Esta tarde, noche del 12 de agosto, me has vuelto ha manifestar tu gran amor, mi sacrificio -no poder recibirte mañana en la puerta de mi casa- me lo has recompensado al cien por cien.
GRACIAS MADRE
Un proverbio galés dice: El amor perfecto, a veces no viene hasta el primer nieto.
Madre: ese amor perfecto ha llenado mi corazón al son de las campanillas y las voces de los niños que horas antes recordaba : "Mañana por la tarde se va por la Virgen"
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