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domingo, 31 de diciembre de 2023

santo Evangelio según san Lucas (2,41-52) 




Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.  

sábado, 30 de diciembre de 2023

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA



30 DE DICIEMBRE DE 2022

Trasladada en este año a este día, por ser el domingo posterior a Navidad solemnidad de la Madre de Dios +



Recordamos hoy unas palabras del Papa emérito Benedicto XVI sobre esta fiesta de la Sagrada Familia: "La casa de Nazaret, dijo el Papa, es una escuela de oración en que se aprende a escuchar, a meditar"


En la festividad de la Sagrada Familia, recordamos y celebramos que Dios quiso nacer dentro de una familia para que tuviera alguien que lo cuidara, lo protegiera, lo ayudara y lo aceptara como era.



Al nacer Jesús en una familia, el Hijo de Dios ha santificado la familia humana. Por eso nosotros veneramos a la Sagrada Familia como Familia de Santos

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Benedicto XVI también nos recordó que aunque el Evangelio no haya conservado ninguna palabra de José, su presencia es "silenciosa pero fiel, constante, activa" y que José "cumplió plenamente su papel paterno en todos los aspectos".

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 Entre ellos el Papa habló de cómo José habría educado a Jesús a la oración llevándolo consigo a la sinagoga los sábados y dirigiendo la oración doméstica por las mañanas y al atardecer. "Así, en el ritmo de las jornadas transcurridas en Nazaret, entre la casa y el taller de José, Jesús aprendió a alternar oración y trabajo y a ofrecer también a Dios la fatiga para ganar el pan que necesitaba la familia".





Y se celebra el último domingo del año.

 Festividad de la Traslación del Apóstol Santiago 29 de diciembre de 2023 



El Arzobispo de Santiago, Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Francisco Prieto, preside este sábado 30 de diciembre (11:40 h), en la Catedral de Santiago, la Festividad de la Traslación de Apóstol Santiago. 

En ella se conmemora el traslado del cuerpo del Apóstol Santiago el Mayor, desde Jaffa (Palestina) hasta Galicia, para recibir sepultura en el lugar en el que hoy se levanta la catedral. 



Durante la misa tiene lugar la tradicional Ofrenda Nacional, por parte del Excmo. Sr. Delegado Regio, en esta ocasión D. Miguel Ángel Santalices, presidente del Parlamento de Galicia.

viernes, 29 de diciembre de 2023

TRASLACIÓN DE LOS RESTOS DEL APÓSTOL SANTIAGO+

30 DE DICIEMBRE: TRASLACIÓN DE LOS RESTOS DEL APÓSTOL SANTIAGO+


 La ceremonia de la Traslación se celebra anualmente el 30 de diciembre en recuerdo del traslado de los restos del Apóstol Santiago desde el puerto de Jaffa (Jerusalén) hasta las costas gallegas, desembarcados en el muelle de Iria Flavia (Padrón).



En base a la tradición, la Reina Lupa, soberana de las tierras envió tropas en persecución de la comitiva apostólica, que fue salvada, según el relato, por un milagro que ahogó a los perseguidores en las aguas del río Tambre.



La Reina Lupa quedó impresionada y ofreció su ayuda a los discípulos para que pudieran enterrar los restos del Apóstol, trasladados en un carro tirado por bueyes que al azar buscan reposo para el hijo de Zebedeo. Según la leyenda, los bueyes se detienen en un lugar llamado Libredón ‘Liberum domum’, en donde Santiago es enterrado hasta que es descubierto por un eremita en el año 813.





El rey Alfonso VI realizó en el año 1109 la primera ofrenda de Traslación, entregando una ofrenda de una docena de talentos de oro y otras de marcos de plata. En 1642, bajo el reinado de Felipe VI esta ceremonia se institucionalizó con carácter definitivo y desde entonces actúa como oferente el rey o un delegado regio.


