YA ES SEMANA SANTA

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martes, 21 de enero de 2025

DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO

 MIÉRCOLES

“ ¿Qué está permitido en sábado? ”



El evangélica de hoy (Mc 3,1-6) nos presenta la culminación del conflicto entre Jesús y los fariseos; entre la ley y el amor, que vimos en el pasaje que leímos ayer.

Dos preguntas bien distintas:

según san Marcos 3,1-6 

Una la de los fariseos: ¿Se puede curar en sábado? A los fariseos sólo les interesa el sábado, el cumplimiento de la ley, la observancia. El hombre, la persona humana, no les interesa

En aquel tiempo, Jesús entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada.

La otra pregunta es la de Jesús: ¿Se puede hacer el bien y salvar una vida en sábado? A Jesús le interesa la persona que sufre, la vida en plenitud.

 Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo. 

Jesús pura misericordia. Porque se apiada de ese pobre hombre con la mano atrofiada que tiene delante y elige curarlo. Por puro amor a ese hombre de la mano paralizada.

Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio».

Por eso dice al hombre de la mano seca: “Extiende tu mano”. No andes con la mano encogida, paralizada. Estás reduciendo tus posibilidades. Recobra la libertad de tu mano.

Y a ellos les pregunta: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?». 

A Jesús la postura de los fariseos le produce tristeza porque recortan la vida, no dejan que la gente sea libre, no les dejan gozar de la libertad que Dios les ha concedido.

Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». 

La extendió y su mano quedó restablecida. En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él.



Obramos como esos fariseos escrupulosos, siempre acechantes, sin darnos cuenta de que somos como ese hombre de la mano enferma. 
Necesitados permanentemente de la misericordia de Cristo, de su compasión amorosa por nuestras limitaciones, nuestras manos rotas, nuestros huesos molidos por el pecado.

MARTES

“ El Hijo del Hombre es señor del sábado ”


según san Marcos 2,23-28 

San Marcos avanza en presentarnos la revelación de la autoridad de Jesús y la ceguera de los dirigentes judíos; del banquete con los pecadores pasamos a tema del ayuno y de éste, al tema del hambre.

Para las autoridades religiosas del judaísmo, el “sábado” era, ante todo, un precepto legal, una obligación que marcaba el descanso de la semana.

Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.

Para calmar el hambre los discípulos de Jesús cortan espigas al cruzar los sembrados, esta situación estaba expresamente aceptada en la Sagrada Escritura para cualquier día de la semana, menos para el sábado

 Los fariseos le preguntan: «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».

 Los fariseos critican, nuevamente, a Jesús porque permite y tolera más de lo que la tradición concedía, como si menospreciara el sábado. Pero el Maestro Nazareno se defiende y defiende a sus discípulos (as) usando un argumento de la Escritura (Ver 1 Sm 21,1-7), haciéndoles ver que el Rey David, ferviente devoto del Señor se saltó una norma sagrada debido al hambre de él y sus hombres.

Él les responde: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?». 

La Ley no es un yugo opresivo, sino liberador. La Ley no es imposición, sino don. ¿Quién es Jesús para interpretar la Ley así? Es alguien que tiene más autoridad que el Rey David, es el Hijo de Hombre, dueño y Señor de la enfermedad y del pecado y del sábado y de la Ley.

Y les decía: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».


A modo de conclusión necesito mantenerme cerca del Señor para tener las fuerzas de vivir de cara a Él, sin temer ir contra corriente. Se nos vuelve a recordar que la ley suprema del Evangelio es la de la caridad, que no basta quedarse con un cumplimiento aparente o hipócrita de los mandamientos, que no es suficiente cumplir con ciertas cosas y decirse católico mientras en la práctica se sigue pensando y viviendo como pagano.

LUNES

“ ¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo? ”



san Marcos 2,18-22


 En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?». 

Los fariseos se preguntaban por qué los discípulos de Jesús no se ajustaban al «ritualismo» que daba de alguna manera el signo de autenticidad con respecto al maestro.

Jesús les contesta: «¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? 

Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar. 

La respuesta de Jesús es simple: porque en adelante, los seguidores de Cristo, no se distinguirán por sus prácticas religiosas, sino por un estilo de vida centrado en el maestro y dirigido por la fuerza del Espíritu Santo.

Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día. 

Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.

El vestido viejo y los odres viejos son imágenes de las instituciones de la antigua Alianza.

 El paño sin tundir, los pellejos nuevos y el vino nuevo son símbolos de la gran novedad que Jesús está trayendo al mundo: la nueva Alianza. Una nueva era se está iniciando,y a una era nueva deben responder formas e instituciones nuevas

 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos». 



Lo que viene a traer Jesús es tan novedoso, está tan fuera de lo que era, es tan espectacular que no cabe encasillarlo en nada de lo ya conocido.
 ¿Y qué es esa novedad que no puede sujetarse a nada de lo existente? Amor. Jesús viene a tu vida a decirte que te ama. Pero no de una forma hueca, como a menudo hacemos esta declaración: ¡es que te amó tanto que se dejó matar en la cruz! 

Jesús, dame la sabiduría para saber ayunar de todo aquello que pueda disminuir mi fidelidad y la totalidad de mi entrega a la misión que me has encomendado.

