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viernes, 19 de enero de 2024

SEGUNDA SEMANA DEL TIEMPO ORDUNARIO

SÁBADO
“ No estaba en sus cabales ”





Este breve texto no nos dice nada del modo de proceder de María la Madre de Jesús; sin duda continuaba silenciosa, meditando todo lo que veía y oía en su corazón.


según san Marcos 3,20-21 
Los parientes de Jesús lo tienen por loco. Pero hay que preguntarse, ¿Por qué? Jesús ha vivido durante 30 años en Nazaret, un pueblo insignificante, ayudando a San José en su taller. Ha vivido, ha convivido, ha participado con la gente humilde y sencilla de su pueblo. Y ahí se ha realizado como persona. Es uno del pueblo. Por eso le llaman Jesús “el nazareno”.

En aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer.

¿Cómo podía un simple artesano de Nazaret hacer milagros en nombre de Dios, relacionándose con la gente baja del mundo, tocando a los impuros leprosos, manchando su reputación al tratar con mujeres de mala vida…?
 Realmente a Jesús no lo entendieron sus familiares ni la gente “bien”.
 Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.

Esta vida oculta y escondida de Jesús en Nazaret durante 30 años rompe todos los esquemas no sólo de sus parientes y vecinos, sino también los nuestros. Jesús nos enseñó a vivir.



Nos enseñó que es más importante callar que hablar; servir que presumir; ser, que poseer. Nos enseñó las esencias más genuinas del más puro humanismo.

Y nosotros, dos mil años después, ¿lo entendemos?, ¿acogemos su palabra y su modo de proceder tratando de vivir como vivió Él con la confianza puesta en la providencia del buen Dios

VIERNES

“ Llamó a los que le pareció conveniente ”




según san Marcos 3,13-19

El Evangelio de hoy nos dice que para responder a las demandas de una multitud sin fronteras, Jesús elige a un grupo de personas, a las cuales confiere su propia misión y autoridad. 
Es una elección en la que sólo cuenta la voluntad de Jesús, su predilección y su amor. Es una elección con una doble finalidad: para estar con él (formar una comunidad) y para enviarlos a predicar (para trabajar juntos en la Misión

 En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. 

La elección de los apóstoles era un asunto muy importante y Jesús se pasa la noche dialogando con el Padre, barajando los nombres que iba a elegir al día siguiente.

E instituyó doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios: Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo, y Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó.

Los llamó para que estuvieran con Él”. Antes de enviarlos a predicar deben prepararse. ¿En las escuelas de Jerusalén? No. En la escuela de Jesús. Lo que han aprendido estando con Él, escuchando sus palabras, imitando su estilo de vida, eso va a ser el objeto de su predicación. Les llamó para que le siguieran. El seguimiento de Jesús forma parte esencial a su llamada.


Esto que Jesús hizo con los primeros apóstoles lo hace Jesús siempre con aquellos que va a elegir. Y nos debe dar devoción el pensar que, antes de elegirme a mí, Jesús ha orado por mí al Padre.

 JUEVES


según san Marcos 3,7-12

En el Evangelio de hoy nos resalta que al Señor lo seguían una gran multitud, por lo que hacía, por sus obras, esta era su carta de presentación, se iba comunicando y su fama cada vez era mayor, se ha extendido incluso a tierras paganas, como Transjordania, Tiro y Sidón.

 En aquel tiempo, Jesús se retirá con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. 

Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón. 

El pasaje evangélico nos resalta que eran muchos , todos los que sufrían de algo querían tocarlo para encontrar también la curación e incluso los que estaban poseídos también se postraban ante él.

Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.

Cuando se tiene un mal, cuando se sufre , uno lo busca, quizás un poco interesadamente, sabe que le puede ayudar, el Señor ha venido como Salvador nuestro, su amor ha llegado hasta el extremo.

 Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». 

Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

Llevado de su amor y de sus entrañas de misericordia desplegaba su poder de curación, sanando a todos los enfermos y agobiados que se acercaban a él. No es extraño entonces que, como dice el evangelio de hoy, “cuando se retiró a la orilla del lago, lo siguió una muchedumbre de Galilea”.


