Hace pocos días los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias Orientales Católicas visitaron a Benedicto XVI en el convento Mater Ecclesiae.
El Patriarca Caldeo Louis Sako bromeó al saludarle: "Santidad, hemos venido desde nuestro hotel, a pesar de la lluvia, como peregrinos, por lo que merecemos una bendición especial y una oración especial por Irak".

Como respuesta, el Papa emérito, dijo: "Rezo todos los días por Irak, por Siria y por el resto del Oriente Medio".

Sako, entonces, insistió: «Usted ya se jubiló, así que ¿no hay ninguna posibilidad de que visite Irak?».
Y Benedicto XVI respondió: "Soy solo un viejo, un monje que ha decidido pasar el resto de su tiempo dedicado a la oración y al reposo".

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