Palabras de un jovencísimo arzobispo de Munich sobre algunos aspectos del adviento. Se llamaba (1978) Joseph Ratzinger
"Los árboles y las montañas alabarán a Dios, y todos los árboles del bosque aplaudirán, pues viene el señor, el dominador, a su reino eterno".
Belém
Los árboles engalanados del tiempo de navidad no son otra cosa que el intento de hacer visibles y palpables estas palabras: el Señor está ahí, por tanto también los árboles deben salir a su encuentro, inclinarse ante Él y convertirse en alabanza de su Señor...
Siruela
Incluso un uso tan externo como los dulces de navidad tiene su raíz en la liturgia del adviento de la Iglesia, la cual en estos días del año que termina hace suyas aquellas palabras del Antiguo Testamento: "en aquellos días los montes destilarán dulzura y los ríos llevarán leche y miel".... Cuando
Él llega en la navidad, comunica al mismo tiempo la miel. Y por tanto debe ser verdad que la miel fluye de la tierra; donde Él se encuentra desaparecen todas las amarguras, puesto que coinciden cielo y tierra, Dios y el hombre; y la miel y los dulces son signo de la paz, de la concordia y de la alegría.
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