YA ES SEMANA SANTA

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sábado, 8 de febrero de 2025

TIEMPO ORDINARIO 3º Y 4º DOMINGO

  DOMINGO III DEL T ORDINARIO DOMINGO DE LA PALABRA




 El mundo es una fábrica de palabras incumplidas frente a UNA que se hace obra: Jesús 
La perversión de la palabra es la palabrería, la de Cristo es coherencia. El exceso de palabras maquilla la verdad, el Evangelio nos la muestra 
La abundancia de palabras hace pensar en el vacío, la de Dios siempre nos trae algo El silencio a veces vale más que mil palabras y el ruído nos impide escuchar lo esencial
 Hablemos de tal manera que aún siendo escasos en verbo nuestra vida sea la que más enseñe lo que llevamos dentro. 
Y es que la Palabra de Dios pone en evidencia nuestro fácil recurso y nuestra incapacidad para hablar con nuestros actos.
Pongamos, además, los ojos del rostro, del alma y del corazón en Jesús. Hoy, se sigue cumpliendo lo que hemos escuchado: ¡Jesús es la revelación del Padre!
Los que esperan… tienen los ojos puestos en Ti para que no les defraudes 
Los que desesperan… tienen los ojos puestos en Ti para que les desesperanza 
Los tristes… tienen los ojos puestos en Ti, para que les bendigas con la alegría 
Los abatidos… tienen los ojos puestos en Ti, para que les levantes 
Los decepcionados…. tienen los ojos puestos en Ti, para que sean optimistas
DOMINGO

Jesús, principalmente predicaba con obras, con el ejemplo, dando testimonio, incluso entregando su propia vida. Igual hemos de hacer nosotros, no nos podemos quedar sólo en las palabras: hemos de concretar nuestro amor a Dios y a los hermanos con obras.
LUNES
Pero el Señor sufre con paciencia ese juicio temerario sobre su persona. Como afirmó san Juan Pablo II, Él «es un testimonio insuperable de amor paciente y de humilde mansedumbre».
MARTES
Proclama mi alma la grandeza del Señor» (Lc 1,46). María expresa ahí todo el programa de su vida: no ponerse a sí misma en el centro, sino dejar espacio a Dios; sólo entonces el mundo se hace bueno» (Benedicto XVI)
MIERCOLES
Hoy, Señor, vengo a la oración con un deseo: el deseo de que Tú, deposites en mi corazón la semilla de la fe, la semilla de la alegría, la semilla del amor. Y, una vez que hayas depositado la semilla, necesito que te quedes ahí dando energía para que esa semilla crezca y se convierta en una espiga doblada por el peso de los granos. Y todavía necesito que me ayudes a repartir esa buena semilla en otras personas. Si la semilla se queda en el granero no puede dar fruto.
JUEVES
Si he tenido la suerte de creer, no me guarde esta fe en el corazón encerrándola con llave. Que yo no me conforme con la luz que entra por la ventana de mi casa, sino que salga fuera, la comparta con los que viven en la calle y en la plaza, y la disfrute con todos en el corazón de la vida.
VIERNES
A veces nos cohibimos de sembrar pensando que nuestra “semilla” es pequeña, no nos atrevemos a anunciar el Reino de Dios, porque “tenemos poco que decir”. Ninguna semilla es demasiado pequeña. Si hemos recibido la Palabra de Dios anunciando el Reino, tan solo tenemos que arriesgarnos, atrevernos a regar la semilla. No olvidemos que esa Palabra tiene poder creador, capaz de hacerla germinar aún en las condiciones más desfavorables.
SABADO
Y nos dirige la misma pregunta que aquél día: ¿Por qué sois tan cobardes? Aún no tenéis fe? Señor, estoy demasiado metido en las cosas del mundo, en los trabajos de cada día, en los problemas de siempre. Y necesito oír tu palabra que me dice: “Pasemos a la otra orilla”. Es la orilla de la fe, del amor, de la paz. Es la orilla donde yo me encuentro con Dios en la oración. Y quiero agradecerte, Señor, tu invitación: No me has dicho: ¡Pasa a la otra orilla! Sino “pasemos”. Sin ti, todo me asusta, todo me da miedo. Contigo siempre estoy dispuesto a pasar “a la orilla” que me quieras llevar.



