8 Torre Borgia
En la primera planta del palacio, mirando hacia el norte y el Cortile del Belvedere, se puede entrar desde las Loggie de Giovanni da Udine a estos apartamentos que construyó Alejandro VI en lo que se llamaba el Palacio Viejo (de Nicolás V).
Los Apartamentos Borgia o Aposentos Borgia son un conjunto de seis salas en el Palacio Apostólico Vaticano, que a fines del siglo XV fueron destinadas por el papa Alejandro VI (Rodrigo de Borja o Borgia) para uso propio.
Entre los años 1492 y 1495 Bernardino di Betto, el Pinturichio, con sus discípulos se dedicó a decorar las salas con frescos, por lo que durante este tiempo el Papa y sus familiares convivieron con el pintor, los botes de pintura, y los olores de la misma. La familia del Papa, él mismo y visitantes ocasionales sirvieron de modelos para las figuras.
A la muerte de Alejandro VI, Julio II (1503-1513) abandonó el apartamento, pues no quería tener constantemente ante sus ojos la memoria de su odiado predecesor. Decidió trasladarse a los ambientes correspondientes de la planta superior, conocidos como las Estancias de Rafael, cuya decoración marcó la imparable fortuna de Sanzio.
Puesto que los Papas siguieron cambiando de residencia, en el apartamento Borgia se alojaron algunos “cardenales sobrinos”, el más célebre de los cuales fue San Carlos Borromeo (sobrino de Pío IV), más tarde albergó la Pinacoteca de Pío VII (1816), después la biblioteca del cardenal Mai, y sólo a fines del s. XIX León XIII quiso abrirlo al público tras una restauración radical.
Las obras en los Apartamentos Borgia actualmente se consideran parte de la Biblioteca Vaticana.
La parte superior de las paredes y bóvedas además de estar cubiertas con pinturas, constan enriquecidas por delicados estucos de trabajo en relieve.
Los temas principales de las cinco salas plasmadas por Pinturicchio son:
La Anunciación,
la Natividad,
los Reyes Magos,
y la Resurrección de Jesús.
Escenas de la vida de santa Catalina de Alejandría,
Los Apartamentos Borgia comprenden:
La Sala de las Sibilas.
donde las sibilas van acompañando a profetas y apóstoles. Se debe a discípulos de Pinturichio y es la más austera.
Situada en la Torre Borgia
A fin de completar el aparato defensivo del Palacio Apostólico, Alejandro VI hizo edificar poco después de su elección la Torre Borgia (1492-1494), que englobaba dos estancias destinadas a funciones de servicio análogas en la estructura arquitectónica y decorativa, obra de taller.
Las figuras femeninas que dan el nombre a la sala, se perfilan sobre el fondo azul, alternándose en pareja con Profetas, según una iconografía de origen medieval ampliamente difundida en el s. XV. Sibilas y Profetas se identifican en las cartelas que aletean en sus manos, en las cuales se citan los versículos de los respectivos vaticinios y profecías que preanuncian la venida de Cristo, indicando que en la espera común de la venida del Mesías el mundo clásico pagano enlaza con el cristiano del pueblo de Israel.
A partir de la puerta se subsiguen las parejas: Isaías-Helespóntica, Miqueas-Tiburtina,
Ezequiel-Cimeria;
Jeremías-Frigia, Oseas-Délfica, Daniel-Eritrea; Ageo-Cumana,
Amós-Europea,
Jeremías -Agripina;
Baruc-Samia,
Zacarías-Pérsica y Abdías-Líbica.
En los artesones octagonales de las enjutas intermedias figuran los siete planetas mayores, representados en el cielo como divinidades llevadas triunfalmente sobre un carro tirado por animales alegóricos con el relativo signo zodiacal.
A éstos corresponden las categorías humanas, sociales, profesionales que respectivamente sufren su influencia en la tierra: Saturno y las obras de caridad; Júpiter y los cazadores; Venus (cabe destacar la anomalía del carro tirado, en lugar que por las tradicionales palomas, por toros que aluden al escudo Borgia) y el amor; Apolo y los gobernantes; Marte y los guerreros; Mercurio y los mercaderes; Luna y los pescadores; finalmente, en la última se representa a algunos astrónomos y la esfera armilar, símbolo de la Astrología, a la que el Papa prestó amplia la atención.