Las últimas noticias históricas de [Santiago Apóstol] nos llegan de Palestina, donde muerte mártir (el primero de los Apóstoles de Jesús) decapitado en Jerusalén. A partir de aquí surge una profunda tradición de que su cuerpo es trasladado al fin del mundo, al occidente europeo, a Galicia (España). Arribaría en barco a Iria Flavio (Padrón) y de allí sería conducido tierra adentro hasta acabar enterrado en tierras de la actual Santiago de Compostela.





 La historia da lugar a la tradición con el paso de las generaciones y la invasión musulmana, hasta reencontrarse la tumba en el siglo IX, iniciándose una segunda historia del Apóstol Santiago que marcaría España y toda Europa con el Camino de Santiago.


 Mons. Barrio preside la Fiesta de la Traslación 30/12/2018



El arzobispo de Santiago, mons. Julián Barrio, presidió un año más la tradicional fiesta de la Traslación del Apóstol Santiago, que se celebra cada 30 de diciembre en la catedral compostelana. Se trata de una tradición instaurada por Felipe V en el año 1646.


En su homilía, mons. Barrio recordó que celebramos la traslación de los restos del Apóstol Santiago en Navidad, “recordando que el Hijo de Dios hecho hombre comparte con su nacimiento nuestra debilidad, funda nuestra esperanza, nos ayuda a liberarnos de nuestra soledad y nos invita a participar en su vida divina al asumir nuestra condición humana”.

Recordó que la traslación es “una realidad que vivimos en la admiración, en el asombro y en la alabanza acogiendo los planes de la providencia de Dios en la existencia”. Los cristianos, dijo, “buscaron desde el primer momento guías seguros que, habiendo entregado su vida por Dios en el martirio, les garantizasen llegar a la meta”.



El arzobispo reconoció que “también hoy los cristianos encuentran dificultades a la hora de manifestar su fe, a menudo protestada y rechazada”. Recogiendo el magisterio del concilio Vaticano II, aseguró que a pesar de todo, solo se puede decir que el hombre “vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía por entero a su Creador… cuando olvidamos o marginamos a Dios se obscurece el horizonte ético y moral, dejando espacio a una concepción ambigua de nuestra libertad”.

Mirando al Apóstol, mons. Barrio insistió en que su ejemplo “nos anima a evangelizar y a ofrecer nuestra experiencia cristiana presentando el amor de Dios en este proceso de neopaganismo que estamos viviendo en el que muchas personas buscan confusamente el sentido de la vida en una religiosidad informe”.

Acabó su homilía pidiendo por los gobernantes, las personas necesitadas y por el pueblo gallego. También para que la próxima Jornada Mundial de la Juventud sea fructífera.


Este año, como el pasado, la ofrenda fue realizada por el presidente del parlamento gallego, Miguel Santalices que actuó como delegado del rey Felipe VI.





OCTAVA DE NAVIDAD. DIA 26, 27, 28, 29, 3O


30 DE DICIEMBRE

“ Y la gracia de Dios estaba con él ”


san Lucas 2, 36-40 

En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años.

Me llama poderosamente la atención esta ancianita que ha pasado toda la vida en el Templo. Una mujer que no se ha cansado de servir al Señor.

 De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día.

hoy día en la sociedad es que “asustan los compromisos de por vida”. A los jóvenes de hoy, a pesar de sentirse enamorados, les asusta el tener que vivir con un hombre o con una mujer “toda la vida”. Lo mismo diríamos de los seminaristas o de las novicias. 

¡Aquí estoy! Y estoy con la misma alegría y la misma ilusión que tenía cuando yo era joven.

 Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. 

Vidas llenas, vidas en plenitud, que acogen, cobijan y nutren a toda persona que se acerca a ellas. La razón de esas vidas tan llenas es que han crecido junto a la acequia. No les ha faltado el riego de la Palabra de Dios y de la oración. Por eso han podido llegar hasta el final de la vida sin cansarse.

Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, Jesús y sus padres volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.

 El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.



Ana ve al Niño Jesús. Así, con mirada de fe, contempla a un niño en los brazos de su madre y descubre en el al Salvador del mundo. De este modo la vejez de la mujer aparece como sinónimo de experiencia, del camino recorrido, de la capacidad de distinguir lo trascendente de lo efímero. ¡Qué importante y necesaria esa mirada hoy! 

