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viernes, 6 de octubre de 2023

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO


SÁBADO

“ He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra ”



El Evangelio de hoy es la página central de toda la Escritura, de toda la Historia de la Salvación. Dios, en su locura de amor por nosotros, para conducirnos a la Salvación, envió a su propio Hijo para que no perezca ninguno sino que tengamos vida eterna. Se despoja de su rango y toma nuestra condición humana pasando por uno de tantos.

según san Lucas 1, 26-38

 En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El misterio de la Encarnación es el más sublime y el más escandaloso de todos. Todo un Dios hecho hombre, asumiendo nuestra naturaleza en todo su proceso: engendrado, nacido, crecido, muerto y resucitado. Y todo un Dios que quiere hacer todo esto contando con su criatura, valiéndose de ella, respetando su libertad.

 El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. 

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin». 

Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco varón?». 

María es pura capacidad, en ella no hay nada que impida ni estorbe a que Dios entre en su presencia y la llene de su gracia. Nosotros entramos en la presencia de Dios siempre que lo deseamos porque Dios es el eterno presente, atento y receptivo. Pero, ¿puede Él entrar en nuestra presencia siempre que lo desee? ¿Estamos nosotros presentes y atentos, vacíos y receptivos como lo estaba María?

El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. 

También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, "porque para Dios nada hay imposible"». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró.

María es como ese terreno vacío, limpio y bien arado, preparado para recibir la semilla del Verbo y encarnarla. ¿Cómo está nuestro terreno? Sólo en la medida en que desocupemos nuestra vida de todo lo que la vamos llenando, sobre todo de nosotros mismos, Dios podrá sembrar su Palabra en nosotros y hacernos “encarnación diminutiva del Verbo” para seguir poniendo su tienda en medio de su pueblo a través de nosotros.



VIERNES

“ Quien a vosotros escucha, a mí me escucha ”


La expresión ¡Ay! repetida expresa una lamentación por parte de Jesús, pero no una condena. Jesús ni condena, ni castiga, ni amenaza. Es importante descubrir estos sentimientos tan nobles y profundos de Jesús para cambiar nuestras actitudes de enfrentamiento, de venganza y de rechazo.

según san Lucas 10,13-16 

En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.

 Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. 

 Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. 

Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».


 JUEVES

“ Pedir, buscar, y llamar ”

según san Mateo 7, 7-11 

El Evangelio nos hace la comparación entre el interés mezquino que mueve al hombre y el amor desinteresado del Padre providente y amoroso es tan desproporcionada a favor de Dios, que no queda más remedio que volverse hacia quien puede darnos cuanto le pidamos.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. 

Nos toca pedir para que el Señor nos dé lo pedido. Nos toca buscar, siempre en la línea de la buena noticia, para que el Señor nos haga encontrar lo buscado. Nos toca llamar para que el Señor nos abra… nos abra a todos los regalos que él está dispuesto a ofrecernos.

Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? 

Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!». 


Señor, como hicieron tus discípulos, yo también hoy te pido con sencillez y humildad: Enséñame a orar. No necesito la enseñanza de los sabios ni de los entendidos de este mundo. Tampoco necesito lecciones de oración de otras religiones. Ni siquiera de la religión judía. Quiero que me enseñes Tú y sólo Tú. Quiero que me transmitas tus sentimientos, tus emociones, tu latido interior, cuando orabas al Padre en la soledad y silencio de una noche en Galilea o en Jerusalén. Quiero orar como orabas Tú.

MARTES

MIERCOLES

“ Mientras iban de camino ”


En estos pocos versículos del texto, aparece por tres veces el verbo “seguir”. Es, claramente, una escena de seguimiento. Pero hay que tener en cuenta una cosa: De las 92 veces que aparece el verbo “seguir” en los evangelios, sólo 17 se refiere a los discípulos, todas las demás son para el pueblo fiel.

evangelio según san Lucas 9,57-62 

En aquel tiempo, aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». 

 A otro le dijo: «Sígueme». El respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios».

 Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». Jesús le contestó: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Discípulo de Jesús es el que sigue a Jesús, vive al aire de Jesús, y lleva adelante su proyecto, es decir, el Reino de Dios. Después, esos mismos discípulos se encargarán de poner por escrito lo que Jesús supuso en sus vidas, el cambio radical que se originó en sus personas, y la experiencia maravillosa que tuvieron después de haberle conocido. Eso, ni más ni menos, es lo que significa “seguir a Jesús”. Y eso es lo que Jesús nos pide hoy a todos nosotros.




MARTES

“ Dios está con nosotros ”



según san Lucas 9,51-56 

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tornó la decisión de ir a Jerusalén. 

En el Evangelio de hoy vemos como el Señor no es recibido, no se le acoge,

Y envió mensajeros delante de él. De camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. 

Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. 

 Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». 

también contemplamos la reacción de los discípulos, el ser rechazados no lo encajan muy bien, y les sale lo peor de ellos mismos, reaccionan con ira y violencia, solicitan permiso para actuar con violencia: “Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?”, cuánta paciencia tiene el Señor con sus discípulos, vuelve a corregirlos, el mal solo engendra mayor mal, les señala otro camino, vencer el mal a fuerza de bien, saber devolver a la ofensa, perdón.

 Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.


Estamos llamados incluso a amar a los que no nos quieren.

Nos enseña a poner amor donde no se encuentra. El amor que vence al mal con el bien. El Señor eligió la vía del amor como la única y auténtica que es capaz de transformar el corazón y las relaciones con los demás. Ante la ofensa personal: silencio, oración y reparación.

LUNES

“ Las has revelado a los pequeños ”



según san Mateo 18, 1-5. 10 

Entre quienes reciben la Palabra y se dejan transformar por el anuncio del Señor, están los pequeños.

Son todos aquellos a quienes el mundo considera inferiores o demasiado simples

En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: -«¿Quién es el más importante en el reino de los cielos?» 

Si nos detenemos a pensarlo y a “sentirlo” ese anuncio es una más maravillosa noticia que el ser humano puede recibir. Sólo que a veces no queremos ser esos pequeños, nos gusta estar entre los “sabios y entendidos” y esa revelación se nos desdibuja un poco, porque creemos “saber” lo suficiente sobre Dios y su salvación.

 Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: -«Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.

Y así nuestros oídos, nuestra mente, nuestro corazón, no se abren a Él con la alegría ilusionada de quien espera al Dios que es novedad cada mañana y cada tarde de nuestra vida.

 Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. 

El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mi. Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial. »



El niño se deja querer. De sus padres, de sus hermanos, de su familia y de todo el mundo. Dejarse querer, dejarse obsequiar, dejarse regalar por un Dios “Abbá” es lo más importante en nuestra vida cristiana.

En el cristianismo ni siquiera el amar es lo primero, sino el dejarse amar. “En esto consiste el amor: en que Él nos amó primero” (1ª Jn. 4,10).

DOMINGO 

“ Voy, señor ”


Jesús, que es muy comprensivo con todas las personas “hasta con los publicanos y las prostitutas”, es duro a la hora de enjuiciar a los vividores, a los que llevan doble vida, a los que con palabras bonitas dicen Sí y después es que No. En realidad, esas personas no tienen criterios, ni convicciones, son superficiales y se están engañando a sí mismas. Están construyendo su vida sobre la arena y el final de ellas va a ser un gran fracaso.

santo evangelio según san Mateo 21, 28-32 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. 

Él le contestó: “No quiero». Pero después se arrepintió y fue. 

Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. 

¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». 

Contestaron: «El primero».

 Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. 

Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».



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