Cansada de mirar al suelo y siempre encontrar las cloacas llenas de mentiras, de suciedades, de pocos valores que surgieron en la vieja Europa y muchos valores para animales.
Necesitaba recordar esa imagen que en los dias soleados desde mi terraza entre dos edificios de la calle Fermín Caballero
Foto tomada desde la puerta de la Abadia
Al fondo la Hospederia
MI ENCUENTRO CON LOS MONJES
Entrada a la Abadia
Abadía benedictina
Vestibulo
El acceso al monasterio se encuentra en el centro del edificio de éste.
Tras la puerta que indica “Abadía Benedictina”, nos encontramos con un vestíbulo alrededor del cual se sitúan tres locutorios para visitas a los monjes.
Fue lo primero que conocí, el vestíbulo.
No soy muy valiente que digamos pero era tan grande la necesidad de encontrar algo que me llenará qué toque el timbre con fuerzas.
Apareció un monje......de negro con sus manos ocultas bajo el escapulario....y muy alto.
Mi charla con el padre
Fue por la tarde y empezando bendiciendo el encuentro con agua bendita, mis manos y su cabeza.
No me costó contarle mi vida, como me agarre con 15 años a la Madre del cielo y como Dios para mi era un juez y como descubrí que Dios es Amor.
Una vida cargada de muchas cruces unas más pequeñas que otras. Me hizo ver que tanto tiempo separada de El y El tenía de siempre un proyecto para mi, profesora de Religión, preocupada por la Iglesia, mis estudios sobre la Biblia, los comentarios diarios sobre el Evangelio.....
Su consejo, el ejemplo de lo que el hacia, confesión, Eucaristía y diálogo con Jesús Sacramentado.
Más de una hora y seguir al día siguiente invitándome a rezar con ellos las visperas.
Sali siendo otra persona y sabiendo que el diálogo con mis hermanos me daría Dios fuerza para ese encuentro.
Me quede paseando por los jardines hasta la hora de las Visperas
La otra puerta sobre la cual se puede leer: “Clausura".
La cruce por la tarde para asistir al rezo de las visperas con la comunidad.
Al cruzarla, nos encontramos con la galería del claustro.
El Claustro
El claustro de la Abadía Santa Cruz no ofrece la característica disposición cuadrangular de otros monasterios, sino que es rectangular y se halla abierto hacia la contemplación de la gran cruz monumental.
Una larga y ancha galería nos conduce por la izquierda hacia el gran vestíbulo que une el monasterio con la Escolanía y con el túnel de acceso posterior a la Basílica.
Por la derecha nos lleva a las dependencias del monasterio.
Y me vi ante la hermosa capilla
La Capilla
La capilla del monasterio tiene una disposición alargada de nave única; fue concebida propiamente para sala capitular, pero se utilizó pronto para el culto.
Es en ella donde los monjes se reúnen para el canto del Oficio Divino a lo largo del día y donde celebran habitualmente la Santa Misa de los lunes.
Está presidida por el altar con el sagrario y por una imagen de San Benito.
A los lados de la cabecera, sendas imágenes de Nuestra Señora del Valle (obra de Ramón Lapayese, réplica más pequeña en madera de la que hizo para la Basílica) y de San José atraen la devoción de la Comunidad.
La sillería del coro, de madera, se ve enmarcada por nueve relieves en piedra labrados por Ramón Lapayese, en los cuales se exponen los milagros de San Benito según la narración hecha por San Gregorio Magno en el libro II de los Diálogos.
El relieve de mayor tamaño, tras el sitial del P. Abad, recoge la escena del Tránsito o muerte del Patriarca de los monjes de Occidente.
Frente a la capilla un hermoso jardín con una preciosa imagen de Maria con el Niño en brazos.
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