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viernes, 30 de septiembre de 2022

SWMANA XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

 SABADO

“ Te doy gracias, Padre ”


según san Lucas 10,17,24 

Tiene ante sí a aquel pequeño grupo de hombres y mujeres que lo siguen. Entre ellos no hay muchos poderosos ni inteligentes; son mayoritariamente pescadores, empleados de bajo nivel y, en cualquier caso, personas de clase no alta.

En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron con alegría diciendo: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». 

Jesús les dijo: «Estaba viendo a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. 

Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo». 

En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños.

El reino, efectivamente, es solo para los «pequeños». Es «pequeño» quien reconoce sus límites y su fragilidad, quien siente que necesita a Dios, lo busca y le confía su vida.

El texto evangélico, sin embargo, no pretende despreciar a los «sabios e inteligentes» sino más bien advertir a aquellos que piensan como los escribas y los fariseos, es decir, los engreídos, los que están tan llenos de sí mismos que no necesitan a nadie, ni siquiera a Dios.

 Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». 

Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».




El Señor nos ha elegido para que, a pesar de nuestra pobreza, podamos participar en el gran sueño de Dios por el mundo, que no es otro que reunir a. todos los pueblos alrededor de Él para que vivan en la alabanza al Señor y en paz entre ellos.

VIERNES

“ Quien a vosotros escucha, a mí me escucha ”


La expresión ¡Ay! repetida expresa una lamentación por parte de Jesús, pero no una condena. Jesús ni condena, ni castiga, ni amenaza. Es importante descubrir estos sentimientos tan nobles y profundos de Jesús para cambiar nuestras actitudes de enfrentamiento, de venganza y de rechazo.

según san Lucas 10,13-16 

En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Pues si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza.

 Por eso el juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. 

 Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al abismo. 

Quien a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

Lo importante es la escucha. Con el corazón abierto a Él, a la Palabra que existía desde el principio, a la Palabra que era Dios, a la Palabra que se hizo hombre y acampó entre nosotros

Lo importante es la escucha atenta y humilde: En ése pondré mis ojos: en el humilde y en el abatido que se estremece ante mis palabras


JUEVE

S

“ Veréis el cielo abierto ”

según san Juan 1,47-51 

la figura de Natanael como el hombre sincero, sin trastienda ni fachada, sin engaño. Jesús le alaba porque se siente a gusto con él. Está ya cansado de la postura de los fariseos con su doble vida, con sus argumentos retorcidos, con su afán de ser alabados por el pueblo.

En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». 

 Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?». 

 Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». 

Jesús le promete: Has de ver cosas mayores. Las cosas mayores prometidas a Natanael y a todo discípulo están prefiguradas en la escala de Jacob (Gen 28, 10). Son cosas que van más allá de lo imaginable.

 Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».

 Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».



 MIERCOLES


“ Tú vete a anunciar el Reino de Dios ”

En el evangelio de hoy vemos a tres aspirantes a seguir a Jesús, con sus matices y circunstancias personales. Jesús no se lo pone fácil. Les exige que le sigan a él radicalmente, el que “no tiene dónde reclinar la cabeza”, y que proclamen la buena noticia del Reinado de Dios.

san Lucas 9,57-62

Recordemos el contexto de estos encuentros: Jesús y sus discípulos siguen el camino de Jerusalén. Se dirigen hacia la cruz y la muerte. Es algo que los discípulos nunca debemos olvidar. 

En aquel tiempo, mientras Jesús y sus discípulos iban de camino, le dijo uno: «Te seguiré adondequiera que vayas». 

Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras, y los pájaros del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». 

A otro le dijo: «Sígueme». 

El respondió: «Señor, déjame primero ir a enterrar a mi padre». Le contestó: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios». 

Quien quiere ser discípulo, que no debe buscar garantías ni para hoy ni para mañana. La única garantía se llama Jesús de Nazaret: Sígueme. Sin explicaciones, sin objetivos, sin planes.

Otro le dijo: «Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de los de mi casa». 

Jesús le contestó: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás vale para el reino de Dios».

Son tres los hombres que acuden a Jesús con la intención de unirse a sus discípulos. Son buena gente, son generosos, son entusiastas. La actitud poco amable de Jesús nos apena. Aquellos tres hombres, en principio vocaciones muy valiosas, volverían desencantados a sus casas.


¿ Por qué Jesús no es un poco más diplomático? 

No; quiere que sus seguidores tengan claro desde el principio que las reglas del seguimiento son cosa suya, no del candidato. Se equivocan quienes, con tanto de generosidad y de buena voluntad, pretenden establecer ellos las reglas del seguimiento porque creen saber en qué consiste el seguimiento.

