Para él, todos eran iguales, y no permitía que les despreciaran, siempre se ponía de su parte hasta para jugar al fútbol -aunque dicen que no eran muy buenos-
Su compañero de pupitre era Jerzy.
Jerzy era hijo de un prestigioso abogado, presidente de la comunidad judía de Wadowice, de aquellos “hermanos mayores” - termino de Adam Mickiewicz - que tanto le gustaba usar al Beato Juan Pablo II. En Wadowice estos “hermanos mayores” estaban integrados a la comunidad y se consideraban polacos, aunque en su gran mayoría hablaban alemán (Weigel).
Jerzy entró en la iglesia y se dirigió al altar para decirle a Karol, que en aquel momento estaba ayudando a Misa, que ambos habían aprobado el examen de ingreso en el instituto. Pero no se lo pudo decir, porque una señora se lo impidió.
Jerzy se quedó entonces quieto y asustado.
Después, Karol le preguntó qué había pasado. Y tras darle la feliz noticia, el amigo le explicó que aquella mujer se había escandalizado porque había entrado en la iglesia siendo no solo judío, sino... el hijo del presidente de la comunidad judía.
Karol le dijo a Jerzy: "Pero, ¿es que no somos todos hijos de Dios, según nos han dicho?"
Ya convertido en Papa, sería, en 1986, el primer Papa que visitara una sinagoga.
Con todas las revueltas que se vivieron en Polonia perdió la pista de su querido amigo de la infancia.
Jerzy y Lolek terminaron sus estudios secundarios en 1938. Para entonces ya había llegado a Wadowice una oleada de antisemitismo y se aproximaban tiempos difíciles. Ambos amigos se distanciaron. Jurek se había mudado a Varsovia y Lolek a Cracovia.
un museo en memoria del holocausto, en Jerusalén.
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