IV DOMINGO TIEMPO ORDINARIO




¡LUZ PARA LAS NACIONES!
 Nunca el mundo y sus negocios, el hombre y sus pretensiones han estado tan maquillados de color como vacíos de sentido ni presentados con tanto fuego de artificio Necesitamos a un JESUS que es LUZ y que haga resplandecer los rincones más inaccesibles y más difíciles del ser humano 

Necesitamos de este JESUS que va sembrando ilusión y paz en las calles por donde transitan los que son auténticos testigos y candiles de su reino Necesitamos a un JESUS que sustituya aquellas lámparas que han sido apedreadas por las dificultades y las incomprensiones, por las vergüenzas o por los intereses que denunciaban 
Necesitamos de este JESUS que limpie las lámparas que un día brillaron en todo su esplendor pero que, el paso del tiempo, las ha ido debilitando con el polvo de la apatía, el cansancio o la indiferencia Necesitamos a un JESUS que dé urgentemente ese “fluído evangélico” que nos resulta imprescindible para aquellos/as que seguimos pensando que es una respuesta para el momento que vivimos

 Necesitamos de este JESUS que nos amarre fuertemente a esa gran fuente de energía espiritual que es el Evangelio Necesitamos a un JESUS que nos conecte directamente a esa gran central de amor y de ternura, de gratuidad y de misterios que es el cielo Necesitamos de este JESUS que nos invada con ese arranque (que no es nuclear, eólico ni hidráulico) que viene y nace del corazón que está unido a Dios por el Espíritu 
Necesitamos JESUS para que, cuando nuestra vida haga cortocircuito, nos ayude a separar lo negativo de lo positivo, la verdad de la mentira, la tacañería del altruismo, la esperanza del abismo, la oscuridad de la luz. ¡Claro que si! Luz de las naciones y, además, con esa gran mujer MARÍA que nos recuerda la importancia de ir rellenando las lámparas de nuestras almas con el aceite de la fraternidad, la esperanza, la fe, la confianza o el amor.
DOMINGO

Dios nos llama a que lo encontremos a través de la fidelidad en las cosas concretas —a Dios se le encuentra siempre en lo concreto—: oración diaria, la misa, la confesión, una caridad verdadera, la Palabra de Dios de cada día, la proximidad, sobre todo a los más necesitados, en el cuerpo o en el espíritu. Podemos tocar a Dios todos los días en la comunión sin que pase nada en nosotros. Lo hemos tocado con rutina. Pero si un día lo tocamos con fe, puede cambiar totalmente nuestra vida.
LUNES

Jesús siempre puso por delante a las personas, incluso antes que las leyes y los poderosos de su tiempo. Pero nosotros, demasiadas veces, pensamos sólo en nosotros mismos y en aquello que creemos que nos procura felicidad, aunque el egoísmo nunca trae felicidad.
MARTES

Señor, tú te has manifestado hoy como el “Dios de la vida”. Quieres que tengamos vida, pero vida en plenitud. Quieres que vivamos y disfrutemos de la vida. Quieres que no vivíamos con miedos o esclavitudes. Quieres que vivamos felices. ¡Gracias, Señor!
MIERCOLES

Es posible que nosotros, los de casa, los que le oímos todos los días, los que le tocamos en la Eucaristía, no creamos de verdad. Me pregunto: ¿Estará Jesús sorprendido de mi poca fe? Y eso ocurre en la propia vida. Pero también en nuestro entorno. Aprender a mirar con los ojos de Jesús permite que lo nuevo aparezca ante nosotros y nos seduzca. ¿Nos dejamos seducir por el amor de Cristo?
JUEVES

Señor, la meditación de hoy no me deja tranquilo en mi casa, sino que me invita a salir. Por eso te pido valor para entender el cristianismo como salida. Tú has salido del Padre y has venido a este mundo para enseñarnos a salir. Saliste del Padre, del corazón del Padre, de la ternura del Padre. Haz que yo salga al mundo con el corazón lleno de amor, de solo amor y nada más.
VIERNES

Juan estaba en la cárcel, pero la Palabra de Dios no estaba encadenada. Dame también hoy a mí la valentía de Juan, la valentía de decir siempre la verdad, aunque deba pagar por ello, un precio alto.
SÁBADO
Descansamos cuando estamos con las personas que amamos: descansa el niño en los brazos de su madre y el amigo con el amigo y el esposo con su esposa. Y el hombre -varón y mujer- descansa con su Dios. “Nos has hecho, Señor, para Ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en Ti” (San Agustín). 


