En el 909 D.C. surge, dentro de la Iglesia Católica, la voluntad de reformar las órdenes monásticas.
Esta restauración se produjo tomando como base la Regla de san Benito de Nursia, un reglamento que rige la vida de los monjes detallando cómo debe ser su vida. Esta regla alcanza un importante desarrollo gracias a la intervención de san Benito de Aniane, pero está limitada por las tradiciones propias de las abadías, y por la rutina de su aplicación.
En este proceso, la abadía de Cluny decide imponerse agrupando un gran número de conventos y convirtiéndose en la orden más importante de la Edad Media, con monasterios por toda Europa.
Cluny fue fundado en el 11 de septiembre de 910 por el monje Berno y un pequeño grupo de seguidores bajo el patrocinio de Guillermo de Aquitania.
Guillermo I el Piadoso, duque de Aquitania, cedió al Monje Bermon la villa de Cluny para que fundara en ella un monasterio con doce monjes, bajo la estricta regla de San Benito
El monasterio se situó en Mâconnais, en Saona y Loira.
La donación hecha por Guillermo I no es gratuita, pretende obtener la protección y la garantía de la Santa Sede dado que su poder era muy escaso. Guillermo el Piadoso intentó evitar su control por los laicos.
La donación incluía "villas, capillas, siervos, viñas y campos, prados, bosques, aguas y cursos de agua, molinos, y tierras cultas e incultas en toda su integridad", y fue otorgada a los santos apóstoles Pedro y Pablo, y a sus sucesores,lo que nos da la clave para saber que la abadía quedaba bajo la protección del Papa de Roma.
Desde sus inicios, la orden cluniacense ofreció dos aspectos muy originales:
Por un lado, estaban sometidos sólo al Papa de Roma, al margen de los demás poderes señoriales y religiosos. Por ello, cuando la orden se extendió, constituyó en sí misma un auténtico estado por encima de las fronteras políticas y diocesales.
Por otro lado, frente a la falta de dirección y coordinación que tenían las anteriores comunidades religiosas, Cluny dirige y coordina todos los monasterios de la orden desde la casa madre para que la regla de San Benito se interprete de un modo unitario y homogéneo.
En muy poco tiempo se fundaron cientos de casas, y en el siglo XII la casa madre de Cluny ya dominaba sobre 1500 abadías.
Cluny en un principio reestableció la vieja regla benedictina prácticamente en todo su rigor. Mantiene la pobreza, la castidad, la obediencia, la humildad y la penitencia, aunque la pobreza no concernía a la construcción de los monasterios ni a sus ornamentos.
Como novedades respecto a la primitiva regla, la cluniacense impone el silencio de los monjes, que hablarán por señas, y la solemnidad del canto litúrgico, que llena casi toda la jornada de los monjes e inaugura la existencia del canto gregoriano.
Se rompe, al igual que sucedió el los monasterios carolingios, el equilibrio entre oración y trabajo, ya que el cultivo de los campos quedaba en manos de siervos y colonos y, frente al mundo carolingio, se desatiende la meditación y el estudio.
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Cluny asumió un papel muy importante en la evolución de las costumbres. Acomete por un lado la reforma de la religión popular, y para fomentar la piedad de los laicos, insiste en la necesidad de la penitencia a través de la peregrinación.
Por ello debemos a Cluny la mejora y preparación de las rutas peregrinas con hospederías, hospitales e iglesias, que van a centrarse preferentemente en tres vías: la de Jerusalén, la de Roma y la de Santiago de Compostela.
El fomento de la peregrinación presupone que a través de sus iglesias, hospitales y albergues pueden difundir fácilmente los fundamentos de la doctrina cristiana al mismo tiempo que ofrecen al pueblo un apoyo tanto en sus necesidades materiales como en las espirituales.
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Cluny consideraba que la de Occidente era una sociedad destructiva y violenta, por lo que decidió crear dos instituciones fundamentales con el fin de que encauzarla por la vía de la paz:
- La paz de Dios: es una institución fundada en el 989 que dota de asilo e inmunidad a todas las gentes que se refugien en lugares sagrados. Así, se evitaba el saqueo de bienes eclesiásticos y todos los desvalidos pueden escapar en el templo de las brutales acometidas que sufrían.
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- La tregua de Dios: es una institución establecida más tarde, en el año 1027, que prohibía pelear en determinadas fechas. En un principio, se planteó que la prohibición debía extenderse de la tarde del sábado a la mañana del lunes con el fin de que los guerreros pudieran cumplir con los deberes dominicales. Sin embargo, como la medida alcanzó gran éxito, terminaron extendiendo la tregua desde el miércoles por la tarde al lunes por la mañana.
Esta medida supuso una reducción de la violencia y aunque fue de forma muy paulatina, este proceso desembocaría a que los caballeros adoptaran una nueva actitud encaminada a la defensa de los débiles y a la Guerra Santa.
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