Sin embargo, hay que destacar que Ana no se queda sólo con una mirada de fe, pues se vuelve testigo que anuncia: ¡Sí, es verdad, Dios cumple sus promesas!


29 DE DICIEMBRE

“ Mis ojos han visto a tu Salvador. ”



san Lucas 2,22-35

 Cuando se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» 

Una de las mejores alabanzas que le dice la Biblia a Simeón es que “En él estaba el Espíritu Santo”. Como estaba también en María, la madre de Jesús. Al Espíritu Santo se le compara con el viento. Y el viento es “aire en movimiento”.

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

El Espíritu no está parado, está siempre moviéndose, inspirando, sugiriendo, elevándonos hacia lo alto, lo bello, lo auténtico, lo maravilloso. Me imagino que el Niño Jesús pasaría por las manos de los sacerdotes y encargados del templo “como un niño más”

 Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. 

Pero al llegar a las manos de Simeón, este ancianito se estremece, se llena de gozo y hasta llega a perder el miedo a morir. “Ahora ya puedo morir tranquilo”. Todos los días Jesús en la Eucaristía pasa por nuestras manos, por nuestra garganta, y llega a nuestro corazón.

Porque mis ojos “han visto a tu Salvador”, a quien has presentado ante todos los pueblos: “luz para alumbrar a las naciones” y gloria de tu pueblo Israel». 

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».



Si tuviéramos la fe de Simeón nos llenaríamos de asombro, caeríamos de bruces ante esa “enormidad”. Y nos quedaríamos un buen rato “adorando” “amando” “alabando” “agradeciendo”.

28 DE DICIEMBRE

“ Se ha escuchado un clamor, un gran llanto y lamento ”


san Mateo 2, 13-18

El evangelio de hoy nos muestra como la ambición de poder convierte al ser humano en un verdadero monstruo. El ego, la autorreferencialidad, el capricho… petrifican el corazón.

Muchos son los dramas humanos… situaciones provocadas por la ambición y el poder.

 Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». 

José, Tú escuchas y obedeces porque quieres defender a Jesús y a María sin importar lo costoso que sea. Tú vives para custodiarlos, vives para ellos. Para ti, Jesús lo es todo y no permites que nada ni nadie te lo quite… ¡Preferirías primero perder la vida a perder a Jesús!

 ¿También yo sería capaz de hacer lo mismo?

José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo». 

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.

¿Cuántos y cuántos niños se ven expuestos a la marginación y el sufrimiento aquí y ahora, cerca de nosotros? A veces nos emocionamos cuando vemos fotos de niños en Sudán, Alepo y otros lugares, pero nos olvidamos de realidades más próximas, como también nos olvidamos de la codicia de poderosos y de aquellos que anteponen sus intereses al bienestar de los pequeños.

Jesús está en cada inocente, en cada indefenso y pobre. Él está en todas las personas que son víctimas del poder inescrupuloso.

 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».


Toda la Biblia es testimonio de que Dios está del lado de los pequeños. 

El evangelio de hoy hace que nos preguntemos de qué lado queremos estar. El Herodes de hoy sigue matando a millones de niños. Mueren de hambre, de enfermedad, de desnutrición, por el aborto ¿quién es hoy Herodes?

 27 DE DICIEMBRE

“ Vio y creyó ”



No hace mucho contemplábamos una escena parecida en un contexto diferente: a unos hombres se les anuncia una noticia y van corriendo a corroborarla. Son los pastores en Belén. Tanto ellos como estos apóstoles se encontraron con signos pobres: un Niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre; el Mesías, el Señor, pobre entre los pobres y una tumba vacía, tan solo con los lienzos que habían cubierto el cuerpo sin vida del Hijo de Dios.

Pero a Juan, como a los pastores, le bastó: por gracia de Dios, vio y creyó. Él, que había sido testigo de tantas maravillas al lado de Jesús y que lo había visto traspasado en la cruz, supo reconocer su gloria en aquel sitio, en aquel acontecimiento que podía no significar nada pero que lo significaba todo.

según san Juan 20, 1a. 2-8 

El primer día de la semana, María la Magdalena echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». 

