YA ES SEMANA SANTA

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viernes, 27 de octubre de 2023

DOMINGO XXIV DEL TIEMPOO ORDINARIO

SABADO

“ Escogió de entre ellos a doce ”


según san Lucas 6, 12-19 

Era una de sus costumbres. Cuando tenía que adoptar una decisión fuerte, Jesús se retira solo a orar. También cuando, como en esta ocasión, va a elegir a doce de sus seguidores para ser sus apóstoles. “Pasó la noche orando a Dios”.

En aquellos días, Jesús salió al monte a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió de entre ellos a doce, a los que también nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Simón, llamado el Zelote; Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. 

Jesús sabe que la predicación de su buena noticia, esa que alegra el corazón del hombre, la va a poder realizar personalmente durante un breve tiempo. Sabe que le espera la muerte, la cruz, la resurrección y su vuelta al cielo.

Por eso, elige a estos hombres, que van a ser los primeros continuadores de su misión

Después de bajar con ellos, se paró en una llanura con un grupo grande de discípulos y una gran muchedumbre del pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. 

El Señor quiso elegir a los Apóstoles para que fueran compañeros en su vida y continuadores de su obra después de su muerte. El Señor es quien lleva la iniciativa, Él es quién nos llama, quien nos elige, quien cuenta con cada uno de nosotros y nos brinda la oportunidad de ir a trabajar a su viña. Los apóstoles eran hombres de su tiempo, con defectos, con debilidades. Y, sin embargo, Jesús los llama para hacer de ellos pescadores de hombres.

Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

De nada vale postularse, aquí no hay currículum que valga ni apetencia por cargo alguno: Jesús escogió a los apóstoles cuyos nombres se le revelaron en la oración y Dios sigue llamando hoy a quienes elige.



Orar antes de decidir, orar para discernir el plan de Dios, orar en vistas a las grandes decisiones de la vida tanto en el ámbito personal como en el comunitario. La oración no es un momento separado de la vida, es una actitud previa que nos introduce en la experiencia personal y eclesial. Así debería ser el modo de proceder de toda la Iglesia, primero y siempre la oración. Solo después de recogerse en silencio y orar largamente, se confía la misión.


 VIERNES


“ Haz lo posible por llegar a un acuerdo ”

según san Lucas 12,54-59 

¿Qué es lo que Jesús me quiere decir en este momento? Quizás sea el momento de darme cuenta lo que pasa a mi alrededor ¿Acaso no me doy cuenta lo que Dios hace por mí cada día? ¿Soy capaz de ver más allá de la rutina de mi propia vida, o sea, de ver el amor de Dios que me permite despertarme cada mañana? ¿Puedo decir que tengo abierto los ojos para ver el amor de Dios en todo lo que pasa en mi vida?

En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís enseguida: “Va a caer un aguacero”, y así sucede. 
Cuando sopla el sur decís: “Va a hacer bochorno”, y sucede. Hipócritas: sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, pues ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que es justo?

 Por ello, mientras vas con tu adversario al magistrado, haz lo posible en el camino por llegar a un acuerdo con él, no sea que te lleve a la fuerza ante el juez y el juez te entregue al guardia y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues la última monedilla».

Es necesario que tengamos esta conciencia (del amor de Dios), porque es de allí donde aprendemos que nuestra vida tiene verdadero sentido cuando amamos de verdad. Jesús nos dice que, si podemos interpretar el aspecto de la naturaleza, podemos juzgar lo que se debe hacer en cada momento. 


 Amar es lo que se debe hacer en cada momento, porque es lo que hace Jesús con nosotros. Y uno es feliz cuando da y recibe amor.

JUEVES

“ He venido a prender fuego en el mundo ”


Estas palabras de Jesús no pueden entenderse al pie de la letra sino en sentido simbólico. “He venido a traer fuego a la tierra”. ¿Acaso Jesús es un pirómano? “No he venido a traer la paz” ¿Acaso Jesús es violento? ¿Qué es eso de bautismo de sangre?

según san Lucas 12, 49-53 

El fuego del que habla Jesús no es material sino espiritual, es decir, el fuego del amor. Dios se le manifestó a Moisés en una “zarza que ardía y no se consumía”.

