Nuestra Patrona, a pulso , sale de la ermita, mientras fuera esperamos sus hijos queridos para acompañarla entre cantos y pujas en su recorrido
El coro rociero de Siruela la recibe con unos fandangos
Te está diciendo que eres nuestra Madre, Que cada hijo te da su corazón.
Tu imagen, Madre, es muy hermosa,
Tu rostro vello es una flor.
Mas el tesoro que nos ofreces,
No está en tu imagen, está en tu amor.
Cuando nacimos, tu gran ternura,
Desde la ermita nos acogió.
En nuestra muerte queremos Madre,
En tu regazo, hallar a Dios.
Aunque tus hijos se vayan lejos,
Jamás reniegan de tu calor.
Tú sabes, Madre, que te recuerdan,
En la alegría y en el dolor.
A hombros vienes como una Reina,
Entre cantares como mujer.
Y Dios te mira como a su Madre,
Como este pueblo te quiere ver.
Después del recorrido por el campo ya entras en el recito de tu ermita, Siruela hoy soltario a tus espaldas.
Pasando por el exterior del portico Nuestra querida Madre gira para recorrer los poquitos metros que faltan para su entrada.
Y tu pueblo, muchas personas dentro, te reciben con aplausos y canciones,porque en nuestro pecho Madre tienes tu altar
Tus fieles hijos te miran como abanzas hacia tu altar esperando que te gires para poder poner nuestros ojos en los tuyo y sentir que nos dices:
Y de recuerdo el ramito de albahaca para guardar hasta el año que viene.
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