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. 

Pedro como cabeza de la Iglesia. Hay en la actitud de San Juan como una gradación del seguimiento de Cristo: primero, el ímpetu, la carrera desbocada en la que deja atrás a Pedro lanzándose a corroborar lo que la Magdalena ha anunciado; luego, el asombro que produce asomarse a ese abismo del misterio que es el sepulcro vacío;

Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró.

 Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

adentrarse en el misterio, dejándose llevar por lo que ve: ahí nace la fe, como acredita la última frase del Evangelio de la jornada: «Vio y creyó». Que es lo mismo que decir que la contemplación del misterio lo movió a la fe.



Eso es justo lo que tú puedes hacer hoy: contemplar el misterio de la Resurrección, tan de seguido con el de la Natividad, para creer sin límites, para confiar plenamente en el Padre, para dejarse llevar.


Esto nos interpela a nosotros, nos llama a abrirnos al Dios que se revela en lo pequeño: en la encarnación, en el pesebre, en el taller del carpintero, en aquel joven rabino sin estudios, en el Crucificado y en aquellas pobrezas y pequeñeces que cada uno conoce.


26 DE DICIEMBRE

ENCONTRAR AL NIÑO JESÚS


 Del santo Evangelio según San Lucas 2,22-35 



 Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones. Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, 

Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.

 El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”. 

 Palabra del Señor. 

En esta octava de Navidad el Evangelio invita a llevar a Jesús a los demás, para que tengan un encuentro personal con Cristo y pongan sus vidas en las manos de Dios, como lo hizo el anciano Simeón: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz”. 

 ¿Llevar a Jesús a los demás? Es válida la pregunta de cómo hacerlo, y la respuesta depende de nosotros, basta que reconozcamosnuestra dignidad de hijos de Dios, nos acerquemos a los sacramentos – como el hijo pródigo que retorna a la casa del Padre -, que vivamos cada día dando lo mejor de nosotros, siendo agradecidos, llevando esperanza y sonrisas a los corazones tristes. 



Esto es lo que hicieronsan José y la Virgen María, como hijos de Dios, se presentaron en el templo y consagraron al niño Jesús, llevaron esperanza y alegría a Simeón y Ana (Lc 2, 22-40).

 Llevar a Jesús es tan fácil, que basta recordar las palabras atribuidas a san Francisco de Asís, con quien nace la tradición del pesebre:”predica el Evangelio en todo momento y si es necesario usa las palabras” 

Concédeme la gracia, Señor,de encontrarme contigo. 

JESÚS PASA INADVERTIDO

  Evangelio según san Lucas (2,22-35) 


Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.»


En el Evangelio de hoy, nos encontramos con el pasaje de la purificación de María Santísima y la presentación del Niño al Templo. Uno de los misterios que se nos ofrece a la contemplación en el rezo del santo rosario. María que fue preservada del pecado, se nos presenta cumpliendo con la tradición de acudir al templo para la purificación.

Otro punto para la meditación nos lo da la ofrenda realizada. La ley prescribía el sacrificio de un cordero para las familias con recursos económicos, o un par de tórtolas si eran pobres. La familia de Nazaret presentaba un par de tórtolas o dos pichones, nos esta hablando que se encontraban dentro del grupo de los humildes y sencillos.

Jesús pasa inadvertido. No todos se dan cuenta en el templo de su presencia. 

Los sacerdotes, demasiados ocupados con los ritos que deben realizar, no advierten nada en especial. 

 Solo el anciano Simeon y la anciana Ana se dan cuenta. 

Movido por el espíritu, Simeon toma en su brazo a Jesús, cosa que solo le corresponde al sacerdote y él no lo es. Este gesto nos recuerda que el Hijo de Dios acude siempre a la cita para que cada cual le tienda los brazos y se funda estrechamente con Él, pues para encontrarse con Dios hay que poner todo el corazón en ello.

 El anciano lleva el Niño en brazos pero es el Niño el que guía sus pasos.