MARTES

“ Dios está con nosotros ”



según san Lucas 9,51-56 

Cuando se completaron los días en que iba a ser llevado al cielo, Jesús tornó la decisión de ir a Jerusalén. 

En el Evangelio de hoy vemos como el Señor no es recibido, no se le acoge,

Y envió mensajeros delante de él. De camino, entraron en una aldea de samaritanos para hacer los preparativos. 

Pero no lo recibieron, porque su aspecto era el de uno que caminaba hacia Jerusalén. 

 Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo que acabe con ellos?». 

también contemplamos la reacción de los discípulos, el ser rechazados no lo encajan muy bien, y les sale lo peor de ellos mismos, reaccionan con ira y violencia, solicitan permiso para actuar con violencia: “Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?”, cuánta paciencia tiene el Señor con sus discípulos, vuelve a corregirlos, el mal solo engendra mayor mal, les señala otro camino, vencer el mal a fuerza de bien, saber devolver a la ofensa, perdón.

 Él se volvió y los regañó. Y se encaminaron hacia otra aldea.


Estamos llamados incluso a amar a los que no nos quieren.
Nos enseña a poner amor donde no se encuentra. El amor que vence al mal con el bien. El Señor eligió la vía del amor como la única y auténtica que es capaz de transformar el corazón y las relaciones con los demás. Ante la ofensa personal: silencio, oración y reparación.

LUNES

“ El más pequeño de vosotros es el más importante ”

Jesús tiene que corregir su afán de superioridad. Siguen empeñados en ser ellos los que controlen el naciente movimiento en torno a Jesús.

según san Lucas 9,46-50 

En aquel tiempo, se suscitó entre los discípulos una discusión sobre quién sería el más importante. Entonces Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, tomó de la mano a un niño, lo puso a su lado y les dijo: «El que acoge a este niño en mi nombre, me acoge a mi; y el que me acoge a mí, acoge al que me ha enviado. 

Los discípulos discuten sobre cuál de ellos es el más importante. Jesús llama a un niño, lo coloca junto a sí en el centro del grupo, y nos lo presenta como modelo de vida. Y nosotros llegamos a comprender que así es, cuando aprendemos a mirar a las personas con los ojos de Dios.

Pues el más pequeño de vosotros es el más importante». 

Porque el corazón de Dios siente especial debilidad por los más pobres, los más desgraciados, los más pródigos, los más pecadores. No nos dejemos deslumbrar por lo glamuroso, ni vayamos por la vida tratando de brillar y sobresalir. Los ojos de Dios quedan prendados de la sencillez y la insignificancia del niño.

 Entonces Juan tomó la palabra y dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y, se lo hemos prohibido, porque no anda con nosotros». 

 Jesús le respondió: «No se lo impidáis; el que no está contra vosotros está a favor vuestro».


¡En cuantas ocasiones queremos ser más que los demás! 
Los más altos, los más guapos, los más inteligentes, los más buenos, en fin, los mejores en todo. Nuestro afán de protagonismo no tiene límite, estar por encima de todo el mundo, y no queremos asumir que lo más importante en la vida es vivirla con naturalidad, aceptando nuestras carencias e intentando superarlas, y poniendo nuestras virtudes al servicio de los demás.

DOMINGO

“ Se abre un abismo inmenso ”




según San Lucas 16, 19-31 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.

Lo malo del rico es que no compartía, se encerró en su egoísmo

Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. 

Esta parábola va dirigida a los ricos y a quienes, no siendo ricos, podemos estar demasiado apegados al dinero. Echando mano de la imaginación, vemos salir de su casa a aquel hombre rico, muy bien vestido, muy satisfecho consigo mismo. Este hombre goza de gran prestigio entre sus colegas. Es piadoso y acude asiduamente a la sinagoga.

Y hasta los perros venían y le lamían las llagas. 

Con la parábola del pobre y del rico el Señor nos está diciendo que lo realmente grave no es la posesión de riquezas, sino la indiferencia y la insensibilidad ante la suerte de los pobres.

Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:

 “Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”. 

Pero Abrahán le dijo: “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. 

Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”. 

Él dijo: “Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”. 

Abrahán le dice: “Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Pero él le dijo: “No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”. 

Abrahán le dijo: “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».

la Palabra de Dios nos basta. No pensemos que si Dios llevase a cabo milagros espectaculares nuestro mundo se convertiría. No corramos detrás de cosas extraordinarias y milagreras, mientras permanecemos alejados de la escucha de la Palabra de Dios. Es ahí donde encontramos la luz y la fuerza para cumplir el principal y único mandamiento: el del amor.