El panorama en 2021 ha cambiado. Vemos que no acuden “muchedumbres” a nuestras predicaciones de Jesús y su evangelio.

Ante esta situación, los cristianos de hoy no podemos batirnos en retirada. No podemos dejar de hablar de Jesús y su evangelio. No podemos privar a nuestros hermanos del tesoro que el mismo Hijo de Dios nos ofrece para vivir, ya en esta tierra, una vida con sentido, con esperanza, con ilusión, antes de poder disfrutar de la felicidad total después de nuestra muerte.

MIÉRCOLES

“ ¿Qué está permitido en sábado? ”



El evangélica de hoy (Mc 3,1-6) nos presenta la culminación del conflicto entre Jesús y los fariseos; entre la ley y el amor, que vimos en el pasaje que leímos ayer.

Dos preguntas bien distintas:

según san Marcos 3,1-6 

Una la de los fariseos: ¿Se puede curar en sábado? A los fariseos sólo les interesa el sábado, el cumplimiento de la ley, la observancia. El hombre, la persona humana, no les interesa

En aquel tiempo, Jesús entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada.

La otra pregunta es la de Jesús: ¿Se puede hacer el bien y salvar una vida en sábado? A Jesús le interesa la persona que sufre, la vida en plenitud.

 Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo. 

Jesús pura misericordia. Porque se apiada de ese pobre hombre con la mano atrofiada que tiene delante y elige curarlo. Por puro amor a ese hombre de la mano paralizada.

Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio».

Por eso dice al hombre de la mano seca: “Extiende tu mano”. No andes con la mano encogida, paralizada. Estás reduciendo tus posibilidades. Recobra la libertad de tu mano.

Y a ellos les pregunta: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?». 

A Jesús la postura de los fariseos le produce tristeza porque recortan la vida, no dejan que la gente sea libre, no les dejan gozar de la libertad que Dios les ha concedido.

Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano». 

La extendió y su mano quedó restablecida. En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él.



Obramos como esos fariseos escrupulosos, siempre acechantes, sin darnos cuenta de que somos como ese hombre de la mano enferma. 
Necesitados permanentemente de la misericordia de Cristo, de su compasión amorosa por nuestras limitaciones, nuestras manos rotas, nuestros huesos molidos por el pecado.

MARTES

“ El Hijo del Hombre es señor del sábado ”





según san Marcos 2,23-28 

San Marcos avanza en presentarnos la revelación de la autoridad de Jesús y la ceguera de los dirigentes judíos; del banquete con los pecadores pasamos a tema del ayuno y de éste, al tema del hambre.

Para las autoridades religiosas del judaísmo, el “sábado” era, ante todo, un precepto legal, una obligación que marcaba el descanso de la semana.

Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.

Para calmar el hambre los discípulos de Jesús cortan espigas al cruzar los sembrados, esta situación estaba expresamente aceptada en la Sagrada Escritura para cualquier día de la semana, menos para el sábado

 Los fariseos le preguntan: «Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».

 Los fariseos critican, nuevamente, a Jesús porque permite y tolera más de lo que la tradición concedía, como si menospreciara el sábado. Pero el Maestro Nazareno se defiende y defiende a sus discípulos (as) usando un argumento de la Escritura (Ver 1 Sm 21,1-7), haciéndoles ver que el Rey David, ferviente devoto del Señor se saltó una norma sagrada debido al hambre de él y sus hombres.

Él les responde: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?». 

La Ley no es un yugo opresivo, sino liberador. La Ley no es imposición, sino don. ¿Quién es Jesús para interpretar la Ley así? Es alguien que tiene más autoridad que el Rey David, es el Hijo de Hombre, dueño y Señor de la enfermedad y del pecado y del sábado y de la Ley.

Y les decía: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».