Dios siempre saca bien, en la medida que somos fieles a la Palabra, fieles al Señor, podemos ser fuente de bendiciones para los demás. Aunque no sea esa nuestra intención, podemos cambiar la vida de otras personas, con el testimonio, con las buenas acciones de cada día, como le sucedió a Simeón cuando la Virgen y San José acudieron al Templo siendo fieles a la tradición de Moisés, fueron instrumento de Dios para el encuentro con Simeón y la profetisa Ana. 

Que al igual que Simeon deseemos recibir al Señor y no decaigamos en la búsqueda, en la entrega de lo que somos, de nuestra persona, de nuestro corazón y de nuestro tiempo, para poder ser instrumento suyo, e irradiarlo, transparentarlo y mostrarlo como nuestro Salvador.

 ¿Faltarás hoy a la cita con el Señor? ¿Le tenderás los brazos? ¿Le dejarás a Él que guíe tus pasos?

jueves, 28 de diciembre de 2023

LA PUREZA DE LOS INOCENTES


 Del santo Evangelio según Mateo 2, 13-18 

 Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.

 Vengo ante ti para hablar con un amigo, con un hermano. Quiero tener un auténtico encuentro al grado de olvidarme de mí y servirte solo a t 

Es extraño ver, entre la alegría de la navidad, el egoísmo y la ira de un hombre cegado por la maldad. Los santos inocentes aparecen, en medio de este ambiente de gozo, para no olvidar el dolor de los hombres cuyos llantos no han sido escuchados. 

 Podemos formarnos, entre regalos y adornos, entre amistades y comidas, una esfera o una burbuja en donde nos aislamos de todo sufrimiento ajeno. Se trata de un dolor silencioso que puede estar a nuestro lado. ¿Quién hace caso de este sufrimiento en medio de la navidad? 

 Dios da el ejemplo. Nos acompaña como la luz entre las tinieblas. Por eso se ha encarnado. Se ha puesto a lado de los que sufren y se desesperan, trayendo la esperanza a los que, a lo largo de toda la historia, han llevado el nombre de inocentes. 

 Aunque no sepamos quién es el inocente que sufre en silencio podemos acompañarlo ¿Cómo hacerlo? Intercedamos ante Dios por los que llevan el nombre de inocentes para que puedan ser Santos inocente 

SANTOS INOCENTES

Evangelio según san Mateo (2,13-18) 

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»  


En el Evangelio de hoy nos encontramos con el pasaje del sacrificio de los niños de Belén ordenado por Herodes. Celebramos hoy la fiesta de los santos inocentes. Que difícil nos resulta encajar en el espíritu de la Navidad donde el misterio nos habla de alianza de amor, de ternura, bondad y misericordia de Dios. ¿Donde poner el sufrimiento? , y mucho menos, cuando hablamos del sufrimiento de niños, cuando el que tiene que sufrir es inocente.

Jesús, el Hijo de Dios ha venido a nosotros pero su gloria está encerrada en una apariencia de derrota. En su camino no hay sólo Magos que lo buscan, hay también Herodes que a la noticia de su nacimiento se turban. Jesús es y será siempre signo de contradicción: hay quien lo busca para adorarlo y quien lo busca para matarlo.

 Y a pesar de todo, Jesús seguirá siendo nuestro defensor, a pesar de los sufrimientos de todo género que se infligen a muchos inocentes por la voracidad de otros tantos Herodes de hoy que buscan solo el poder, el éxito y la posesión de bienes materiales; a pesar de todo, el amor vence al odio, la luz a las tinieblas, y el sencillo al soberbio. ¡Bienaventurados los pacíficos y limpios de corazón! 

 Por querer Herodes matar a un Rey, termina coronando a cuantos tocan. El fuerte no es quien mata sino el que sabe morir ¡Es el misterio de la Navidad!¡Dios con nosotros!



San José nos ofrece un testimonio bien claro de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando hemos de tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto» (Mt 2,14).

Nuestra fe en Dios implica a nuestra vida. Hace que nos levantemos, es decir, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque —frecuentemente— es el lugar donde Dios habla. Nos hace tomar al Niño con su madre, es decir, Dios se nos hace cercano, compañero de camino, reforzando nuestra fe, esperanza y caridad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida, que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar.