DOMINGO

“ Haced lo que él os diga ”


El evangelista Juan, Caná ocupa un lugar significativo en su obra. Es el pórtico del primer signo que va a manifestar a aquellos que ha llamado para que estuvieran con Él y luego anunciarán la Buena Noticia del Reino.

según San Juan 2, 1-11 

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. 

Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: «No tienen vino». 

Podemos hacer de estas tres palabras el lema de nuestra vida. A María no se le ocurre decir no tenemos vino, porque ellos sí lo tienen. El vino es la alegría del Evangelio. Un vino con el que desaparecen reservas, temores, tristezas, rutinas, pesimismos. Juan, más tarde, se hará eco de estas palabras de María cuando dice: Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo (1 Jn 1, 1-4).

Jesús le dice: «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora». 

Su madre dice a los sirvientes: «Haced lo que él os diga». 

El Evangelista quiere que la Madre ocupa el centro del relato: allí estaba la madre de Jesús; también Jesús estaba invitado. Por seca que parezca la respuesta de Jesús, ella sabe que a una madre no se le niega nada. Y está empeñada en que todos los que participan en la fiesta de la vida disfruten del mejor vino. ¡Qué cosa tan triste una vida carente de vino, de sentido, de buena salud! La manifestación de la gloria de Jesús o, dicho de otro modo, la salvación gratuita y universal, pasa a través de la Madre.

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». 

Para que el agua se convierta en el mejor vino, hay que sacarla de las viejas tinajas de piedra. No se trata ya de relacionarse con Dios como siervos que cumplen órdenes. Se trata de relacionarse con Dios como hijos con papá.

Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora». 

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.


Caná es para nosotros el lugar donde aprendemos de María. Ella nos enseña una mirada transformadora sobre el potencial que esconde cada persona y nos invita a hacer lo que Jesús nos dice; pues sabe por experiencia que Dios da en abundancia, que Jesús da siempre más. Tenemos tendencia a idealizar el pasado, pero el evangelio nos muestra que lo mejor está aún por acontecer” (

EL TIEMPOO DE DIOS

  evangelio según san Marcos (2,23-28):

 Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas. Los fariseos le preguntan: «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».


Los fariseos, en tiempos de Jesús, eran tan escrupulosos con la observancia de los preceptos, que no les cabe en la cabeza que pueda hacerse el bien con independencia del día de la semana. Es cierto que el sábado era un día sagrado, pero Jesús viene a anteponer al sábado a la persona y su dignidad, aquí expresada en una dolencia en la mano.

Quienes van por los "sembrados de la vida recogiendo espigas" detrás de las huellas de Jesús, viven sin las ataduras de las leyes gozando de la libertad que contagia el Señor de la vida: "el sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado". 

Jesús se alza contra la dicotomía rancia que marca la religión caduca y decrépita de los fariseos, llena de multitud de normas y leyes, con la intención de separar lo sagrado de lo profano, lo religioso de lo humano. 

Desde que el Hijo de Dios se hizo hombre, el tiempo sagrado y el tiempo humano se han diluido para dar paso al único tiempo, el de Dios. Dios se une con lo cotidiano de los hombres, ya no hay que buscar a Dios fuera del futuro del hombre.

El único culto agradable a Dios nace en el corazón del hombre y no hay más normas o leyes que la del amor:"Ama y haz lo que quieras" Hoy permítete saborear y disfrutar la libertad que da el sentirnos hijos de Dios y vivir como tales.





Cuántas veces nosotros mismos mostramos esta actitud con Dios o con el prójimo, acechantes para echarnos encima y recriminar lo que no es más que un acto de misericordia.

SANTA INES

SU FIESTA EL 21 DE ENERO
Su nombre aparece en el Canon Romano


Célebre y popular mártir de la Iglesia de Roma. Su nombre, Agnes, es la transcripción latina del adjetivo griego agne que significa pura, casta.
También podría derivar del latín agnus, cordero.
 Sufrió el martirio siendo muy joven, quizá a los 13 años, y fue sepultada en la vía Nomentana, donde hoy se levanta la basílica de su nombre.
El papa San Dámaso (366-384) le dedicó, como a otros tantos mártires, un bello poema que se conserva aún en su mármol original, en la basílica de la vía Nomentana.




En el siglo V todos estos detalles de la vida de Inés que recogen las fuentes señaladas fueron fundidos y ampliados en una relación legendaria por un tal pseudo Ambrosio. No tenemos noticia alguna de su nacimiento ni de su familia, que debió de ser cristiana.
No tenemos noticia alguna de su nacimiento ni de su familia, que debió de ser cristiana.

Igualmente carecemos de noticias acerca de la fecha de su martirio, aunque la mayoría de los historiadores creen que fue una de las víctimas de la persecución de Diocleciano (304).
Otros afirman que murió en la persecución de Valeriano (258-260).



Sobre el motivo del martirio la leyenda habla de su voto de virginidad y de cómo el hijo del prefecto de Roma llegó a enamorarse de ella.
Al pretenderla éste en matrimonio, Inés le rechazó. Ante la negativa, el joven recurrió a su padre, que, en calidad de prefecto de la ciudad, averiguó que Inés era cristiana, por lo que fue llevada ante el tribunal.

