La violeta es la pantalla y la imagen de la lealtad. Coger un puñado de “violetas” y llevárselos a María es sentir una llamada a perseverar en el camino cristiano. Lo más fácil y cómodo puede ser el abandonar. Lo más sabio e inteligente, valiente y comprometido es….la lealtad a Jesús.
DÍA 7
Adornar con esta sugerente flor el rostro de María es saber dar gusto con las cosas pequeñas de cada día o sacar chispa y jugo a cada hora y en cada minuto de cada jornada con el que Dios nos despierta.
El “pendiente de reina” simboliza el detalle y el buen hacer.
Aquellos que nos decimos cristianos sabemos que lo extraordinario no reside en la apariencia o en el escaparate sino que, por el contrario, intuimos y vemos que en la sencillez descansa el secreto de lo extraordinario.
María, con su pequeñez y humildad, supo señalarnos el camino que hemos de seguir.
DÍA 6
La hortensia simboliza al capricho.
María supo renunciar a un modo de vida (que le hubiera resultado menos conflictivo y no tan complicado) para que se cumpliera todo lo profetizado desde antiguo: dar a luz a Cristo
Dejar esta flor a los pies de Santa María es ser conscientes de que la fe nos exige pequeños esfuerzos personales y comunitarios.
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