DIA DE LOS SANTOS INICENTES




Mateo (2,13-18)Evangelio según san Mateo (2,13-18) Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»

Jesús es un Dios venido a nosotros, pero su gloria está encerrada en una apariencia de derrota. En su camino no hay sólo Magos que lo buscan, hay también Herodes que a la noticia de su nacimiento se turban. Jesús es y será siempre signo de contradicción: hay quien lo busca para adorarlo y quien lo busca para matarlo. 


Y a pesar de todo, Jesús seguirá siendo nuestro defensor, a pesar de las muchas matanzas de inocentes que se repiten en todo tiempo sobre nuestro planeta; a pesar de los innumerables pecados de escándalo que hieren a nuestra juventud y desconciertan a nuestros ancianos y a tantas personas sencillas; a pesar de los sufrimientos de todo género que se infligen a muchos inocentes por la voracidad de otros tantos Herodes de hoy que buscan solo el poder, el éxito y la posesión de bienes materiales; a pesar de todo, el amor vence al odio, la luz a las tinieblas, y el sencillo al soberbio. ¡Bienaventurados los pacíficos y limpios de corazón! 

Por querer Herodes matar a un Rey, termina coronando a cuantos tocan. El fuerte no es quien mata sino el que sabe morir 

¡Es el misterio de la Navidad!¡Dios con nosotros!



NO ES UNA INOCENTADA SINO REALIDAD! 

La vida de aquellos que, buscando a Jesús entre los pliegues de Belén de Judea, fue truncada por mandato de Herodes el Grande. 

 Los que, en el aborto, ven una conquista del progreso y miran hacia otro lado defendiendo los derechos de cualquier especie.

Los que, en la eutanasia, ven un éxito cuando en realidad es un fracaso y decadencia de la conciencia y de la moral. ¡Cuántos, inocentes, cerrarán los ojos al mundo y -en su nombre- dirán que fue por las mercedes de esta fatídica ley! 

¡NO ES UNA INOCENTADA SINO REALIDAD!

Día de los Santos Inocentes. Horas para recordar a tantos que mueren inocentemente como consecuencia de su fe, de sus convicciones más profundas y por querer, para este mundo nuestro, un color tamizado por la esperanza.

Escrito por un amigo 

miércoles, 27 de diciembre de 2023

RESUCITEMOS EN LA FE

Del santo Evangelio según san Juan 20, 2-9 

 El primer día después del sábado, María Magdalena vino corriendo a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto”.  




El Evangelio que hoy meditamos pareciera estar fuera de lugar, estamos en la celebración de la octava de navidad y la liturgia nos propone un evangelio sobre la resurrección. 

 Hoy la Iglesia nos pone como ejemplo de santidad a san Juan evangelista. Juan era joven inquieto, que nunca se conformaba, que siempre quería estar lo más cerca posible de su amigo Jesús, pero lo más importante, fue un joven que supo entender muy bien lo que significa nacer de nuevo. 

 Durante estos últimos tres días hemos estado celebrando nacimientos. En primer lugar, el de nuestro Señor, en segundo lugar, ayer celebrábamos el martirio de san Esteban, que es el nacimiento al cielo del primer hombre que dio la sangre por Cristo, y por último, hoy celebramos el nacimiento en la fe con san Juan. 

 Juan amaba tanto al Señor, que apenas supo que había resucitado, salió corriendo sin importar que lo apresaran en el camino por ser seguidor de Jesús. Su “nuevo nacimiento” en la fe lo está viviendo en este relato evangélico con la fuerza de la alegría que produce una experiencia real y cercana con Jesús como mejor amigo. 

 Jesús desea ardientemente que nosotros también tengamos ese nuevo nacimiento en espíritu. Hoy nos invita a que corramos en la fe. A lo mejor cojeamos un poco con una fe cansada y rutinaria, o puede ser que los “músculos” de nuestra fe se encuentren débiles y acalambrados. Para ganar este maratón el mejor entrenamiento es amar y dejarnos tocar por Dios para nacer de nuevo. 

