PRIMER PAPA PEREGRINO
Juan Pablo II llega a Compostela el 9 de noviembre de 1982.
Lo hace como peregrino, lo que pretende simbolizar vistiendo una esclavina peregrina y realizando a pie los últimos metros hacia la catedral.
Desde Compostela, inspirándose en el mensaje de fe y destino que la peregrinación compostelana había representado durante la Edad Media en Europa, lanza una llamada que tendría un notable eco, sobre todo en el mundo católico:
“Yo, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: vuelve a encontrarte. Sé tu misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces. Tú aún puedes ser faro de civilización y estímulo de progreso para el mundo.”
El papa polaco completa este elogioso canto a Santiago parafraseando unas palabras quizá apócrifas atribuidas al escritor alemán J. W. Goethe: “Alrededor de la memoria de Santiago, Europa se encontró a sí misma.
”
Una placa en la cripta de la catedral recuerda el memorable momento que supuso para Santiago la visita del primer papa que oró ante la urna con los restos apostólicos.
Habían pasado más de 1.100 años desde el descubrimiento del sepulcro. Juan Pablo II era el primer sumo pontífice que se arrodillaba ante él.
Si en aquel momento fuese posible hacer un barrido al pasado, se habrían constatado las múltiples desconfianzas y razones más o menos fundadas e interesadas con las que el Vaticano había respondido a lo largo de la historia a las demandas de la Iglesia compostelana. Era, por tanto, un momento de un profundo alivio para el santuario de Santiago, un sueño imposible hecho realidad.
JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENNTUD 1989
Volvió de nuevo Juan Pablo II a Santiago en agosto de 1989 para presidir la Jornada Mundial de la Juventud, que tuvo como escenario el simbólico Monte do Gozo compostelano,
el primer lugar desde el que los peregrinos del Camino Francés divisan las torres de la catedral compostelana.
Acompañaron al papa casi medio millón de jóvenes de todo el mundo, según la Iglesia, a los que animó a la peregrinación.
Esta segunda visita, por su exclusividad y temática, concedió a la ciudad compostelana y a su santuario una gran promoción mediática en todo el mundo, que superó a la ya exitosa y simbólica de 1982.
Aunque no volvió a Santiago desde 1989, Juan Pablo II siguió evidenciando su estima por el santuario compostelano, sobre todo durante los años santos de 1993, 1999 y 2004.
En una alocución a los obispos de las provincias eclesiásticas españolas de Santiago, Burgos, Zaragoza y Pamplona, en septiembre de 1997, mencionó expresamente el jubileo que Santiago iba a celebrar en 1999, el último del segundo milenio: “El Año Santo Compostelano tiene primordialmente una finalidad religiosa que se manifiesta en la peregrinación a lo largo del Camino de Santiago. Os aliento, pues, a preparar bien este acontecimiento para que sea un verdadero Año de Gracia.”
http://www.lavozdegalicia.es/fotos/2010/10/28/01101288252988921464942.htm
Niña María
Hace 3 días
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