No están de acuerdo las fuentes arriba señaladas en cuanto al género de martirio que sufrió, pues si para San Ambrosio y Prudencio murió decapitada, y para el autor del himno Agnes beatae virginis degollada, para San Dámaso, en cambio, murió quemada.


Hay que hacer notar que este papa se preocupaba de dar en sus epitafios la verdad histórica, que antes averiguaba con cuidado. Aunque las distintas narraciones difieren en los detalles, coinciden, sin embargo, en cuanto al hecho de su martirio, que hay que admitir históricamente como cierto, así como su proclamación como mártir de la virginidad.

El cuerpo de Inés fue sepultado en un campo de su propiedad: in praediolo suo, situado en la vía Nomentana.


Desde el s. VI la iconografía se fija representando una joven con un cordero, bien a los pies o en los brazos, símbolo de la pureza y alusivo a su nombre.

lunes, 20 de enero de 2025

VINO UEVO EN ODRES NUEVOS

evangelio según san Marcos (2,18-22) 


En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?». Jesús les contesta: «¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar. 




¡Cuando Dios se enamora de su pueblo, es tiempo de alegría y de danza y no de duelo y de ayuno! 

Flaco servicio hacemos a la fe cuando la vivimos envuelta en nuestras tristezas, amarguras y resignaciones. 

Cuando el amor de Dios ha irrumpido en tu vida ya no hay motivos para la tristeza. Es la hora de la fiesta, porque Dios ha venido a quedarse para siempre. 

La venida de Jesús, su vida, su predicación y sus acciones dividen la historia en dos. 

Nuestra fe y nuestra religión no está reñida con la alegría, al contrario, señal inequívoca de que vivimos de verdad nuestra fe es la alegría de vivir, a pesar de los problemas y dificultades, a pesar de las enfermedades y nuestras miserias, y aún a sabiendas de que llegará la hora del Calvario y de las lágrimas, a pesar de todo, la alegría es el distintivo más genuino de la vida del creyente. ¿Tu alegría de qué depende? ¿Vives las contrariedades de la vida desde la alegría de la fe?


La vida nueva que Dios nos ofrece, la novedad del mensaje que nos entrega, requiere unos odres nuevos en nuestro corazón. Es decir, necesitamos la voluntad generosa para responder al amor que Dios nos tiene. Urge purificar constantemente nuestro corazón de todo aquello que nos impide estar a la altura del amor de Dios. El Señor nos llama a más. A vivir con el espíritu de lo “nuevo”, es decir, con un amor y un fervor siempre renovado, con la capacidad de dejarnos sorprender por Dios, Dios hace nuevas todas las cosas. No es un menosprecio al ayuno, en multitud de ocasiones el propio Señor lo aconseja, y Él mismo antes de comenzar su vida publica se retiró al desierto y ayunó, también lo aconsejo a sus discípulos para el combate con el mal, para muchas situaciones es necesario oración y ayuno.

domingo, 19 de enero de 2025

SAN SEBASTIÁN, MÁRTIR




Sebastián, hijo de familia militar y noble, era oriundo de Narbona,Francia,en el año 256, pero se había educado en Milán.
Llegó a ser capitán de la primera corte de la guardia pretoriana. Era respetado por todos y apreciado por el emperador, que desconocía su cualidad de cristiano.
Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios idolátricos. Además, como buen cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitaba y alentaba a los cristianos encarcelados por causa de Cristo.

Esta situación no podía durar mucho, y fue denunciado al emperador Maximino quien lo obligó a escoger entre ser su soldado o seguir a Jesucristo.

El santo escogió la milicia de Cristo; desairado el Emperador, lo amenazó de muerte, pero San Sebastián, convertido en soldado de Cristo por la confirmación, se mantuvo firme en su fe. Enfurecido Maximino, lo condenó a morir asaeteado: los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto.



 Sin embargo, sus amigos que estaban al acecho, se acercaron, y al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana, llamada Irene, que lo mantuvo escondido en su casa y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.




  Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero el santo se negó rotundamente pues su corazón ardoroso del amor de Cristo, impedía que él no continuase anunciando a su Señor.


 Se presentó con valentía ante el Emperador, desconcertado porque lo daba por muerto, y el santo le reprochó con energía su conducta por perseguir a los cristianos. Maximino mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión y tiraron su cuerpo en un lodazal.Murió en el año 288.
 Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián.


Muy pronto se le rinde culto. San Gregorio Magno lo consideró como el tercer patrono de Roma después de los Santos Pedro y Pablo, siendo muy celebrado en todo Occidente el día 20 de enero, aunque en Oriente se le conmemora el día 18 de diciembre.




 El centro principal de su culto en Roma estaba localizado en las catacumbas de la Via Appia, pues allí lo recuerda la “Depositio martyrum” de la que antes hice mención. Y esto es confirmado por el “Liber pontificalis” y por los itinerarios romanos.

Allí, en la Via Appia, en el siglo IV se construye la basílica “in memoria apostolorum”, Basílica que cambia de nombre en el siglo IX, llamándose de San Sebastián
 



El Papa Eugenio II, el día 9 de diciembre del 826 le envía reliquias a San Medardo de Soissons; Gregorio IV, que le sucedió como Papa, puso su cabeza en el oratorio de San Gregorio en el Vaticano.