A modo de conclusión necesito mantenerme cerca del Señor para tener las fuerzas de vivir de cara a Él, sin temer ir contra corriente. Se nos vuelve a recordar que la ley suprema del Evangelio es la de la caridad, que no basta quedarse con un cumplimiento aparente o hipócrita de los mandamientos, que no es suficiente cumplir con ciertas cosas y decirse católico mientras en la práctica se sigue pensando y viviendo como pagano.

LUNES

LUNES

“ ¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo? ”



san Marcos 2,18-22


 En aquel tiempo, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?». 

Los fariseos se preguntaban por qué los discípulos de Jesús no se ajustaban al «ritualismo» que daba de alguna manera el signo de autenticidad con respecto al maestro.

Jesús les contesta: «¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? 

Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar. 

La respuesta de Jesús es simple: porque en adelante, los seguidores de Cristo, no se distinguirán por sus prácticas religiosas, sino por un estilo de vida centrado en el maestro y dirigido por la fuerza del Espíritu Santo.

Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día. 

Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.

El vestido viejo y los odres viejos son imágenes de las instituciones de la antigua Alianza.

 El paño sin tundir, los pellejos nuevos y el vino nuevo son símbolos de la gran novedad que Jesús está trayendo al mundo: la nueva Alianza. Una nueva era se está iniciando,y a una era nueva deben responder formas e instituciones nuevas

 Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos». 



Lo que viene a traer Jesús es tan novedoso, está tan fuera de lo que era, es tan espectacular que no cabe encasillarlo en nada de lo ya conocido.
 ¿Y qué es esa novedad que no puede sujetarse a nada de lo existente? Amor. Jesús viene a tu vida a decirte que te ama. Pero no de una forma hueca, como a menudo hacemos esta declaración: ¡es que te amó tanto que se dejó matar en la cruz! 

Jesús, dame la sabiduría para saber ayunar de todo aquello que pueda disminuir mi fidelidad y la totalidad de mi entrega a la misión que me has encomendado.

DOMINGO

“ ¿Qué buscáis? ”





 “¿qué buscan?” De algún modo esta pregunta se nos dirige hoy a nosotros -¿responderemos quedándonos con el Señor o diciendo hemos encontrado al Mesías?
Hoy Juan el Bautista da un paso más dejándonos su testimonio personal sobre Aquel a quien había bautizado. Nos invita de este modo a superar esa superficialidad en que nos envuelve y sumerge con frecuencia la inercia de nuestra rutina religiosa. Pretende adentrarnos en una espiritualidad más consciente y viva, fundamentada en la sólida identidad cristológica de Jesús, a quien hemos confesado como tal en nuestras promesas bautismales.

san Juan 1, 35-42 




“ Jesús, el Hijo de Dios ”

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Este es el Cordero de Dios». 

La primera pregunta de Jesús en el evangelio de Juan… Está dirigida a los dos discípulos de Juan el Bautista que han escuchado sus palabras sobre Jesús: “Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Y lo han seguido… A los dos jóvenes no se les escapa el sentido profundo de la palabra “cordero de Dios”…

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «Qué buscáis?».

Y dejan a Juan, disponiéndose a seguir a Jesús… Y Jesús que escucha sus pasos, o que “siente” que le siguen les pregunta: “¿qué buscáis?”…

 Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis».

 ¡Qué buscáis!… Significa poner a los jóvenes frente a su propia motivación de fondo… ¿Qué buscáis, siguiéndome? ¿Qué os empuja desde dentro a venir de tras de mí?… Viene enseguida la respuesta de los jóvenes expresada en otra pregunta: “¿Dónde vives?”… Es como si le dijeran… No sabemos exactamente que buscamos… Pero es a ti que queremos ver, contigo queremos estar para saber si de verdad eres aquel de quien Juan nos ha hablado…

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. 

Queremos estar contigo, saber cómo eres… Y Jesús les dice: “venid y veréis”. Y el encuentro es tan clave en la vida de los que buscan que se queda marcada hasta la hora en el recuerdo de quien escribe…

Jesús con su pregunta pone a los discípulos en situación de pararse a pensar en lo que realmente les mueve a ir de tras de Él… Los educa a detenerse ante sus propios deseos e identificarlos…

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». 

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce: Pedro)».



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