Todos somos rico en algo
Tenemos  que dar de todo aquello que tenemos, no solo el dinero, don de consejo, alegría , delicadeza. etc...






JUAN PABLO II Y EL ROSARIO

 


“Mi oración preferida es el Rosario” Octubre es el mes del Rosario. Juan Pablo II fue un gran impulsor del rezo de esta devoción mariana. Hoy es la fiesta de San Juan Pablo II.


 En 1978 el Papa Juan Pablo II sorprendió al mundo, poco después de ser elegido Pontífice, con esta frase en la Plaza de San Pedro: “Mi oración preferida es el Rosario” (29 de octubre) y luego en muchísimas ocasiones fue recomendando esta hermosa práctica de piedad. 

 Suyas son las siguientes exclamaciones: “El Rosario es una escalera para subir al cielo“(29 de octubre 1979) 




 “El Rosario nos proporciona dos alas para elevarnos en la vida espiritual: la oración mental y la oración vocal” (29 de abril 1979). 

 “Es la oración más sencilla a la Virgen, pero la más llena de contenidos bíblicos” (21 de octubre 1979).

 Cuando fue en peregrinación al santuario de Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, Juan Pablo II hizo allá un bellísimo sermón acerca del Rosario. En el dijo: “El Rosario es nuestra oración predilecta. Cuando la rezamos, está la Sma. Virgen rezando con nosotros. 

En el rosario hacemos lo que hacía María, meditamos en nuestro corazón los misterios de Cristo” (Lc. 2, 19).




lunes, 26 de septiembre de 2022

ALREDEDORES DEL MONASTERIO DE OBARRA

 


Iglesia de San Pablo 





Muy cerca de la basílica de Santa María, aunque fuera del original recinto monástico, se levanta la iglesia de San Pablo.



 Corresponde al siglo XII, es por tanto románica; consta de una sola nave con bóveda de cañón que termina en un ábside semicircular cubierto por bóveda de cuarto de esfera. 

Se trata de una construcción sobria en la que no figura ningún motivo ornamental. 




La excepción sería el crismón situado sobre la puerta, aunque se ha de tener presente que se colocó con posterioridad a la obra. 




 Se estima que sirvió de templo para los peregrinos que llegaban al monasterio y que, en principio, no tenían acceso a sus dependencias



​ En el siglo XVI se tiene noticia de que tenía adosada una vivienda destinada a un clérigo y de que en 1772 aquí se había instalado un telar. 

​ Palacio abacial 

Se construyó dentro del románico como lo muestran los restos de muros de sillería, arcos de medio punto y bóvedas de cañón. 



Sirvió como residencia del abad y además contenía almacenes para guardar los tributos en especie de los territorios bajo su jurisdicción

En el siglo XVI, bajo el priorato de Pedro de Mur, fue remodelado y convertido en palacio prioral de acuerdo con la estética del gótico francés, como se puede advertir en la puerta de entrada y en la ventana ajimezada de la fachada principal, situada frente al muro norte de la basílica de Santa Marí. 





Conviene precisar que en esta época el monasterio tenía rango de priorato que dependía del monasterio de San Victorián.

​ Molino, acequia y puente 

El monasterio de Obarra, entre otras dependencias, tuvo un molino harinero movido por las aguas del río Isábena. 


Se conserva en parte la canalización que llevaba el agua a las ruedas del molino, y en la plazuela se puede ver tapiada la boca por la que salía y se vertía de nuevo al Isábena. Diversas edificaciones se han superpuesto al molino original a lo largo del tiempo. Actualmente está acondicionado como albergue juvenil.


 Permanecen restos de la acequia que tomaba agua del Isábena para regar las huertas del monasterio. 

 El acceso al cenobio desde la margen derecha del río se llevaba a cabo por un puente gótico 



de un solo arco muy pronunciado que fue destruido por la riada registrada el 2 de agosto de 1963, aunque se mantienen restos en la orilla derecha. 



Años más tarde se construyó, un centenar de metros más abajo, uno nuevo, que sigue la traza del primitivo.




MONASTERIO DE SANTA MARIA DE OBARRA HUESCA

 Santa María de Obarra es un monasterio románico situado en la localidad española de Calvera, dentro del municipio de Beranuy, en la Ribagorza (Huesca, en el Prepirineo aragonés). 




El conjunto arquitectónico esta situado al pie del extremo occidental de la sierra de Sis, bajo la Peña Obarra, en la orilla izquierda del río Isábena y a la salida del Congosto de Obarra, siendo conocido popularmente como “La Croqueta”. 

 Se conservan la basílica de Santa María, la iglesia de San Pablo, las ruinas del palacio abacial y un molino reconvertido en casa de colonias.

