SAN PEDRO CIUDAD DEL VATICANO
La Basílica Papal de San Pedro conocida comúnmente como Basílica de San Pedro, es un templo católico situado en la Ciudad del Vaticano.
Cesaron las persecuciones y Constantino subió al trono imperial. Por aquellos días gobernaba la Iglesia el papa San Silvestre. Su biógrafo, en el Liber Pontificalis, dice que el emperador construyó, a ruegos del Papa, la basílica sobre la tumba de San Pedro.
La empresa no fue fácil, pues el sepulcro estaba en una pendiente bastante pronunciada de la colina. Tuvieron que levantar altos muros a un lado, ahondar el terreno en otro y nivelar el conjunto hasta obtener una gran plataforma.
El Papa la dedicó en el año 326 y, según se lee en el Breviario Romano, erigió en ella un altar de piedra, al que ungió con el sagrado crisma, disponiendo además que, en adelante, tan sólo se consagraran altares de piedra.
Era una basílica grandiosa, a cinco naves, con un pórtico en la entrada, y que perduró por toda la Edad Media.
Debajo del altar, a unos metros de profundidad había la cripta con la tumba del apóstol, la cual fue recubierta con una masa de bronce y una cruz horizontal encima, toda ella de oro, de 150 libras de peso, debido a la munificencia de Constantino.
La cripta era inaccesible, pero los peregrinos para confiarse al Santo se acercaban a la ventanilla de la confesión (una abertura que había en la parte delantera del altar), y desde allí, por un conducto interior, hacían descender lienzos y otros objetos que tocaran el sepulcro. Dichos objetos eran conservados como recuerdo y venerados a modo de reliquias.
Así como la basílica de Letrán, edificada también por Constantino y dedicada en un principio al Salvador, era considerada como la catedral de Roma y fue residencia de los Papas por toda la Edad Media, la de San Pedro venía a ser la catedral del mundo. En ella se reunían los fieles en las principales festividades del año litúrgico: Navidad, Epifanía, Pasión, Pascua, Ascensión y Pentecostés.
El nuevo Papa recibía la consagración en San Pedro y allí era sepultado al morir. En ella eran ordenados los presbíteros y diáconos romanos.
La basílica cuenta con el mayor espacio interior de una iglesia cristiana en el mundo, presenta 193 m de longitud, 44,5 m de altura, y abarca una superficie de 2,3 hectáreas.
La altura que le confiere su cúpula hace que sea una característica dominante en el horizonte de Roma.
Es considerada como uno de los lugares más sagrados del catolicismo.
Se ha descrito como «la más grande de todas las iglesias de la cristiandad».
En la tradición católica, la basílica es el lugar de entierro de San Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret, primer obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por lo tanto, el primero de los pontífices.
La tradición y las evidencias históricas y científicas sostienen que la tumba de San Pedro está directamente debajo del altar mayor de la basílica; a causa de esto, muchos papas han sido enterrados en San Pedro desde la época paleocristiana.
En el sitio de la actual basílica han sido construidas iglesias desde el siglo IV.
La construcción de la actual basílica, sobre la antigua basílica constantiniana, comenzó el 18 de abril de 1506, y finalizó el 18 de noviembre de 1626.
La Basílica de San Pedro es una de las cuatro basílicas papales o basílicas mayores de Roma;las otras son:
Archibasílica de San Juan de Letrán,
Basílica de Santa María la Mayor y
Basílica de San Pablo Extramuros.
La Basílica de San Pedro no es ni la sede oficial del papa, ni se encuentra la primera entre las principales basílicas de Roma, pues este honor lo ostenta la catedral de Roma, la Archibasílica de San Juan de Letrán, tampoco es la parroquia de la Ciudad del Vaticano, ya que actualmente es la Capilla Paulina la que funciona como tal. Sin embargo, es la principal iglesia pontificia, al celebrarse en ella la mayoría de las ceremonias papales, debido a su tamaño, a su proximidad a la residencia papal y a su ubicación dentro de la Ciudad del Vaticano.
La Cátedra de San Pedro o cátedra es una silla antigua que se supone fue utilizada por San Pedro, pero que en realidad fue un regalo de Carlos el Calvo, y utilizada por varios papas. Ocupa una posición elevada en el ábside, apoyada sobre los Doctores de la Iglesia, e iluminada por el Espíritu Santo.
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