 Este relicario del cráneo de San Sebastián, lo llevó más tarde el Papa San León IV a la iglesia romana de los Cuatro Santos Coronados, donde actualmente es venerado.

 En el Vaticano existieron otras reliquias del santo, pero en el año 1218, el Papa Honorio III se las dio a los cistercienses, que eran los custodios de la Basílica romana de San Sebastián y allí están.
  

Capilla de San Sebastian  en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

Y desde la beatificación de Juan Pablo II esta capilla alberga el sepulcro del nuevo Beato


sábado, 18 de enero de 2025

SIGUEME

 del santo Evangelio según san Marcos (2,13-17) 

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»




Nuevamente vuelve Jesús a la orilla del mar, al que ya le había arrebatado a sus cuatro primeros discípulos. En esta ocasión llama a Leví a seguirle, a un pecador, recaudador de impuesto. 

El caso de Mateo es especial. Él era un pecador, un hombre de negocios y de “negocios sucios”. Se dedicaba al cobro de los impuestos que Roma les imponía a los judíos y sabemos que los encargados, cobraban al pueblo más de lo que Roma les exigía. A éstos se les denominaba “publicanos” es decir, “pecadores públicos”.


El que Jesús llame a un publicano y el hecho que coma con los pecadores son gestos tan revolucionarios que indicaba ya la novedad del Reino. Es la bienaventuranza de la acción pues quiere expresar la amistad, la misericordia y el perdón de Dios. 

Pero, a Jesús no le importa nunca el pasado de las personas sino el futuro. No le interesa lo que uno ha sido, sino lo que puede ser. “Vio a Levi” Los demás veían al pecador, al ladrón, al corrupto. Pero Jesús miró al hombre, a la persona. Y lo miró con amor.
Es un gesto liberador que nos pone en camino hacia Dios, es el paso que todos estamos llamados a dar: pues un Leví que se convierte en Mateo es un pecador que se transforma en apóstol. 

Desde ese momento todo ya es posible. Hasta es posible convertir a un “corrupto” en “apóstol”. Mateo, agradecido, quiere celebrar este acontecimiento y le invita a comer en su casa. La vocación no sólo se acepta sino que se agradece y se celebra. Los de mirada corta, aquellos que creen que son más importantes las leyes que el amor, se escandalizan. A Jesús le importan poco los escándalos de los fariseos. A Jesús le interesa recalcar que, cuando se obra con amor, se cumplen todas las leyes y, sin amor, no se puede cumplir ninguna ley cristiana.,

Es un gesto liberador que nos pone en camino hacia Dios, es el paso que todos estamos llamados a dar: pues un Leví que se convierte en Mateo es un pecador que se transforma en apóstol. 




En este nuevo año no sólo quiero escuchar tu Palabra sino hacerla vida en mí. Para eso necesito tu gracia.

El Señor les oye, y sale en defensa de su habitual manera de actuar con las almas: «No he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2,17). Toda la Humanidad necesita al Médico divino. Todos somos pecadores y, como dirá san Pablo, «todos han pecado y se han privado de la gloria de Dios» (Rm 3,23).

ORACIONES DE LA MAÑANA TIEMPO ORDINARIO 1º.

 BAUTISMO DEL SEÑOR



CONTIGO QUIERO, SEÑOR 
Alcanzar y bajar hacia las aguas del Jordán para sentir que Dios llama siempre a pesar de las dificultades del camino 
CONTIGO QUIERO, SEÑOR Dejar la comodidad de mi casa de mis amigos y trabajos para empeñarme un poco en aquello que el Evangelio necesita de mis manos y de mi esfuerzo 
CONTIGO QUIERO, SEÑOR Renovar mi Bautismo un tanto empolvado por el paso del tiempo Reavivar mi Bautismo un tanto mortecino Fortalecer mi Bautismo a veces débil y acomodado CONTIGO QUIERO, SEÑOR Escuchar mi nombre y una llamada “Tú eres mi Hijo” Para que nunca falte en tu causa buenos testigos que pregonen tu Palabra que pronuncien tu nombre que den testimonio de tu Reino que ofrezcan lo que son y tienen y Dios sea conocido, amado y bendecido en las cuatro direcciones del mundo
 CONTIGO QUIERO, SEÑOR Renovar, levantar, Ilusionar y mejorar Incentivar y alimentar Revitalizar y fortalecer Lo que un día, por la fuerza del Espíritu, me hizo hijo de Dios miembro de su pueblo hijo de la Iglesia testigo de tu Reino: EL BAUTISMO
D
L
 Dios pasa junto a nosotros y nos llama. Si no se le responde, Él puede seguir su camino y nosotros perderlo de vista y de nuestra vida. Sin duda, Jesús conocía a estos discípulos desde tiempo atrás (cfr Jn 1,40-46).
M

