YA ES SEMANA SANTA

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viernes, 27 de agosto de 2021

SEMANA XXI DEL TIEMPO ORDINARIO

SÁBADO

“ Como has sido fiel en lo poco, entra en el gozo de tu Señor ”


El Evangelio de hoy nos presenta la parábola de los talentos. Esta parábola nos habla: de ser creativos, de llevar la iniciativa. De superar la tentación de no complicarnos nuestra existencia por amor a los demás. 

Que más que propietarios de los dones recibidos somos administradores de los mismos. Una llamada fuerte a estar atentos a nuestros pecados de omisión, que provocan apatía, pereza, comodidad, psicosis de seguridad, miedo paralizante, no complicarse la existencia… 

La parábola nos habla que el Señor cuenta con todos, Dios cuenta con nosotros, quiere colmarnos con sus dones.

san Mateo 25, 14-30 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad;l uego se marchó. 

Lo primero que salta a la vista es un Dios que reparte bienes a todos. Dios es pura generosidad, puro derroche. Lo suyo es dar y no cansarse de dar. Hablando al modo humano, diríamos que Dios se realiza “dando”.

El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno fue a hacer un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. 

Con lo que Dios nos ha dado a cada uno podemos realizarnos, podemos triunfar en la vida, sin pensar que al otro le ha dado más.

Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. 

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: “Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos”. Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”. 

Se acercó el que había recibido un talento y dijo: “Señor, sabia que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo”. 

El señor le respondió: “Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabias que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? 

Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. 

Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y rechinar de dientes”».


Lo importante es estar contentos con lo que Dios nos ha dado a cada uno sin tener envidia de nadie. Al que no alaba sino que lo rechaza es al que “ha enterrado el talento” y no ha negociado. 
Y aquí está el pecado de omisión al que le damos tan poca importancia. El no hacer el bien es un gran mal. El bien que no hayamos hecho se quedará sin hacer. El tiempo perdido, las horas vacías rodarán vacías por toda la eternidad sin que nadie, ni Dios, pueda llenarlas de sentido.

VIERNES

“ Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora ”


En el Evangelio de hoy nos encontramos con la parábola de las diez vírgenes, seguimos con la llamada a la vigilancia, se propone una actitud de fidelidad en tensión amorosa y a la espera. “Velad, porque no sabéis el día ni la hora”. Es un toque de alerta.

según san Mateo 25, 1-13 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. 

Llama la atención el no compartir el aceite. Da la sensación de egoísmo, tienen provisión de aceite y no quieren compartirlo, chirría a nuestros oídos, el amor comparte, el discípulo ayuda, tienen en cuenta las necesidades de los que le rodean. 

¿Qué representa el aceite? La lámpara encendida es signo de previsión, esa responsabilidad personal es insustituible, previsión y vigilancia no se puede compartir , ni prestar, es nuestra respuesta personal a Dios: nuestros gestos de amor, de entrega, de servicio, son nuestro aceite, depende de cada uno.

El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. 

A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”. Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. 

Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. Pero las prudentes contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”. 

La vida cristiana, vivida con la lámpara del amor bien encendida, es una fiesta de boda. Pero, cuando falta el aceite, se van apagando las lámparas y se acaba la fiesta. Jesús, que sólo quería que todos viviéramos felices, al morir, sólo nos dejó un mandato: “que os améis como yo os he amado”.

Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. 

Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora»


La lampara es el símbolo de la fe que ilumina nuestra vida, mientras que el aceite es el símbolo de la caridad que alimenta y hace fecunda y creíble la luz de la fe.

JUEVES

“ Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor ”

En este evangelio el Señor nos habla de “vigilancia”. ¿Por qué hemos de estar vigilantes? Porque alguien importante va a llegar y debemos estar atentos a recibirlo. Ese personaje importante que va a llegar no es un enemigo, no es un fantasma, es Jesús, mi amigo, mi tesoro, mi vida.

según san Mateo 24, 42-51 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa. 

La parábola de hoy nos coloca en medio de nuestra realidad de día a día. La “vida” nos presenta muchas oportunidades para “pasarla bien”, y cada vez nos vamos dejando arrastrar por los placeres (siempre tendremos tiempo para arrepentirnos; ¡y hasta para confesarnos!).

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre. ¿Quién es el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? 

Y como nuestra “hora” no ha llegado aún, continuamos hundiéndonos cada vez más en la autocomplacencia porque el “amo” no está (¿en serio?) y no llega todavía.

Pasamos por alto que en cualquier momento este puede llegar y encontrarnos como el criado canalla que maltrató a sus compañeros y se dedicó a comer y beber con los borrachos,

Bienaventurado ese criado, si el señor, al llegar, lo encuentra portándose así.

 En verdad os digo que le confiará la administración de todos sus bienes. 

Pero si dijere aquel mal siervo para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. 

Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»


Tal vez nos dé miedo lo del ladrón en la noche. Oigamos esta bonita interpretación de Dolores Aleixandre: “Lo mismo que un ladrón viene en busca de algo valioso y se las arregla para encontrar el momento más oportuno, también Dios vendrá a buscarnos como quien se apodera de un tesoro, porque eso somos para Él. Y vendrá a buscarnos en el mejor momento”.