Historia 

Se considera que aquí, a lo largo de los siglos VII y VIII, pudo haber comunidades religiosas visigodas y carolingias. Buesa estima que inicialmente hubo un monasterio hispanovisigodo fechado en torno al siglo VII.

​ Fue refundado en el siglo IX a iniciativa de los condes de Tolosa para consolidar su expansión al otro lado de los Pirineos a costa del islam. De cualquier manera, su existencia está documentada en el año 874, cuando se cita a “los monjes de Ubarra”.

​ En el siglo X se convirtió en el principal núcleo religioso del condado de Ribagorza al contar con el apoyo y patrocinio de sus condes, en particular de Bernardo Unifredo que lo restaura y beneficia con diversos privilegios. No hay construcciones de esta época a causa de las destrucciones provocadas por las incursiones musulmanas, en particular la dirigida por Al Maliki|Abd-Al Malik, hijo de Almanzor, en el año 1006.

Las primeras décadas del siglo XI, coincidiendo con el mandato del abad Galindo de Raluy, marcan un periodo de hegemonía del monasterio en lo religioso, social y político dentro del condado de Ribagorza. 

A este momento corresponde la construcción de la basílica de Santa María. Está documentado como monasterio de Santa María de Obarra, la denominación más empleada, y también como monasterio de la Santa Cruz, de San Salvador, de San Esteban, de San Pedro y de San Pablo.

​ Con la incorporación del condado de Ribagorza al reino de Pamplona, en el reinado de Sancho el Mayor (ca. 992-1035), el monasterio pierde relevancia pues es sometido, con el rango de priorato, al monasterio de San Victorián del Condado de Sobrarbe. En el siglo XIII se vivió un momento de auge a causa del apoyo prestado por la nobleza, en particular por la poderosa baronía de Espés,​ que lo enriqueció con donaciones y en la iglesia levantó su panteón familiar.

 Otra etapa de prosperidad se disfrutó a comienzos del XVI, bajo el patrocinio de los barones Mur de Pallaruelo, que proporcionaron tres priores. Uno de ellos, Pedro Mur, emprendió la reforma y ampliación del antiguo palacio románico abacial, que reconstruyó de acuerdo con el canon gótico avanzado. Actualmente está en ruinas. El principio de la decadencia del monasterio se produjo en 1571, a causa del restablecimiento del obispado de Barbastro, que ocasionó la pérdida de buena parte de sus bienes raíces y el consiguiente empobrecimiento. No obstante el culto se mantuvo hasta 1873. Planta de Santa María8​ Fue declarado monumento nacional por Decreto de 3 de junio de 1931.

​ En 1936, a causa de la Guerra Civil, sufrió graves daños y destrucciones, entre otras, la del retablo central A finales del siglo XIX el conjunto arquitectónico del monasterio estaba en ruinas. La restauración, a cargo del Estado, de la basílica de Santa María y de la iglesia de San Pablo se produjo entre 1974 y 1978 bajo la dirección de Francisco Pons Sorolla.






Basílica de Santa María

De las dependencias que restan, es la iglesia la que conserva su estructura medieval. A los pies del templo quedan las ruinas del palacio prioral mandado construir entre 1550 y 1557 por don Pedro de Mur sobre edificaciones anteriores de las que nada quedan. Se conservan algunos muros de mamposteria con almenas, ventanales rectangulares con pequeños arcos mixtilíneos y alguna estancia abovedada con medio cañón, problablemente bodegas. También se conserva la portada principal del palacio, formada por un arco apuntado y sobremontado un arco conopial. En el tímpano de la portada el escudo del linaje de los Mur, también presente en otros muros del palacio.


La iglesia además de estar dedicada a Santa Maria, se encuentra bajo la advocación de San Pedro, San Esteban y de la Santa Cruz. 

 Es un templo de planta basilical, con tres naves de siete tramos acabadas en sendos ábsides semicirculares. El central mayor que los laterales, al igual que la nave central. Obra de maestros lombardos que en el primer cuarto del siglo XI dejaron su impronta y su buen hacer en los ábsides del templo. El primer tramo de los pies se hundió en 1872 y tuvo que ser posteriormente reconstruido.



 Está construida con sillarejo, la planta es rectangular, con tres naves, de las que la central es más ancha y alta. Se cierra en la cabecera con tres ábsides semicirculares. Los seis tramos de las naves están definidos por pilastras en los muros y seis pares de pilares cruciformes que definen la nave central.


Adosada a la fachada sur se quiso elevar una torre campanario de planta cuadrangular que nunca llegó a concluirse.



