YA ES SEMANA SANTA

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domingo, 1 de octubre de 2023

ORACIONES DEL TIEMPO ORDINARIO SEMANA XXIX, XXX.

 DOMINGO XXX


¿CUÁL ES MI PRINCIPAL MANDAMIENT0, JESUS? 
¿Amar, a un a riesgo de perder o ser amado, buscando mi egoísmo personal? ¿Amar, respetando y queriendo lo del otro o, por el contrario, buscar un amor a la carta con contraprestaciones y con diversos colores de placer? 
¿CUÁL ES MI PRINCIPAL MANDAMIENTO, JESÚS? Tengo, tanto miedo, de que no sea el tuyo De no amar a Dios como Tú lo amas De no servirle como Tú lo haces De no buscarle por los caminos por lo que Tú me invitas a seguirte Digo amar a Dios….y me amo a mi mismo Digo entregarme a Dios…y me busco a mi mismo Digo soñar con Dios….y pienso en mi propio paraíso
 ¿CUAL ES MI PRINCIPAL MANDAMIENTO, JESUS? Ayúdame, Señor, a descubrirlo A que, el único y trascendente, sea brindar a Dios mi existencia y mi adoración, mis ilusiones y mis esperanzas, mi compromiso y mis anhelos de fraternidad Ayúdame, Señor, a que tus mandamientos sean los míos: Que no sean sólo ley, sino convencimiento Que no sean letra impresa, sino corazón abierto Que te ame no por obligación y sí por necesidad de Ti Y ahora, Señor, respóndeme lo que de antemano ya sé: El amor a Dios empuja a darse con el hermano y, en el hermano, es donde puedo también alcanzar el amor divino que sale a mi encuentro. ¡Gracias, Señor!

Ser buena no a  mi manera si a la tuya....con cruz, cuando nos gusta.......
L
Señor no me quieres ver encorvado y me quieres erguido con la dignidad de hija de Dios, capaz de elevar los ojoa al cielo.
Escuchando con fe la Palabra de Dios te pondrás derecha con la vista al cielo. Firmrs en la fe  y en la esperanza soy templo del Espiritu Santo.

M
Señor, leyendo hoy el evangelio, me dan ganas de decirte: hazme pequeño, como ese granito de mostaza. No quiero presumir de saber mucho, de tener mucho, de valer mucho. Quiero presumir de mi pequeñez. Y eso es lo que te ofrezco: “eso poquito que hay en mí”. Tú, Dios Padre, sabrás que vas a edificar “con lo poco que soy”.
X
Ayúdame Señor para que dele que las bienaventuranzas recortar mis labios, caminen con mis pies, se encarnan en mis manos. Vivir amando y sirviendo. 
J
Haz, Señor, que yo rece hoy por mis difuntos y eleve mi mirada por encima de las tumbas, como hizo Jesús sobre la tumba de Lázaro. No es cuestión de mirar el cadáver sino mirar al cielo donde está nuestro Padre Dios donde Él nos espera para darnos el abrazo definitivo.
V
fariseos a la carga. ¡Cuánta paciencia tuviste con ellos! Les dijiste una y otra vez que el amor es lo primero, que todo lo que se hace sin amor no sirve; que el obrar con amor nos llena de gozo y que el mero cumplimiento de la ley nos lleva a la tristeza. Se lo dijiste mil veces a ellos y también nos lo dices a nosotros. 
Y, sin embargo, todavía seguimos amarrados a las normas porque éstas nos dan seguridad. ¿Habrá más seguridad que vivir en el amor? ¿Habrá más alegría que el sentirte en brazos de Dios, nuestro Padre? Hazme, Señor, cristiano, pero cristiano de verdad.
S
Jesús nos invita a seguirle y hemos aceptado la invitación. El verdadero discípulo sigue al maestro, pero sobre todo imita al maestro. Jesús nos sienta la pauta. La pregunta obligada es: ¿Estás dispuesto a seguirle?

DOMINGO XXIX

¿CESAR…..O TU, SEÑOR? 
 Cuando confundo lo divino con lo humano, y me quedo sólo con lo segundo Cuando, volcado de lleno en lo superficial, olvido que Tú existes desde los mismos inicios de mis dias Cuando, escuchando tu Palabra, me quedo con aquellas escritas por el presente Entonces, Señor, sólo entonces me doy cuenta…que sirvo demasiado al “césar” de este mundo. Cuando pretendo una iglesia desarraigada y no profética alejada de todo compromiso.

 ¿CÉSAR…..O TU SEÑOR?
 Cuando dedicado al intercambio de moneda no veo que, la mayor, riqueza soy yo: como persona y como hijo tuyo como llamado a la vida y a la gracia a la santidad, a la sencillez y a la adoración en tu presencia Cuando, pendiente de lo que acontece a mi alrededor te doy las migajas de unos minutos de oración o las prisas de una misa rutinaria Cuando, soñando con ser grande dejo de lado aquel cielo en el que, para entrar, he de ser pequeño 

 ¿CÉSAR….O TU SEÑOR? Que no me olvide, oh Señor, que Tú eres el centro de todo Que no me olvide, Señor, de orientarme desde Ti y contigo Que no me olvide, Señor, que –el cielo y la tierra- son todo obra de tu mano Que no me olvide, Señor, que entre los “césares” que intentan manipular mi conciencia sólo Tú, Señor, tienes derecho a entrar en ella.
Crear Señor el vínculo para lo que fui creada.....a imagen y semejanza tuya......que tu imagen esté reflejada en mi. 
L

Este mundo nos educa para ser ricos, Dios nos educa para ser felices y así sepamos distinguir el valor de las cosas y no su precio. Dios nos recuerda como a Marta que "sólo hay necesidad de una cosa":buscad el Reino de Dios y lo demás se nos dará por añadidura

M
Señor, hoy tu palabra me ensancha el corazón, me da alegría, me ofrece esperanza. ¿Cómo puedo estar triste esperando a Jesucristo que viene de bodas y me invita a su mesa? ¿Cómo tener miedo a Jesucristo que viene a dialogar individualmente con cada uno de nosotros y a servirnos uno a uno? ¿Cabe mayor delicadeza? ¿Cabe mayor signo de amistad? ¡Gracias, Señor, ¡por ser como eres!
X
“se me ha dado mucho” y debo responder con generosidad a tanto regalo, tanto mimo que he recibido de Ti. Miro mi vida tejida toda ella con hilos de tu amor y me avergüenzo de lo tacaño que he sido contigo. Pero quiero cambiar y ser responsable. Quiero que mi respuesta esté a la altura de los sueños que Tú, desde toda la eternidad, has tenido sobre mí.
J
Que  tu fuego Señor prenda en mi corazón.....y yo lleve este calor a los de mi alrededor. Señor  traes divisiones .....al odio pones el amor.....a la mentira traes verdad.........a la ofensa traes perdon. Yo tambien quiero hacer lo mismo.
V
 tenerconciencia del amor de Dios , porque es de allí donde aprendemos que nuestra vida tiene verdadero sentido cuando amamos de verdad. Jesús nos dice que, si podemos interpretar el aspecto de la naturaleza, podemos juzgar lo que se debe hacer en cada momento. 
S
Orar antes de decidir, orar para discernir el plan de Dios, orar en vistas a las grandes decisiones de la vida tanto en el ámbito personal como en el comunitario. La oración no es un momento separado de la vida, es una actitud previa que nos introduce en la experiencia personal y eclesial. Así debería ser el modo de proceder de toda la Iglesia, primero y siempre la oración. Solo después de recogerse en silencio y orar largamente, se confía la misión.

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