Cada pueblo, cada nación y, en ciertas regiones, casi cada ciudad o pueblo tiene su santuario mariano, pequeño o grande, íntimamente ligado a la historia religiosa y a veces también civil de la gente.
Innumerables generaciones, a lo largo de los siglos, se han dirigido en peregrinación a santuarios célebres o humildes para “honrar a la Virgen, en sus preciosas o modestas imágenes.
Hoy nos dirigimos en peregrinación espiritual a un santuario ligado a la memoria del Nacimiento de la Virgen Santísima.
Una antigua tradición, a la cual se hace referencia en un apócrifo del siglo II, el Protoevangelio de Santiago, sitúa en Jerusalén, junto al templo, la casa en que nació la Virgen.
Según la tradición, aunque Joaquín y Ana residían en Nazaret, se trasladaron a vivir a Jerusalén.
Y allí nació y se crió la Virgen Santísima. También en ese lugar murieron estos venerables santos.
Está situada junto a la piscina de Bethesda (la piscina probática junto a la cual Jesús curó a un paralítico), muy cerca de donde comienza el Vía Crucis por las calles de la vieja Jerusalén.
Una iglesia, conocida en diferentes épocas como Santa María, Santa María ubi nata est, Santa María en Probatica, Santa Probatica y Santa Ana, fue construida en el siglo IV, posiblemente por Santa Elena (madre del emperador Constantino), sobre el lugar de la casa de San Joaquín y Ana.
Sus tumbas fueron honradas hasta el final del siglo IX, cuando los invasores musulmanes conviertieron el lugar en una escuela.
La cripta, que originalmente contenía las santas tumbas, fue descubierta el 18 de marzo de 1889
En la cripta hay restos arqueológicos de casas del s. I. Sobre ella se construyó un templo bizantino, destruido por los persas, otro románico, destruido por los musulmanes y el actual gótico, que se salvó a la caída del reino cruzado porque Saladino la transformó en una "madraza" (escuela donde se estudia la ley de islámica).
Las excavaciones arqueológicas iniciadas en el s. XIX trajeron a la luz los restos de la piscina, de los baños hebreos, de un santuario pagano de la época romana, de la basílica bizántina de santa María en la Probática –o casa de la familia de la Virgen-, y diversos monumentos de la época cruzada.
La iglesia de Santa Ana sobrevivió porque el conquistador de Jerusalén, Saladín, la dedicó de nuevo como escuela de derecho coránico de la corriente Shafiita.
Una lápida de mármol inserida en la fachada, directamente sobre la puerta principal, recuerda este suceso.
En esta cripta -que aquí se ve restaurada- los cristianos fueron capaces de mantener a lo largo de los siglos el recuerdo de la casa natal de la Virgen, incluso cuando la iglesia se encontraba en manos de los musulmanes
http://www.caminandosinrumbo.com/israel/jerusalen/santa_ana/index.htm
http://www.christusrex.org/www1/ofm/sbf/escurs/Ger/10escursCa.html
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