Ese fuego de la zarza arde en nuestros corazones si nos abrimos a la Palabra de Dios y procuramos llevarla a la práctica es el fuego del Espíritu Santo. 

Una viva imagen de un Dios que arde en llamaradas de vida, en llamaradas de amor. Y ojalá que este amor avanzase en el gran bosque del mundo.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!

El bautismo de sangre alude al bautismo de la Cruz. Pero no es la sangre, ni la Cruz, ni el sufrimiento lo que nos redime, sino EL AMOR. 

 ¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? No, sino división.

No estoy para dar la paz”. Jesús ha venido a traer la paz, la verdadera paz, pero no las “paces” a cualquier precio. Cristo no puede pactar con un mundo injusto, egoísta, materialista, hedonista. Quiere la paz, fruto de la verdad, la justicia y el amor. 

Desde ahora estarán divididos cinco en una casa: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra la suegra».

La muerte de Cristo en la Cruz es la carta más bella escrita por Dios sobre el amor: el más grande, más sublime, más escandaloso.

MIERCOLES

“ Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá ”



Jesús introduce la parábola del administrador fiel y prudente para explicar a los suyos que creer en el Verbo encarnado tiene consecuencias. No se puede creer en Jesucristo, segunda persona de la Santísima Trinidad, y que todo siga su curso.

según san Lucas 12,39-48

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, velaría y no le dejaría abrir un boquete en casa. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre». 

Pedro le dijo: «Señor, ¿dices esta parábola por nosotros o por todos?». Y el Señor dijo: «¿Quién es el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas? 

Bienaventurado aquel criado a quien su señor, al llegar, lo encuentre portándose así. 

Nos lo grita San Pablo en la epístola a los romanos que se proclama hoy como primera lectura: somos criaturas nuevas una vez que hemos acogido con libertad el don del Espíritu Santo. Y esa criatura nueva necesita que el hombre viejo muera

En verdad os digo que lo pondrá al frente de todos sus bienes. Pero si aquel criado dijere para sus adentros: “Mi señor tarda en llegar”, y empieza a pegarles a los criados y criadas, a comer y beber y emborracharse, vendrá el señor de ese criado el día que no espera y a la hora que no sabe y lo castigará con rigor, y le hará compartir la suerte de los que no son fieles. 

El criado que, conociendo la voluntad de su señor, no se prepara ni obra de acuerdo con su voluntad, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, ha hecho algo digno de azotes, recibirá menos. 

En el Evangelio, Jesús nos advierte de que ese tesoro que se nos ha concedido llevar en vasijas de barro nos obliga a comunicarlo, como una vela que enciende otras velas. Pobres los que no han recibido la buena noticia del reino de Dios, pero a ellos no se les puede imputar responsabilidad alguna. A ti, a quien se te ha anunciado, claro que sí.

Al que mucho se le dio, mucho se le reclamará; al que mucho se le confió, más aún se le pedirá».


También nosotros, como los discípulos, somos administradores que debemos repartir a los demás todo lo que hemos recibido por la fe. Pero hay dos clases de administradores, los "avispados" que cumplen su función según las instrucciones que se le han dado, y los "necios" que administran para si.

MARTES

“ Tened encendidas las lámparas ”



según san Lucas 12, 35-38 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Tened ceñida vuestra cintura y encendidas las lámparas. 

Una espera empapada de serenidad, de gozo, de vitalidad. Porque Él ha ido a prepararnos un lugar, y cuando lo tenga preparado volverá para llevarnos con Él para que donde está Él estemos también nosotros (Jn 14, 2-4).

Vosotros estad como los hombres que aguardan,a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. 

Bienaventurados aquellos criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; en verdad os digo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y, acercándose, les irá sirviendo. 

Lo hizo en la última cena. Pedro no lo comprendió. ¿El Señor a sus pies? Pero se vio obligado a permitir a Dios ser Dios. ¡Qué poco se parece el verdadero Dios, el Dios del Evangelio, a los dioses no tocados por la varita mágica de la revelación!

Y, si llega a la segunda vigilia o a la tercera y los encuentra así, bienaventurados ellos».