Y lo mismo podemos, y debemos, aplicar en nuestras vidas; no podemos limitarnos a dar "buenos consejos" al hermano que sufre, también es nuestro deber ayudarle en lo que podamos, darle nuestra mano. Que hoy y siempre, nuestras palabras y acciones sean signo de nuestro compromiso por la vida y la dignidad de las personas.
 Así obraba el Señor: oraba con frecuencia en la soledad. Todos lo buscaban.  
Te pido, Señor, que me envíes tu Espíritu para comprender el sentido profundo de la oración. No quiero que sea una norma, una obligación, sino una dulce necesidad. Necesito comer, beber, dormir, respirar… Necesito también rezar.
Pero para ello necesitamos reforzar la propia fuente de esa compasión que no es otra que la oración. Jesús nos enseña, con su actitud, de dónde proviene esa compasión: de la oración, del tiempo de calidad entregado a Dios para que actúe con su poder en nuestras vidas.
J
Señor, me gustaría que esta meditación sirviera para dar un cambio a mi vida. No quiero presentarme delante de Ti como una persona buena, sana, suficiente. Vengo ante Ti como el leproso, necesitado de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis limitaciones: de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.
Nada de lo que tengo es mío. Todo es regalo tuyo: la vida, la salud, el amor, la gracia. El hombre, todo hombre, no tiene donde reclinar la cabeza, es pura fragilidad. Pero Tú amas mi fragilidad. Enséñame a ser agradecido. En el día, deberían de faltarme horas para agradecerte los dones y favores que me haces. Yo sé que sin ti no puedo hacer nada. ¿Cómo me atrevo a recrearme en las obras de mis manos? ¿Por qué atribuirme algo que no me pertenece? Hazme sencillo y humilde,
S
Si hoy el Señor te dijera ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Qué le dirías? Entrégale al Señor tus sufrimientos para que Él te sane y cure.
Señor, tu llamada, ese hecho tan sencillo e inmenso de que te hayas fijado en mí y me hayas elegido, ha sido lo más bonito que ha ocurrido en mi vida. Hoy necesito encontrarme contigo para darte gracias. No sólo acepto tu llamada, la agradezco y la celebro cada día. Y con el salmista, te digo: “Me ha tocado un lote hermoso. Me encanta tu heredad”. (Salmo 16) En este nuevo año no sólo quiero escuchar tu Palabra sino hacerla vida en mí. Para eso necesito tu gracia. 

viernes, 17 de enero de 2025

EL BAUTISMO DEJESUS Y DIAS SIGUIENTES

SÁBADO

“ Sígueme ”



san Marcos 2,13-17

Un día más en la vida de Mateo: sentado al mostrador de los impuestos, contando las monedillas, pendiente de sacar algún provecho en sus negocios y cuidando escrupulosamente sus intereses.

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.

Pero no es un día cualquiera, este es el día de gracia, el día de salvación; es el día del paso de Jesús por su vida.

 Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice: «Sígueme». 

Jesús lo miró con amor. Desde ese momento todo ya es posible. Hasta es posible convertir a un “corrupto” en “apóstol”. Mateo, agradecido, quiere celebrar este acontecimiento y le invita a comer en su casa.

Se levantó y lo siguió. Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían. 

Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos: «¿Por qué come con publicanos y pecadores?»

Mateo ya no buscará sus propios intereses sino los intereses del Reino; ya no contará monedas ni escribirá los impuestos y deudas de su pueblo sino que proclamará la Buena Noticia del Dios-con-nosotros.

La vocación no sólo se acepta sino que se agradece y se celebra.

Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos.

Los de mirada corta, aquellos que creen que son más importantes las leyes que el amor, se escandalizan. A Jesús le importan poco los escándalos de los fariseos 

A Jesús le interesa recalcar que, cuando se obra con amor, se cumplen todas las leyes y, sin amor, no se puede cumplir ninguna ley cristiana.

No he ven do a llamar a justos, sino a pecadores».


¿Una mirada, tan solo una palabra del Señor puede hacer tanto en nosotros?

Es Jesús el que elige y además no excluye a nadie para su seguimiento,
Las palabras que el Señor  “no necesitan medico los sanos sino los enfermos”.

 Con lo cual nadie puede sentirse excluido, ¿quién puede decir que no necesita a este medico? De cuantas cosas tiene que sanarnos el Señor. 
Si hoy el Señor te dijera ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Qué le dirías? Entrégale al Señor tus sufrimientos para que Él te sane y cure. 

VIERNES

“ Levántate, coge la camilla y echa a andar ”



san Marcos 2,1-12 

Cuando a los pocos días entró Jesús en Cafarnaún, se supo que estaba en casa. 

Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la palabra. 

La persona de Jesús es muy atrayente. Impresionan las palabras del Evangelio: “Se agolparon tantos que ni siquiera ante la puerta había ya sitio” Por supuesto que fascinaba su figura, el mirar de sus ojos, el encanto de su voz, pero, ante todo, “sus palabras”.

Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. 

Son como flechas de amor. Los milagros de Jesús son importantes no sólo por lo que son en sí, sino especialmente por lo que “significan”. Detrás de cada milagro hay un “corazón compasivo” lleno de ternura. Lo más importante del milagro del paralítico no es la curación externa sino la interior.

Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados». 

Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: «¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo uno, Dios?». 

Lo más importante del milagro del paralítico no es la curación externa sino la interior. El milagro que es algo visible, sirve para profundizar en el milagro invisible del corazón. Jesús no sólo cura la parálisis del cuerpo sino la interior, la parálisis del pecado, raíz de todos los males.

Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo: «¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus pecados te son perdonados” o decir: “Levántate, coge la camilla y echa a andar”?

 Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados -dice al paralítico-: “Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”». 

Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos. 

Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto una cosa igual».

A veces nos quejamos de que ahora no hay milagros. En el mundo de la ciencia, de la tecnología, tal vez no se vean cosas maravillosas, pero en el mundo de la gracia en el que nos movemos los cristianos, lo que sucede en el corazón de cada uno de nosotros, sólo Dios y nosotros lo sabemos.


La frase clave es “VIENDO Jesús la fe que tenían”. De nada nos sirve creer en Dios si esa creencia no se convierte en un acto que demuestre lo que creemos (Cfr. Sir 38,1). Si nos limitamos a “creer” y nos cruzamos de brazos, nunca veremos manifestarse la gloria de Dios

Señor que mi fe se “vea”, de manera que todo el que se acerque a mí, vea la manifestación de tu poder y crea.

JUEVES

“ Quiero, queda limpio ”


La lepra era una enfermedad espeluznante en aquel tiempo en que no había posibilidad de cuidarla, y además todos creían que era muy contagiosa.

 Por eso los leprosos tenían que vivir a las afueras de los pueblos, apartados de sus familias. Además, el leproso era considerado “impuro”, es decir, alejado de Dios; Dios lo castigaba de esta manera por sus culpas.

san Marcos 1,40-45 

En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme». 

Bonito inicio de su petición: “si quieres…”.

Temerariamente el leproso se acerca a Jesús desafiando las normas legales. Y, ya que no podía acercarse al templo, se arrodilla delante de Jesús para dirigirle una súplica.

 No le pide que le cure de la lepra, sino que lo “limpie”, que le levante la impureza ante Dios. Sabe que Jesús puede liberarlo de este estado desgraciado que le obliga a vivir apartado de los hombres y, supuestamente, también de Dios.

Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda limpio». 

Jesús se compadece. Tiene el leproso tan cerca, que Jesús se emociona: se hace cargo de su situación y al mismo tiempo se indigna por cómo es tratado por la sociedad, y por la idea de Dios a la que se había llegado. Dios no es así.

 Su Padre no excluye a nadie de su compañía, ni está esperando una fechoría de los hombres para castigarlos con la lepra o con cualquier otra desgracia. Jesús se conmueve hasta las entrañas

La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. 

Y le sale a flor de piel esta mezcla de ternura y de indignación. Por eso, no tiene inconveniente en tocar sus llagas, aquella piel menospreciada por los “puros”. Extender la mano y tocarlo es uno de los signos que Jesús practica para transmitir consuelo y calor humano.

Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio». 

La carne del leproso se vuelve sana. Pero Jesús, no sólo lo ha curado, sino que ha reintegrado al leproso en su círculo social.

Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.


Algunas lecciones podemos sacar nosotros cristianos de 2021 de esta curación del leproso. 
La primera, sabiendo que Jesús nos ha amado y nos sigue amando hasta el extremo, con toda confianza le hemos de pedir que nos cure y libere de las heridas y limitaciones que nos dificultan seguirle.
 La segunda, como tenemos experiencia de que Jesús nos ha curado y no ha introducido en el camino que lleva a la vida… queremos proclamar a los cuatro vientos, como el leproso, que Jesús es el que nos ha curado, es nuestro salvador, el que nos ha dado vida.

MIÉRCOLES

“ Curó a muchos enfermos de diversos males ”



san Marcos 1,29-39


Jesús ha estado enseñando en la sinagoga. Acompañan a Jesús los cuatros dicípulos recientemente llamados

Es una de sus actividades más constantes, junto con las curaciones que hace y de las que el evangelio de hoy nos habla con profusión.

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, e inmediatamente le hablaron de ella. 

 Primero, cura a la suegra de Pedro que tiene una enfermedad corriente, a cuya casa acude con otros dos de sus discípulos. Ella se pone inmediatamente a servirles: se diría que el primer efecto de la curación es la disponibilidad para el servicio. Somos curados para poder servir mejor a los demás.

Él se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. 

Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. 

La población entera se agolpaba a la puerta. 

Junto a esta tarea solícita en favor de los que sufren,

Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. 

 Jesús vive a solas en profunda comunión con el Padre.

La ORACIÓN, mirar la importancia que da Ntro. Señor, mirar y contemplar a Ntro. Señor: “Se levanto de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar”, la relación con el Padre, ni el cansancio de una jornada intensa no le impidió a Jesús disponerse desde muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, para hacer oración.

Se levantó de madrugada, cuando todavía era muy oscuro, se marchó a un lugar solitario y allí se puso a orar.

 Los discípulos lo encuentran orando en descampado, antes de despuntar el alba, y le comunican que todo el mundo lo busca.

Simón y sus compañeros fueron en su busca y, al encontrarlo, le dijeron: «Todo el mundo te busca». 

Jesús no viene a buscar el éxito, ni se detiene ante los halagos de los hombres. 

 Jesús ha comprendido, en el diálogo de la oración, que su misión tiene que extenderse también a otras partes, en las que debe continuar enseñando y curando

Él les responde: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido».

 Su misión es implantar el Reino de Dios. “Vayamos a otra parte”:la tarea es inmensa. 

Así recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios.