 Al final de la carrera, según nos cuenta el Evangelio, Juan no vio al Señor al instante, pero vio sus signos y creyó ¿Cuántos signos nos ha dado a nosotros?

VIO Y CREYÓ

según san Juan (20,2-8)


 El primer día de la semana, María Magdalena echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.» 



Hoy, segundo día de la octava de la Navidad, honramos la memoria de San Juan, amigo del Señor, el Papa Benedicto XVI, en una catequesis de la Audiencia General del 5 de julio de 2006, nos acerca a Juan, como “el discípulo predilecto”: «El discípulo a quien Jesús amaba» fue el primero en reconocer al «Señor» y en indicárselo a Pedro.
 Dentro de la Iglesia de Jerusalén, Juan ocupó un puesto importante en la dirección del primer grupo de cristianos. De hecho, Pablo lo incluye entre los que llama las «columnas» de esa comunidad .[…] Según la tradición, Juan es «el discípulo predilecto», que en el cuarto evangelio se recuesta sobre el pecho del Maestro durante la última Cena, se encuentra al pie de la cruz junto a la Madre de Jesús y, por último, es testigo tanto de la tumba vacía como de la presencia del Resucitado. […]Que el Señor nos ayude a entrar en la escuela de san Juan para aprender la gran lección del amor, de manera que nos sintamos amados por Cristo «hasta el extremo» y gastemos nuestra vida por él.”

El discípulo amado, Juan, cuya fiesta celebramos hoy, entró y vio: ¡vio y creyó! 

Un momento después, exclamará María con todo su corazón y con todo el ímpetu de su ser: ¡”Rabboni"! San Juan, el discípulo amado, es una figura de fundamental importancia al inicio de la Iglesia porque nos muestra al Jesús más íntimo, el que se revela Hijo de Dios hecho carne, que ha venido a desvelarnos el rostro del Padre. 

Es un gran teólogo cuyo símbolo es el águila, porque, es la única ave que puede mirar al sol, que para Juan es Cristo, sin quedar deslumbrado. 

Y nos recuerda la vital tarea de todo discípulo: buscar al Señor en todo momento, buscar los signos visibles del Señor para sentir su amor y la salvación que trae su Palabra. Como veis, hacen falta muy pocas cosas para que nazca la fe...., pocas cosas, pero infinitas como el corazón y el amor, y profundas como el calor de una mujer y el silencio de Juan ante el misterio.

 AMOR y SILENCIO. ¡Si lo tienes, crecerás en la fe! 



.Los Padres de la Iglesia vieron en esa carrera hacia el sepulcro vacío una exhortación a la única competición legítima entre los creyentes: la competición en busca de Cristo. 

También nosotros, si buscamos al Señor con sencillez y sinceridad de corazón, lo encontraremos, más aún, será Él quien saldrá a nuestro encuentro; se dejará reconocer, nos llamará por nuestro nombre, es decir, nos hará entrar en la intimidad de su amor.

GRUTA DEL NACIMIENTO EN BELÉN

GRUTA DEL NACIMIENTO

Es sin duda ,el lugar mas sagrado, razón y centro de la Basílica; el lugar tradicional del nacimiento de Cristo, justo debajo del Altar Mayor de la Basilica



Descripción del lugar



Según visiones que tuvo Catalina Emmerich, San José conocía el lugar fuera de la ciudad de Belén desde niño, porque jugaba con sus hermanos allí. Este lugar era de unos pastores que en la época del año rara vez estaban allí; era un lugar de resguardo de animales y hombres en las épocas más frías.

José fue a ese lugar como última opción pensando que fuera un lugar temporal mientras buscaba una habitación normal para el nacimiento. Emmerich cuenta que salieron de Belén al este por un sendero solitario.

A los pocos minutos arribaron a una colina, al lado de un espacio abierto con árboles. En el extremo sur de la colina había una carretera que conducía al valle de los pastores.




La entrada actual está ubicada lateralmente respecto al lugar del nacimiento de Jesús, pero se conjetura que en el siglo IV el acceso se realizaría frontalmente, desde la parte delantera del presbiterio.