La Sala de las Artes Liberales.
Se ideó como despacho del pontífice y en ella se representan las artes del Trivio y el Cuadrivio.
Correspondientes a las “artes” o disciplinas que constituían la base de la enseñanza escolar medieval. Representan la celebración del saber en sus diversas especializaciones y se representan alegóricamente como atractivas mujeres sentadas en un trono: por el nombre escrito en la base, se identifican las Artes del Trivio, o sea, Gramática, Dialéctica y Retórica, y las del Cuadrivio, es decir, Geometría,
Aritmética,
Música
y Astronomía, rodeadas de personajes que se distinguieron en esas disciplinas, con frecuencia retratos de ilustres contemporáneos.
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En esta sala solía comer el papa y se expusieron sus restos mortales.
Tiene una notable chimenea de mármol esculpido del siglo XVI, según la tradición pertenecia al Castillo de Sant Angelo
Probablemente destinada a ser el despacho de Alejandro VI, la primera de las “estancias secretas” o bien de las tres salas reservadas en el ala edificada por Nicolás V (1447-1455), se conoce como Sala de las Artes Liberales,
En la bóveda hay abundantes escudos y “empresas” de Alejandro VI en estuco dorado: con la adopción de un emblema del s. XIV de la Corona de Aragón caracterizado por dos coronas (alusivas a los dos reinos de Aragón y Sicilia), una dirigida hacia lo alto y otra cabeza abajo, a la cual se añade la variante de rayos que resplandecen hacia la tierra, el Pontífice quería exaltar su descendencia real y equipararse a una especie de sol que ilumina la tierra.
Además de la corona aparecen la llama bermeja en campo oscuro y el toro, que se repite de forma obsesiva en todo el ciclo.
El arco mediano que subdivide la riquísima bóveda de cañón se denomina de la Justicia, por algunos episodios bíblicos e históricos ejemplares de esta virtud: Jacob se despide de Labán; los Ángeles salvan a Lot de la destrucción de Sodoma y Gomorra; la Justicia reparte dones; Trajano y la pobre viuda.
La Sala de la Vida de los Santos.
Tiene representaciones mitológicas y en los lunetos episodios de la vida de algunos santos. Como los temas mitológicos no se entendieron en su tiempo el propio Rodrigo Borja pidió al humanista Pomponio Laeto que escribiera unos comentarios para explicar que los mitos de Isis y Osiris
representaban el misterio de la muerte y la resurrección.
El ser humano podía escapar del demonio y renacer a la eternidad.
El fresco de la "Disputa de Santa Catalina de Alejandría", (abajo) es una de las obras maestras de Pinturichio.
Los personajes de esta escena suelen identificarse con varios personajes de los que aparecen en este diario. Los más probables son Lucrecia
en la figura de la santa y el propio Pinturichio. Al fondo de la escena se ve un arco igual que el de Constantino con un inevitable toro y la inscripción "Pacis cultoris".
Vida de San Antonio y San Pablo Ermitaño en el desierto
La Historia de Susana y los viejos
Martirio de san Sebastían
Martirio de Santa Barbara
La Asunción de la Virgen
La Visitación
La Sala de los Misterios de la Fe.
la Resurrección
con el mejor retrato de Alejandro VI con su capa ceremonial y donde los soldados de la tumba pudieran ser tres de sus hijos,
Toda la sala aparece llena de arabescos dorados sobre fondo verde. Esta sala da al patio del Belvedere, como la de los Santos y la de las Artes.
la Natividad, la Anunciación, aquí mostrada más abajo a la izquierda, repleta de toros, coronas con los rayos verticales y el tan repetido escudo del Papa,
la Adoración de los Magos,
la Asunción,
Pentecostés y la Ascensión.
La Sala d
e los Pontífices.
Es la más grande, de 200 metros cuadrados, y se llama así por ser la destinada a las ceremonias oficiales.
