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Piero della Francesca, 1450, National Gallery. Londres, Reino Unido.
Dice Lucas: “Jesús al empezar tenía unos treinta años”. Y también señala, para situarlo históricamente que “era el décimo quinto año del imperio del Emperador Tiberio” (que es el emperador que sucedió a Augusto). Ahora, se cita a Marcos para que cuente lo sucedido (Marcos 1, 2 y ss.): “Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino; voz del que grita en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
Verrocchio, h. 1472-1475
Técnica Óleo sobre tabla
Estilo Renacimiento
Tamaño 199 cm × 171 cm
Localización Galería Uffizi, Florencia,
Se presentó Juan [hijo de Isabel y Zacarías, pariente de María] bautizando y predicando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él toda la región de Judea y toda la gente de Jerusalén. Él los bautizaba en el río Jordán y confesaban sus pecados.
El Greco, M del Prado
Juan iba vestido de piel de camello y una correa de cuero en la cintura”. La piel de camello era áspera y pobre. Tan solo llevaba un ceñidor. Su oración puede que la hiciera en el desierto y tal vez su cobijo fueran las cuevas de ese mismo páramo, al occidente del Jordán.
Era un hombre, en definitiva, penitente y, por lo que nos cuenta la narración, célibe.
M del Prado, Navarrete El Mudo
Estando Juan en su labor misionera de conversión dijo: “detrás de mí viene el que es más fuerte que yo (…). Yo os he bautizado en agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.
Y sucedió que por aquellos días llegó Jesús desde Nazaret al Jordán (Mateo 3, 13) y se presenta a Juan para que lo bautice. Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole: ‘soy yo el que necesito que tú me bautices ¿y tú acudes a mí?’ Jesús contestó: ‘déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia’. Entonces Juan se lo permitió.
Apenas se bautizó Jesús, salió del agua, se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él y vino una voz de los cielos que decía: ‘este es mi hijo amado, en quien me complazco”
Francesco Albani
“Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua”, manifestó San Gregorio Nacianceno en uno de sus sermones.
“También el Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio”, añadió el Santo.
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