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sábado, 21 de mayo de 2022

AMAROS COMO YO OS HE AMADO

"Como yo os he amado, así debéis amaros los unos a los otros. Si os amáis los unos a los otros, todos sabrán que sois mis discípulos" 

El gran signo de la Iglesia, la vocación de los discípulos, no es otra que la de dar testimonio del amor. Si existe la Iglesia, es únicamente para esto.
 Nuestro único mandamiento es el amor. Si vivimos en amor, la alegría de todos será perfecta: éste es el fruto que debemos dar nosotros los amigos de Dios. Ahí radica nuestra belleza. Ahí radica nuestra única razón de ser. El amor lo es todo: ¡el amor es el mismo Dios!


Amaos como yo os fe amado. No confundír el amor con lo que tu quieres que haga.
¿Tiene que ir la Iglesia con los tiempos?
Quizás si que puede cambiar y adaptarse a los tiempos pero, no con nuestros tiempos y nuestras ideas, siempre obediente al Evangelio y nunca obediente al mundo. 
La Iglesia ama al mundo pero no como  el mundo quiere por ese motivo al mundo no le interesa el amor cristiano le interesa el placer.
Nosotros los seguidores de Cristo  tenemos  que amar pero no a cualquier precio y si imitando al que pagó el precio por todo que fue el hombre más bueno del mundo.

Nunca ha sido fácil amar a nuestros hermanos.
Amar a todos sin perder el norte, aunque algunos quieren que lo perdamos, con el Evangelio es fácil amar a todos con justicia y sin confundir el amor con someternos a los caprichos, ideas y antojos de los demás....esto no es amor es ceder al capricho, del placer de cada un Dios no pone en tu vida la persona que pides...si pone a una persona para que la ames.
Dios nos regala el amor para que seamos regalo de amor para los demás.



"Como yo os he amado, así debéis amaros los unos a los otros. 
Si os amáis los unos a los otros, todos sabrán que sois mis discípulos"
Dios no nos pone más cargas de las que podemos soportar y todo ocurre porque Dios está a nuestro lado.
Amar al prójimo es difícil , es difícil amar como Cristo y amar al prójimo a todas hora es prácticamente imposible solamente es posible  mirando a su cruz.


Mirandole podemos entender lo que es el amor al prójimo, amor que pasa por negarse a uno mismo buscando el bien del otro a pesar de nuestro propio bien.


Si vivimos en amor, la alegría de todos será perfecta: éste es el fruto que debemos dar nosotros los amigos de Dios. Ahí radica nuestra belleza.

 Ahí radica nuestra única razón de ser. El amor lo es todo: ¡el amor es el mismo Dios! No somos simplemente "siervos" que obedecemos y cumplimos, sino "amigos" que nos alegramos al escuchar la voz del Amado y somos uno con Él en el amor. 


Ser discípulo no es decir o hacer tal cosa, sino es vivir en intimidad con Jesús y los suyos, la Iglesia. Nuestra vida espiritual, no se presenta entonces de ninguna manera como una evasión ni como una cosa "más", sino como el corazón de nuestro ser: "Permaneced en mi amor". El discípulo es aquel que vive por Jesús y en Él. No hay mejor manera de garantizar el futuro de nuestra fe que permaneced en el amor en el que hemos sido engendrado.
El gran signo de la Iglesia, la vocación de los discípulos, no es otra que la de dar testimonio del amor.

 Si existe la Iglesia, es únicamente para esto. Iglesia ¿ qué puede buscar el mundo en ti sino el gozo de amar? Nuestro único mandamiento es el amor. 














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