el cristiano descubre en la Cruz la palabra más elocuente del silencio aparente de Dios. En ella se nos muestra la sabiduría del mismo Dios, que es diversa del poder humano: manifiesta, de verdad, quién es Dios, es decir, su amor gratuito que nos salva. El descubrimiento de este gran acontecimiento transforma la vida del que lo acoge.
Y por eso, lejos de vivirlos como días tristes y oscuros, marcados por el dolor, la Semana Santa los convierte en días profundamente gozosos y que desembocan en la alegría pascual.
Igualmente, la contemplación de este misterio de amor, lleva al creyente a solidarizarse con esas otras cruces que hoy Cristo sigue abrazando misteriosamente
. La Cruz no es solo un leño del pasado, una imagen en nuestros hermosos pasos procesionales. Hoy el Crucificado está vivo y real en hermanos que están junto a nosotros.
…
En ellos se multiplica el rostro del Señor Crucificado.
Os invito profundizar, agradecer, alabar y vivir este mensaje de salvación.
Lo haremos especialmente en nuestras celebraciones litúrgicas.
Y lo haremos en nuestras calles de Siruela, donde se entrelazarán belleza, sentimiento y arte para ser manifestación pública de nuestra fe.
Feliz Semana Santa, especialmente a mis queridos vecinos de Siruela
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