 Los ábsides siguen la tradición románica-lombarda. Los pilares que forman las lesenas separan el tambor en tres paños. Sobre la parte superior corre una galería de arquillos ciegos en los ábsides laterales, mientras que en el central los arquillos se convierten en nichos ciegos de base muy inclinada en principio sin utilidad aparente, más que el puramente decorativo. 

En total doce nichos ciegos, cuatro por paño. Esta serie de nichos es característica propia de este templo. Por encima de los arquillos un friso decorativo de forma geométrica romboidal (friso de rombos o friso de losanges). 

Este tipo de decoración de lesenas y arquillos ciegos continua por los muros laterales del templo, a excepción del primer tramo de los pies que está reconstruido. El friso de rombos aludido también lo podemos encontrar en la mezquita musulmana del Cristo de la Luz de Toledo.



La entrada al templo se realiza por la fachada lateral sur, a la altura del primer y segundo tramo de los pies.

 Es una puerta formada por un doble arco de medio punto, el interior rehundido. Este apoya en dos capiteles de origen visigodo y decoración vegetal muy esquematizada, uno de los pocos restos que debieron quedar del original templo godo. 

Por encima de la portada y casi llegando a la parte superior un vano aspillerado formado por un arco de medio punto permite la iluminación del interior. 

 A la izquierda de esta puerta encontramos otra portada bastante más grande, formada también por un arco de medio punto, construida en el siglo XVI. 




No tendría el menor interés sino fuera por el escudo del monasterio que campea encima de la portada, y el escudo de los Mur en la clave central de la portada. (Mur, muro en catalán, su escudo lo forma un muro con cinco altas almenas). En el muro norte encontramos también dos puertas fuera de uso, una primera románica y la segunda portada construida en el siglo XVI y en cuya parte superior encontramos el escudo de la familia Mur.


La nave central se cubre con bóvedas de arista en los tres tramos más cercanos al presbiterio y en el resto de la nave con bóveda de medio cañón. 



La nave lateral de la epístola (derecha) se cubre en su totalidad con bóvedas de arista, mientras que la del evangelio (izquierda) los cuatro tramos más cercanos al presbiterio con aristas y el resto con medio cañón. En total siete bóvedas de medio cañón y catorce bóvedas de aristas. Las bóvedas se sustentan por arcos fajones que descansan en seis pares de pilastras cruciformes exentas. Destaca el conjunto de las naves y los ábsides por su considerable altura.


 La cabecera interior se ilumina por tres vanos formado cada uno por dos arcos de medio puntos rehundidos en el muro, simétricamente situados en el testero del ábside. Por debajo de ellas una arquería ciega, formada por cinco arcos de distinto tamaño y forma y que apean en ménsulas y capiteles toscamente labrados, algunos de ellos del primer monasterio visigodo desaparecido. Los ábsides laterales disponen cada uno de dos pequeños vanos con arcos de medio punto. Los ábsides se cubren con bóvedas de cuarto de esfera .





 Preside el Altar una talla de 1,20 metros de altura, realizada en piedra policromada en el siglo XIV y que sustituye a otra anterior románica desaparecida. Esta talla es conocida como la Virgen de Obarra o Nuestra Señora de Obarra. 



La imagen de pie, sustenta al Niño Jesús con su brazo izquierdo mientras que con la mano derecha porta una flor de lis. Esta coronada por la diadema condal. En la guerra civil sufrió daños por el fuego y tuvo que ser restaurada, entre ellas la reposición de su mano derecha. 

 En una de las naves laterales, a los pies de la iglesia encontramos la pila bautismal, formada por un gran bloque de piedra completamente hueco, y sin ningún tipo de decoración. Dispone de un agujero de drenaje y parece corresponderse con uno de los elementos de la época visigoda del templo. 



 Del mobiliario mueble existente en la iglesia, se podría destacar el retablo del Altar Mayor, obra del gótico aragones que fue quemado en 1936. Sólo se salvo una de las tablas dedicada a San Pablo. Otro elemento desaparecido es el sarcófago del barón de Espés, obra de estilo gótico realizado en alabastro policromado en el siglo XIV. Bajo un arcosolio de mármol, se encontraba el sarcófago con la estatua yacente del barón de Espés, en la urna se podía ver los blasones familiares. Sólo se conservan dos de los tres leones donde se apoyaba el sarcófago. 

La tabla de San Pablo y los leones del sepulcro se custodian hoy día en el Museo Diocesano de Barbastro. Malas lenguas afirman que el resto del sarcófago se encuentra en un museo norteamericano.





Sufrió graves daños en 1936 y fue posteriormente restaurada.