) y el antiguo Hospital de San Antonio (s. XV), que muestra un interesante dibujo en su fachada con referencias a la Orden Franciscana.
Ayuntamiento
Molino del Medio
Aprovechando también la fuerza de las aguas del río Árrago se construyó un molino hidráulico, que data de la época medieval (siglos XI-XII) y se utilizaba para prensar la cosecha de aceituna de la zona y producir aceite.
Una antigua almazara de la baja Edad Media perfectamente conservada cuyo propietario ha transformado en un museo donde es posible conocer el laborioso proceso de elaboración del aceite y realizar catas.
Un antiguo molino de aceite movido por agua perfectamente conservado y donde encontrarás, además de toda la maquinaría y los utensilios relacionados con la extracción artesanal del aceite, una agradable y amena explicación de su funcionamiento.
Su propietario y conservador, Juan Rodríguez, organiza también catas de aceite, vino y excursiones por el pueblo.
En la página Web del Molino del Medio puedes consultar horarios, y ver todos los detalles.
En la actualidad el “Molino del Medio”, que es como se le conoce, se ha mantenido y conservado como Museo del Aceite gracias al empeño e ilusión de uno de los vecinos de la localidad.
En el museo se conserva la maquinaria y los elementos típicos que, en su día, se utilizaron para producir el aceite de la comarca, ofreciendo un interesante “viaje en el tiempo” para conocer una de las actividades tradicionales de Robledillo de Gata.
Para acceder hay que pagar una simbólica entrada de 1,5 € y, aunque hay horarios de visita concretos, se puede visitar a diario a cualquier hora llamando al timbre o a los números de teléfono que hay indicados en la puerta del museo.
Bendecir (Ritos y gestos - XVI), 1ª parte
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