Hay mucho trabajo, muchas personas que atender, pero Él necesita el diálogo con el Padre. Es su respiración vital. Hoy más que nunca el mundo necesita una palabra que venga del silencio.


 Así obraba el Señor: oraba con frecuencia en la soledad, en lo secreto, alejado del tumulto. 
Todos lo buscaban. También nosotros hoy buscamos compasión, un hombro sobre el que llorar, alguien en quien desahogarnos. Todos podemos ofrecer compasión al hermano atribulado. Pero para ello necesitamos reforzar la propia fuente de esa compasión que no es otra que la oración. 
Jesús nos enseña, con su actitud, de dónde proviene esa compasión: de la oración, del tiempo de calidad entregado a Dios para que actúe con su poder en nuestras vidas.


MARTES

“ Este enseñar con autoridad es nuevo ”




san Marcos 1,21-28 

Es el primer relato del ministerio de Jesús. Es una jornada en Cafarnaún (1,21-34). Es un día de shabbát en el pueblo. Hay detodo: enseñanza, expulsión de demonios, curación de enfermos y multitudes que se agolpan en torno a Jesús. Hay amigos y gente des-conocida; sinagoga y casa familiar; en público y en privad

En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas.

Toma la palabra. En este momento, Jesús inaugura su importante ministerio de enseñanza.El verbo “enseñar” aparece en el evangelio de Marcos 17 veces 19. Esto significa que el evangelista se empeña en presentar a Jesús como un“Maestro” cualificado

Desde el principio de su ministerio público hasta el final, Jesús sededicará a enseñar, será “maestro”, rabbí,

 Había precisamente en su sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo y se puso a gritar: «¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno?

Al mismo tiempo que con palabras, empieza su predicación también con obras de poder, sus milagros.

En tiempos de Jesús, el mundo popular atribuía numerosas enfermedades congénitas, mentales, corporales, vicios y pecados a la influencia nefasta de los demonios, llamados “espíritus impuros

 ¿Has venido a acabar con nosotros? 

Sé quién eres: el Santo de Dios». Jesús lo increpó: «¡Cállate y sal de él!». 

El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? 

Si Jesús proclama que “el Reinado de Dios ha llegado.

Marcos no dice cuál era la enfermedad del paciente; sólo subraya el estado de opresión en el que se encontraba y el poder soberano que ejerció Jesús sobre los demonios.

En este pasaje vemos como libera a un pobre hombre del mal espíritu que le atormentaba, ante el asombro de todos. Aquí el Evangelio nos presenta al Jesús que enseña y al Jesús que cura.

Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».

Este poder le viene también –como en el caso de su sabiduría– del Espíritu recibido en su bautismo y lo hace más fuerte que Juan el Bautista

 Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.



Y lo mismo podemos, y debemos, aplicar en nuestras vidas; no podemos limitarnos a dar "buenos consejos" al hermano que sufre, también es nuestro deber ayudarle en lo que podamos, darle nuestra mano. 

Que hoy y siempre, nuestras palabras y acciones sean signo de nuestro compromiso por la vida y la dignidad de las personas.

LUNES

“ Convertíos y creed en el Evangelio ”


 La primera palabra de Jesús en este lunes primero del tiempo ordinario te invita a cambiar de vida. Eso es la conversión. El reino de Dios está llegando: un reino diferente al de los hombres, al de las cosas a las que nos atamos, al de las ideas a que nos aferramos, es un reino de gracia y de perdón, por eso la primera muestra de que está entre nosotros, de que está llegando, de que está instalado en el corazón es la conversión.

según san Marcos 1, 14-20 

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

El Señor desea nuestro bien, desde allí nos ofrece la invitación a cambiar, nos llama a la conversión, porque nos ama, el Señor quiere lo mejor para cada uno de nosotros. Nos recuerda que “Está cerca el Reino de Dios”. 

 Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. 

Jesús les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Con la invitación realizada a los discípulos: Simón, Andrés, Santiago y Juan. Nos recuerda que ser discípulo suyo, es hacer nuestra la invitación que les hizo a ellos: “Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. 

 Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.

Aquellos discípulos responden a la llamada, «al momento» (v. 18), abandonando no sólo lo que estaban haciendo, sino todas las cosas (cfr 10,28). 

San Marcos coloca la llamada a seguirle como primera acción del ministerio de Jesús para señalar la colaboración de los discípulos en la proclamación del Reino y para subrayar que la obra de los Apóstoles, tras la resurrección de Jesús, será la continuación de la obra de Cristo.


El evangelio sigue siendo actual: Dios pasa junto a nosotros y nos llama. Si no se le responde, Él puede seguir su camino y nosotros perderlo de vista y de nuestra vida. Sin duda, Jesús conocía a estos discípulos desde tiempo atrás (cfr Jn 1,40-46).

Jesús recibe la tarea de traer el amor de Dios al mundo; la tarea de acortar el espacio que hay entre el cielo y la tierra, entre lo divino y lo humano: con El, los cielos se abren y ya no hay distancias insalvables entre Dios y el hombre. De hecho, el Espíritu se posa en la realidad humana de Jesús que se pone a la cola para recibir el bautismo de Juan, solidarizándose con su pueblo que anhelaba y quería colmar su esperanza. Pero su pueblo no se esperaba, que Jesús fuera lo que necesitaban; que su esperanza estaba con ellos.


santo Evangelio según San Lucas 3, 15-16. 21-22 




En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías,

 Juan les respondió dirigiéndose a todos: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias. 

Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego». 

 Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».





LEVANTATE

  Evangelio según san Marcos (2,1-12) 

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico.



Ahí tenemos a un paralítico llevado ante Jesús por cuatro hombres. ¡Cuánto tenemos que agradecer a todos aquellos que con su vida y ejemplo nos llevan a Jesús! A tantos que al contemplar nuestra debilidad no la critican ni murmuran sino que la ponen delante de Jesús.

 ¡Bendita solidaridad humana! 

La camilla de este paralítico me hace pensar en todos los lisiados de amor, en los que han perdido la esperanza, a los recluidos en su soledad, a los que tienen el corazón completamente seco, a todos los postrados en su enfermedad en tantas camas de hospitales, en fin, pienso a este mundo nuestro envejecido, marchito y sin salida.

 Jesús se inclina hacia el paralítico y le dice: "¡levántate!" Y esta palabra estalla como una bomba en los oídos de los presentes.

 Dios ha venido para esto, para levantar, para recuperar, para devolverle al hombre todo lo que el pecado y la enfermedad le quita. 

 Cuántas veces, más que parecernos a estos cuatro hombres, somos idénticos a los murmuradores letrados, escribas y fariseos, que en vez de aliviar, echan sobre la espalda de los demás cargas imposibles de soportar. Hemos preferido la casuística de las normas al amor del pecador, la seguridad de una buena organización al calor del fervor misionero.

 ¡Levántate y anda! Ese es el dinamismo de la fe. Dios nos quiere en pie, ¿a quién vas a levantar hoy?




Jesús-Salvador quiere dejarnos una esperanza cierta de salvación: Él es capaz, incluso, de perdonar los pecados y de compadecerse de nuestra debilidad moral.

Este milagro lo podemos revivir frecuentemente nosotros con la Confesión. En las palabras de la absolución que pronuncia el ministro de Dios («Yo te absuelvo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo») Jesús nos ofrece nuevamente —de manera discreta— la garantía externa del perdón de nuestros pecados, garantía equivalente a la curación espectacular que hizo con el paralítico de Cafarnaum.

Ahora comenzamos un nuevo tiempo ordinario. Y se nos recuerda a los creyentes la urgente necesidad que tenemos del encuentro sincero y personal con Jesucristo misericordioso. Él nos invita en este tiempo a no hacer rebajas ni descuidar el necesario perdón que Él nos ofrece en su alcoba, en la Iglesia.

jueves, 16 de enero de 2025

SAN ANTONIO ABAD, EREMITA

San Antonio o Antón Abad (Heracleópolis Magna, Egipto, 251-Monte Colzim, Egipto, 356) fue un monje cristiano, fundador del movimiento eremítico.

San Antonio Abad (Zurbarán).jpg
Llamado el Ermitaño y es unos de los fundadores de la vida monástica.

El relato de su vida, transmitido principalmente por la obra de san Atanasio, presenta la figura de un hombre que crece en santidad y lo convierte en modelo de piedad cristiana. También figura en el Calendario de Santos Luterano





 El relato de su vida tiene elementos históricos y otros de carácter legendario; se sabe que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño y que atendía a varias comunidades monacales en Egipto, permaneciendo eremita. Se dice que alcanzó los 105 años de edad


Antonio Abad nació en el pueblo de Comas, cerca de Heracleópolis Magna, en el Bajo Egipto, labrador hacendado.



San Antonio Abad. Oleo sobre lienzo. Fray Juan Bautista Maíno, 1612. Museo del Prado


 Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir a una comunidad local haciendo vida ascética, durmiendo en una cueva sepulcral.


​ Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a encaminar su vida espiritual en el desierto. Más tarde se fue internando mucho más en él, para vivir en absoluta soledad.

 De acuerdo con los relatos de san Atanasio y de san Jerónimo, popularizados en La leyenda dorada del dominico genovés Santiago de la Vorágine en el siglo XIII, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto.


La tentación de san Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por numerosos pintores de importancia.

 Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños junto a Pispir y otro en Arsínoe. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana.
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Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo, en absoluta soledad.

Abandonó su retiro en 311 para visitar Alejandría y predicar contra el arrianismo.
Velázquez - San Antonio Abad y San Pablo, primer ermitaño (Museo del Prado, 1635-38).jpg
San Jerónimo, en su vida de Pablo el ermitaño, un famoso decano de los anacoretas de Tebaida, cuenta que Antonio fue a visitarlo en su edad madura y lo dirigió en la vida monástica; el cuervo que, según la tradición, alimentaba diariamente a Pablo entregándole una hogaza de pan, dio la bienvenida a Antonio suministrando dos hogazas.




A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales. Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara.

 Se afirma que Antonio vivió hasta los 105 años, y que dio orden de que sus restos reposasen a su muerte en una tumba anónima. Sin embargo, alrededor de 561 sus reliquias fueron llevadas a Alejandría, donde fueron veneradas hasta alrededor del siglo XII, cuando fueron trasladadas a Constantinopla.


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