 V DOMINGO Y IIEMPO ORD




Porque, siendo como eres Dios, no mereces una compañía como la mía. Porque, siendo como eres Eterno, mi vida se conforma, demasiadas veces, con lo efímero, vacío o caduco.
 ¡APARTATE, SEÑOR!
 Porque tu beldad pone al descubierto la mentira de mi existencia Porque, siendo como Tú eres, insistes, una y otra vez, en aquellas puertas en las que hace tiempo los nudillos de mi mano dejaron de golpear. ¡APARTATE, SEÑOR! 
Tú me invitas a intentarlo de nuevo, y yo doy marcha atrás allá donde no veo éxito Tú me animas a mirar hacia el horizonte y sigo empeñado en instalarme en el pasado Tú te fías, de mis pobres fuerzas, cuando yo, frecuentemente, dudo de que Tú me apoyes en mis luchas. 
¡APARTATE, SEÑOR! Temo tirar la toalla, si el sol no brilla Si la suerte no sale a mi encuentro Si, las dificultades, son más grandes que mi capacidad para hacerles frente 
¡APARTATE, SEÑOR! Que, mis pecados, me abruman Que, mis pecados, me paralizan Que, mis pecados, hacen que me sienta como alguien que traiciona a Aquel que es Dios bajado del cielo Que, mis pecados y mi vida vacía, me impiden amarte como mereces me condicionan seguirte como Tú exiges me imposibilitan servirte como, Tú Señor, requieres Amén
D
Yo Señor tu seguidora, remando mar adentro,  que me convocas  para reponer las fuerzas, y m envías de nuevo, a la brega.

L

Siempre debemos depositar nuestra confianza en el Señor, Él no nos deja de su mano y, siempre, estará a nuestro lado aunque nosotros no seamos conscientes de ello.

M

Más que un simple tocar «la orla de su manto», nosotros recibimos realmente el Cuerpo de Cristo en nuestros cuerpos. Más que una simple curación de nuestras enfermedades físicas, la Comunión sana nuestras almas y les garantiza la participación en la propia vida de Dios.

X

Podemos hacer grandes cosas si nos damos cuenta de que cada uno de nuestros actos humanos es corredentor cuando está unido a los actos de Cristo.

J

Quiero que me des la fe de esta mujer cananea, la fe de una mujer que nunca ha estado en el templo de Jerusalén, ni sabe nada de los libros de la Biblia. Una mujer que pone su corazón y todo su ser en la plegaria; una mujer que ha rezado poniendo delante de ti su vida desgarrada por el dolor de su hija gravemente enferma. Dame, Señor, la gracia de rezar así, poniendo mi vida rota y maltrecha delante de ti.

V

S

El Señor no nos pide hacer milagros, sino simplemente poner a disposición lo que somos y lo poco que podemos aportar, si quien salva, si quien realiza la obra es Él, y que detalle que quiera contar con nuestra pequeñez, Él es el que nos enseña a mirar a las personas no ya sólo con nuestros ojos y sentimientos, sino desde su perspectiva. 

El Señor nos impulsa a partirnos, repartirnos con el mismo espíritu vivido en la Eucaristía para los demás y, por tanto, a ser ejemplo de entrega, caridad y oración.


VI DOMINGO DEL TIEMPO ORD






Bienaventurados si no nos olvidamos de Dios ¡Bienaventurados!
 Bienaventurados si sonreímos aunque estemos llorando ¡Bienaventurados!
 Bienaventurados si no presumimos de ser ricos ¡Bienaventurados! Bienaventurados si no tememos decir la verdad ¡Bienaventurados! 

Bienaventurados si no valoramos sólo el mundo ¡Bienaventurados! 
Bienaventurados si miramos al cielo ¡Bienaventurados! 
Bienaventurados si no olvidamos al que sufre ¡Bienaventurados! 
Bienaventurados si somos fuertes en la fe ¡Bienaventurados! Bienaventurados si no nos burlamos de los débiles ¡Bienaventurados!

 Bienaventurados si nos dejamos tocar por Dios ¡Bienaventurados! 
Bienaventurados si creemos en la Resurrección ¡Bienaventurados! 
Bienaventurados si no ponemos en el centro al mundo ¡Bienaventurados! 
Bienaventurados si avanzamos con y por Jesús ¡Bienaventurados! 
Bienaventurados si tenemos tiempo para Dios ¡Bienaventurados! 

¡Bienaventurados si buscamos la felicidad en la Fe ¡Bienaventurados!



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