Mientras no llegue ese día, no podemos estar sentados como si esta vida fuese una sala de espera. La manera de esperar nuestro glorioso futuro es vivir intensamente el presente. En la confianza en quien nos ha amado hasta el extremo. Sin miedos ni obsesiones. Pendientes más de los demás que de nosotros mismos.

LUNES

“ Guardaos de toda clase de codicia ”

“ Así es el que atesora para sí ”




san Lucas 12, 13-21 

En aquel tiempo, dijo uno de entre la gente a Jesús: «Maestro, dije a mi hermano que reparta conmigo la herencia».

Este hombre acude a Jesús yeso denota el prestigio de que goza ante el pueblo.

Jesús no entra en ese terreno. su misión es otra.Su dedicación es el Reino de Dios.

Él le dijo: «Hombre, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre vosotros?». 

Y les dijo: «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes». Y les propuso una parábola: «Las tierras de un hombre rico produjeron una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos, diciéndose: “¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha”. Y se dijo: “Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el trigo y mis bienes. 

Y entonces me diré a mí mismo: alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe, banquetea alegremente”.

Que equivocado esta la persona que vive de manera egoísta, a pesar de que su heredad ha producido fruto en abundancia. Lo que más pena produce es que, en su corazón, no hay lugar ni para Dios, ni para su prójimo.

 Pero Dios le dijo: “Necio, esta noche te van a reclamar el alma, y ¿de quién será lo que has preparado?”.

Así es el que atesora para sí y no es rico ante Dios».


No debemos acumular riquezas de este mundo. Mejor es atesorar las cosas que nos vienen de Dios.

El trabajo en este mundo sólo encuentra su sentido más pleno en cuanto que sirve para prepararnos la vida definitiva y eterna.

Somos ricos ante Dios practicando las obras de Misericordias.

Al cielo tenemos que llevar la Fe, la Esperanza y la Caridad.

DOMINGO

“ Dar a Dios, lo que es de Dios ”


San Marcos nos dice hoy que Jesús ya está en Jerusalén para llevar cabo su misión cono Mesías sufriente. Después de haber entrado triunfalmente a Jerusalén y de haber purificado el Templo, el Señor tiene una serie de controversias con los Dirigentes del Templo y de Israel.

evangelio según san Mateo 22, 15-21

 En aquel tiempo, se retiraron los fariseos y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. 

Jesús es una amenaza para sus intereses. Los fariseos van perdiendo la autoridad de sus enseñanzas por la mayor autoridad de Jesús (cf. Mc 1,21-28). Y los herodianos o partidarios del rey Herodes Antipas también la van perdiendo como gobernantes

Le enviaron algunos discípulos suyos, con unos herodianos, y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad, sin que te importe nadie, porque no te fijas en apariencias. 

Ellos se odian entre sí, pero aquí se unen contra Jesús, pues lo quieren eliminar.

Dinos, pues, qué opinas: ¿es lícito pagar impuesto al César o no?».

 Comprendiendo su mala voluntad, les dijo Jesús: «Hipócritas, ¿por qué me tentáis? 

Enseñadme la moneda del impuesto». Le presentaron un denario. 

Él les preguntó: «De quién son esta imagen y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César».

 Entonces les replicó: «Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

Jesús simplemente les dice que le devuelvan su moneda al César, ya que los deberes para con Dios no eximen de los deberes para con la sociedad; que el César reciba su tributo, pero más importante, que Dios reciba su tributo en el verdadero culto: restituyendo lo debido a los, pobres, a los explotados, a los excluidos, a los aplastados, a las víctimas de la injusticia.


Pero Jesús que no vive al servicio del emperador de Roma, sino «buscando el reino de Dios y su justicia» añade una grave advertencia sobre algo que nadie le ha preguntado: «A Dios dadle lo que es de Dios». La moneda lleva la «imagen» de Tiberio, pero el ser humano es «imagen» de Dios: le pertenece sólo a él. Nunca sacrifiquéis las personas a ningún poder. Defendedlas.

Los seguidores de Jesús hemos de encontrar en el Evangelio la inspiración y el aliento para vivir de manera solidaria. De Jesús escuchamos la invitación a estar cerca de los pobres y de todos los que sufren.

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