La fascinante orden religiosa más austera y silenciosa del mundo.
Hace casi mil años ellos que sostienen la vida activa de la Iglesia con la contemplación, la abnegación y un silencio lleno de elocuencia
En un pasaje de su libro La Estrella de los Reyes Magos, el educador Julio César de Mello e Souza, mejor conocido por su pseudónimo Malba Tahan, comenta que hay en la ciudad española de Burgos un monasterio cartujo en cuya iglesia se expone una imagen del fundador, san Bruno, aclamada como obra de rara perfección. Quien observa la imagen tiene la impresión de estar frente a una figura viva.
Se dice que, una vez, un viajero visitó la iglesia y, al toparse con aquella admirable imagen de san Bruno, fue incapaz de contener la admiración:
-¡Es perfecta! Sólo le falta hablar
-Se equivoca, señor -respondió respetuoso el monje que lo guiaba-. Esta imagen es perfecta precisamente porque no habla.
La inspiradora y sencilla anécdota evoca uno de los rasgos más destacados y fascinantes del monje cartujo.
Bendecir (Ritos y gestos - XVI), 1ª parte
Hace 18 horas
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