Festividad que se celebra el 21 de noviembre.
Giotto
La Presentación de Nuestra Señora suele confundirse a veces coa la Presentación del Niño Jesús en el Templo, fiesta que se celebra el día 2 de febrero en conmemoración de un hecho ampliamente descrito en los evangelios y que corresponde a la ley judía, que obligaba a los israelitas a ofrecer sus primogénitos a Dios.
Joaquín y Ana, piadosos israelitas, después de varios años de matrimonio, habían llegado a una avanzada edad sin lograr descendencia. Sobre ellos pesaba el terrible oprobio de la esterilidad, que para los israelitas era doblemente doloroso, porque significaba la exclusión de la familia de las promesas del Señor, tanto más cuanto, como en el casó de Joaquín y Ana, se trataba de personas que pertenecían a la casa de David, de la que, en su día había de nacer el Mesías.
En su angustia, Ana hizo una oración fervorosa, prometiendo al Señor ofrecerle el fruto de sus entrañas si se dignaba concederle descendencia. El nacimiento de la Santísima Virgen fue el resultado de esta oración y esta promesa. Joaquín y Ana, fieles a su voto, presentaron a la Niña en el templo a la edad de tres años, y allí permaneció en compañía de otras doncellas y piadosas mujeres, hasta sus desposorios con San José, dedicada a la oración y al servicio del templo.
Tiziano
Los orígenes de esta fiesta hay que buscarlos en una piadosa tradición que surge en el escrito apócrifo llamado el «Protoevangelio de Santiago».
Históricamente, el origen de esta fiesta fue la dedicación de la Iglesia de Santa María-el edificio fue deseado por Monseñor Elías, obispo de Jerusalén, y fue terminado bajo los auspicios del emperador Justiniano (527-565)- al lado de la zona del templo de Jerusalén, ahí donde la Virgen pasó su infancia dedicada al servicio divino.
Esta iglesia fue consagrada el 21 de noviembre del año 543, y fue llamada Nueva Iglesia, para distinguirla de la antigua, dedicada a la Natividad de María.
Todo eso se viene conmemorando en Oriente desde el siglo VI, y hasta habla de ello el emperador Miguel Comeno en la Constitución de 1166.
En el transcurso del siglo VIII la festividad se extendió por todas las Iglesias orientales, y, con el favor del pueblo de Dios, pasa a ser parte de las grandes doce festividades del año.
Todavía hoy se celebra en Oriente con una vigilia preparatoria y algunos días de post-festividad, hasta el 25 de noviembre.
Un gentil hombre francés, canciller en la corte del Rey de Chipre, habiendo sido enviado a Aviñón en 1372, en calidad de embajador ante el Papa Gregorio XI, le contó la magnificencia con que en Grecia celebraban esta fiesta el 21 de noviembre.
El Papa entonces la introdujo en Aviñón, y Sixto V la impuso a toda la Iglesia.
Sano di Pietro
Bendecir (Ritos y gestos - XVI), 1ª parte
Hace 17 horas
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