Fue en ella donde el Papa escapó de milagro al derrumbe de una chimenea que atravesó el techo, matando a dos servidores e hiriendo al Papa en junio de 1500. Por ello el techo actual no es el original sino otro del pontificado de León X.
La sala, de dimensiones mucho más amplias que las anteriores y reservada por tanto a las ocasiones públicas como banquetes oficiales, audiencias y consistorios, se encuentra en el ala medieval del Palacio Apostólico edificada por Nicolás III (1277-1280).
Es muy probable que la denominación de la sala tenga su origen en esta función, más que en la serie de Pontífices pintada por Giotto que se menciona en las Vidas, que Vasari considera que ocuparon los lunetos en correspondencia de las inscripciones latinas todavía in situ: Estebán II, Adriano I, León III,
Sergio II, León IV, Urbano II, Nicolás III, Gregorio XI, Bonifacio IX y Martín V.
La cubierta original en artesonado se derrumbó en 1500 por efecto de una violentísima tempestad, vivamente descrita en el diario del maestro de ceremonias Johannes Burckhard: el Papa, que fue arrollado por los escombros de tal forma que incluso se anunció su muerte, salió en cambio milagrosamente ileso, amparado por una viga.
La cubierta plana se sustituyó con una falsa bóveda decorada en tiempos de León X (1513-1521) con frescos y estucos de los discípulos de Raffaello Perin del Vaga y Giovanni da Udine: en el centro está el escudo del comitente rodeado de ángeles danzando, mientras que en las demás partes aparecen decoraciones grutescas, los doce signos zodiacales, las constelaciones y los siete planetas conocidos en aquel entonces.
La Sala del Credo.
dentro de la Torre Borgia construida en 1494, donde también está la de las Sibilas. La del Credo tiene unos 95 metros cuadrados y se usaba para recepciones. Tiene tres ventanas.
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Su uso en tiempos modernos
En 1889 el papa León XIII reabrió los apartamentos reacondicionados y accesibles al público.
La mayoría de las salas son actualmente utilizadas para albergar la Colección de Arte Religioso Moderno, inaugurada por el papa Pablo VI en 1973.
Sala de Sibilas
Sala del Credo
La colección incluye cerca de 600 atesoradas obras de pintura, escultura y artes gráficas, donadas por artistas contemporáneos italianos e internacionales.
Contando con obras de Paul Gauguin, Marc Chagall, Paul Klee, Salvador Dalí y Vasili Kandinsky.
Otras estancias
Cámara de la audiencia
Aquí el Pontífice recibía en audiencia privada. La bóveda, con las figuras de San Pedro y San Pablo y ocho historias tomadas de los Hechos de los Apóstoles, fue pintada al fresco entre 1576 y 1577 por Lorenzo Sabbatini y sus ayudantes.
Sala Segunda de los 0rnamentos
Antiguamente se denominaba Sala del Papagayo, luego de la Antecámara y del ¨Consistorio Secreto, nombres que indican su función. Aquí el Papa se ponía y se quitaba las vestudiras pontificales; aquí lo esperaban o acompañaban cardenales, prelados y embajadores; aquí se resolvíanlas cuestiones ordinarias y se realizaban ceremonias especiales como la Bendición de la Rosa de Oro o, en Navidad, la de la Espada Pontificia.
Aquí se celebrara el Consistorio Secreto.¨
El techo, ricamente tallado y decorado, fue realizado en 1653 bajo Pío IV y restaurado bajo Gregorio XIII. La parte central, con la venida del Espíritu Santo, es de Girolamo Muziano (1576).
De la época de Pío IV es el friso atribuido a Giovanni Battista Lombardelli, Paris Nogari y otros.
Sala de los Ornamentos
Aquí se vestían los cardenales. El techo y el friso son de la misma época que los de la sala anterior.
Dormitorio de Nicolás V
Techo de madera con pequeños recuadros y en el centro San Pedro, que data de la época de este Papa. El escudo de Sixto IV hace pensar en una restauración.
Dormitorio de Alejandro VI
Donde murió Alejandro VI. El techo bajo de madera, ricamente tallado, está decorado en estuco con los elementos del escudo Borgia. El friso es posterior.
Bendecir (Ritos y gestos - XVI), 1ª parte
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