MIERCOLES

“ Proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios ”


El sepulcro blanqueado es el símbolo de la hipocresía: ¡

según san Mateo 23, 27-32 

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros blanqueados! 

Lo contrario al sepulcro es el sagrario, que alberga vida en lugar de muerte. Y lo contrario al sepulcro blanqueado es el Crucifijo, cubierto por fuera de infamia, y limpieza de Dios por dentro.

Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros: por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crueldad. 

Lo contrario al sepulcro es el sagrario, que alberga vida en lugar de muerte. Y lo contrario al sepulcro blanqueado es el Crucifijo, cubierto por fuera de infamia, y limpieza de Dios por dentro.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! 

Cada vez que leemos este capítulo 23 de Mateo comenzamos a pensar en cuántos fariseos conocemos, y de seguro identificamos unos cuantos de inmediato. Pero rara vez nos detenemos a mirar en nuestro interior. ¿Será por temor a encontrar el fariseo que allí habita?

Con esto atestiguáis en vuestra contra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!».

Nada te molesta tanto como una vida apoyada en la mentira. Dame tu gracia para vivir sin doblez, para ser lo que soy, para vivir en íntima coherencia entre lo que vivo y lo que hago. Que mi mejor predicación sea la vida misma.

MARTES

“ Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del Hombre ”





según san Juan 1, 45-51 

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dijo: «Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».

 Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?». 

Felipe le contestó: «Ven y verás». 

Y claro que vio, y quedó admirado de Jesús. El mejor piropo que le pudo echar Jesús fue éste: “Un israelita de verdad, en quien no hay engaño”. Estas palabras indican que Jesús se ha encontrado muchas veces con falsos israelitas, con fariseos hipócritas, con hombres de quienes uno no se puede fiar. Pero Natanael es distinto. Natanael se extraña de las palabras de Jesús

Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?». 

Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? 

Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».


Señor, Bartolomé se encontró con Felipe y éste lo llevó a Jesús. Hoy quiero comenzar mi oración dándote gracias por los encuentros que he tenido con hombres y mujeres que me han ayudado en mi camino de fe. ¿Qué hubiera sido de mí si no hubiera sido por mis padres, el párroco de mi pueblo, religiosas, laicos comprometidos?… Gracias, Señor, por tantas personas que pusiste en mi camino y me ayudaron a encontrarme contigo.

LUNES

“ Ay de vosotros hipócritas ”



Aquí lo más importante que recrimina Jesús a los jefes del pueblo no es tanto el que ellos no quieran entrar en el nuevo camino traído por Él, sino el que “cierren la puerta para que otros entren”. Y esto es muy actual en nuestros días.

según san Mateo 23, 13-22 

En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! 

Ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno de la “gehenna” el doble que vosotros!

 ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: “Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga”! ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro?

 O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga” ¡Ciegos! ¿Qué es más , la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar, jura por él y por quien habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de dios y también por el que está sentado en él».

Si te cuesta mucho entender el estilo del Señor, debes plantarse como vas de sincerida con El.

Sy llevas una doble vida nunca tendras una vida interior.

 DOMINGO

“ ¿También vosotros queréis marcharos? ”


El final del discurso sobre el pan de vida nos ofrece el primer momento dramático del fracaso del anuncio de Cristo. Sus palabras son consideradas como “duras” y no logran convencer, provocando que muchos dejen de seguirle. Él sólo había dicho que “el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” (Jn 6,51). ¿Qué hay aquí de duro?

según San Juan 6, 60-69 

En aquel tiempo, muchos de los discípulos de Jesús, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» 

 Sabiendo Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os escandaliza?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir a donde estaba antes?

 El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, hay algunos de vosotros que no creen». 

 Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede». 

 Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. 

Cristo mira a la gente que se va y lo siente en el alma, ¿nadie entiende para qué ha venido? Él no ha venido a enseñar una doctrina, sino a dar la vida, carne y sangre para la vida del mundo. El Señor nos da su vida y luego nos enseña a vivirla; y lo realiza haciéndose comida para que nosotros la podamos asimilar.

 Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?». 

 Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios».

Este es el único comportamiento que permite acercarse a Jesús, ya que no puede ser reconocido a distancia, sino desde la abierta confianza. Pedro define a Jesús desde su relación con el Padre “tú eres el Santo”. “Santo” es lo que pertenece a Dios. Si Jesús es el Santo de Dios, esto quiere decir que él pertenece totalmente a Dios y que está plenamente unido a él.



Tú tienes palabras de vida eterna. Hay una bonita y elegante manera de decir a Jesús que sí; es ya no poder decirle que no. Son demasiados los encuentros, las experiencias, los detalles, que han acumulado de Jesús en sus corazones que ya es imposible arrancarse de esa persona. Ojalá, Jesús, estuviera tan metido en nuestras vidas que ya no nos fuera posible separarnos de Él.

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