La Basílica de la Natividad de Belén, contiene debajo del altar la Gruta de la Natividad, o sea el sitio exacto donde fue el nacimiento del Señor.


 Las dos pequeñas portadas de ambos accesos son del periodo cruzado.

 Por la escalera sur (derecha del iconostasio) se llega al interior mismo de la Gruta de la Natividad.
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 El espacio es estrecho y angosto; las paredes, originalmente irregulares, forman ahora un perímetro casi rectangular.
La gruta es una capilla de reducidas dimensiones, de forma casi rectangular,12.30 m x 3.50m, con un pequeño ábside en el extremo oriental.
Es pequeña pero por dentro esconde un tesoro del testimonio de la Encarnación del Nacimiento del Hijo de Dios.

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En la época bizantina, la roca natural de las paredes estuvo recubierta con mármol.



 El Altar de la Natividad se comenzó a venerar sólo cuando, en la época bizantina, fue creado este espacio como recuerdo del lugar preciso del nacimiento de Jesús.




La estructura actual es completamente distinta a la descrita por los peregrinos Focas y l'Abad Daniel en el siglo XII.

Dos columnas de piedra roja sostienen el altar, donde figura la inscripción «Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus»; en el conjunto están representados el Niño entre pañales, la escena del lavatorio del Niño y la llegada de los pastores.


Resultado de imagen de la gruta de la natividad


En él hay un altar y, debajo de éste, una estrella de plata en mármol blanco marca el lugar del nacimiento de Jesús; la inscripción dice así:
"HIC DE VIRGINE MARÍA JESÚS CHISTUS NATUS EST"  AQUÍ NACIÓ JESUCRISTO DE LA VIRGEN MARÍA


La estrella de plata con catorce puntas fue colocada por los franciscanos en 1717.
Cincuenta y tres lámparas se mantienen aquí encendidas día y noche


A la derecha del altar de la Natividad está el lugar donde María colocó al Niño tras nacer: un “comedero”, llamado popularmente el Altar del Pesebre. En esta parte de la gruta el suelo es más bajo.


Este espacio está delimitado por columnas parecidas a las bizantinas de la nave central de la basílica y por restos de dos columnas cruzadas.




El pesebre es venerado en la capillita que se encuentra casi enfrente del altar del Nacimiento.

Frente al pesebre existe un altarcillo dedicado a los Magos donde los latinos celebran la santa Misa. 




La actual estructura de toda esta capillita no es original, sino resultado de muchos cambios realizados a lo largo del tiempo y derivados del continuo trasiego de peregrinos.

Tras el incendio de 1869 y para prevenir nuevos siniestros, las paredes de la Gruta fueron recubiertas con paneles de amianto, donados por el presidente de la República Francesa, el mariscal MacMahon, en 1874.

 Por debajo de este revestimiento son todavía visibles los mármoles cruzados, mientras que sobre dichos paneles penden cuadros de madera de escaso interés artístico. Está precisamente en el lugar lugar donde la tradición señala que nació Jesús.




 El piso de la cueva ha sido cubierto de mármol. El lugar del nacimiento está marcado por la estrella de plata que tiene un orificio para poder ver el piso de piedra original. En la estrella están inscritas las palabras: “Hic De Virgine Maria Iesus Christus Natus Est” (Aquí, de la Virgen María, nació Cristo Jesús).

Cincuenta y tres lámparas se mantienen aquí encendidas día y noche. Aquí se celebra diariamente la Misa de Navidad, con los creyentes de rodillas sobre el piso.



El Papa reza en la iglesia de la Natividad de Belén

 También se venera igualmente en ese lugar el Altar de los Reyes Magos que está junto al del pesebre.





En la Gruta el ambiente es de recogimiento y de piedad.



La Misa del Gallo concluye en la Gruta de la Natividad, cuando el jefe de la Iglesia católica en Tierra Santa deposita sobre ella una pequeña imagen del Niño Jesús tallada por artesanos españoles a principios del siglo XX





 Fuente.belen.custodia.org