El progreso decisivo de la vida cenobítica tiene en Basilio de Capadocia.
Cesaarea 329- Cesaeea 379
San Basilio nació en el seno de una familia profundamente cristiana.
Su abuelo materno había sufrido el martirio.
Su padre, junto a una intensa piedad, transmitió a los diez hijos una sólida formación doctrinal, y de aquel hogar salieron tres obispos santos: el propio Basilio y sus hermanos Gregorio de Nisa y Pedro de Sebaste. Basilio dedicó varios años al estudio de la retórica y la filosofía en Constantinopla y Atenas.
Fue en Atenas donde comenzó a pensar seriamente en la religión y se decidió a buscar a los más famosos santos eremitas de Siria y Arabia para aprender de ellos el modo de alcanzar un estado de ferviente piedad y de mantener su cuerpo sometido mediante el ascetismo, lo que solía denominar “una vida filosófica”.
Más tarde, cuando contaba unos veinticinco años, regresó a su ciudad natal, Cesarea de Capadocia, donde emprendió la profesión docente.
Al poco tiempo, dejó la enseñanza y se retiró al desierto para dedicarse a la contemplación: así se convirtió en uno de los pioneros de la vida monástica.
En el año 370 fue ordenado sacerdote; seis años más tarde, sucedió a Eusebio corno Obispo de Cesarea, Metropolitano de Capadocia, y Exarca de la Diócesis del Ponto.
En el texto que se reproduce a continuación, tomado de una de sus obras más importantes, previene a los cristianos de una posible tentación: sustraerse a las obligaciones del trabajo personal con la excusa de dedicar más tiempo a la oración.
San Basilio aporta numerosos textos de la Sagrada Escritura para demostrar hasta qué punto el trabajo es parte integrante del espíritu cristiano.
Basilio, al igual que Pacomio, escribe una regla de vida.
Reglas de San Basilio
Es un conjunto de preceptos monásticos atribuidos a Basilio Magno (siglo IV) y recogidos en un mismo documentos hacia el siglo VI. Teodoro Estudita le da su forma final a principios del siglo IX. En general dichas normas son una guía monástica cenobítica, que inspira el monacato cristiano oriental.
En sentido estricto no puede considerarse un documento jurídico, según el concepto de la Iglesia católica, pero sigue siendo modelo de vida para las órdenes o congregaciones que a ella se inspiran (católicos u ortodoxos), conocidos comúnmente como basilianos.
La novedad basiliana era la sumisión de los monasterios a la autoridad del obispo y a abrirlos más a las realidades sociales y eclesiales.
Estableció ocho momentos de oración al día. De su influencia surgirán monasterios decisivos para la historia del monacato cristiano, como los monasterios constantinopolitanos y el de Monte Athos en Grecia, dedicados al estudio de textos teológicos.
Monjes basílios
Son monjes pertenecientes a la orden de San Basilio, que san Basilio (Basilio Magno, obispo de Cesarea), instituyó en el Ponto el año 363 y a los que dio su regla, la regla de san Basilio.
La posterior Regula Benedicti (regla de San Benito), considerada la base de la vida monástica occidental, origen de los benedictinos, y creada por San Benito de Nursia, se inspiró en buena medida en los escritos de San Basilio.
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