Páginas

jueves, 19 de noviembre de 2020

CATEDRAL DE LEÓN, CAPILLAS




 

Entrada por la Puerta Occidental

La portada central, "de la Virgen Blanca" o del Juicio Final,



Tímpano


 está presidida por el Cristo Juez que muestra sus estigmas, mientras los ángeles portan los instrumentos de su martirio y la Virgen y San Juan se arrodillan como principales intercesores.




 Bajo el y en las arquivoltas se desarrolla el juicio en el que san Miguel pesa las almas (psicostasis) y separa a los bienaventurados que van al paraíso (incluidos Alfonso X o San Francisco, que aparecen con varios instrumentos de música),




 de los condenados que sufren los tormentos del infierno, siendo devorados por demonios o siendo introducidos en calderas hirviendo.



 En las arquivoltas aparecen escenas de la resurrección de los santos.









 El parteluz de ambas puertas es presidido por una reproducción de la "Virgen Blanca" con el Niño en las manos (la original está guardada en el interior del templo, en la capilla del mismo nombre), siendo la escultura más representativa de la catedral y una de las de más calidad del gótico español. 







Ya dentro de frente se puede ver el Trascoro 9




Capilla de Santa Lucia 6
Entrando a la derecha


Aunque su primitiva advocación fue la de San Francisco de Paula, lo mismo que la portada de la Epístola de la fachada occidental. 


En la actualidad está ocupada por el servicio de información de los visitantes del templo y no es visitable.

 Bajo la torre sur, guarda simetría con la Capilla de San Juan de Regla.
 Es interesante la pila bautismal que hay en ella, obra de Juan de Badajoz el Mozo; 





tiene forma de copa cubierta de escamas sobre las que resaltan varias figuras y grupos en relieve entre los que aparecen Moisés, el Bautista, el Bautismo de Cristo, la Ascensión y otro tema difícil de interpretar: se trata del prendimiento de un personaje femenino próximo a ser degollado ante el que hay otro masculino de rodillas; creemos que así como lo anterior simboliza el bautismo de agua, éste último grupo se refiere al bautismo de sangre. 
Junto a estos temas sobresale el escudo del obispo Pedro Manuel, protector del artista. 

El retablo es barroco, de principios del XVIII y está presidido por la titular.




Sepulcro del Obispo  Martín III Rodríguez 16

Iniciador de la catedral gótica, aunque otros autores defienden que sería el de su antecesor, el obispo Munio Álvarez. Atribuido también al Maestro de la Virgen Blanca, se organiza mediante tres arcos apuntados que cobijan un yacente sobre un sarcófago, este último muy deteriorado.


Abajo vemos la Anunciación,la huida a Egipto y un muy deteriorado Ecce Homo

y en las tres ojivas la Flagelación,




 la Crucifixión ,en precioso Calvario y





y a San Martín de Tours repartiendo la mitad de su capa ( la otra mitad no podía cederla al ser propiedad del estado romano)


Interior de la portada sur 3

.

 Estamos pues a mitad de la iglesia y en frente tenemos el precioso coro,originalidad de las catedrales hispanas es su ubicación en el centro del templo,pero en este caso se hizo con posterioridad,pues originalmente se hizo un presbiterio muy profundo para que el coro estuviera delante del altar mayor y a su lado.

CAPILLAS DE LA CABECERA


Interior de la portada sur 3

Capilla del Carmen 17

antes Capilla de San Miguel, justo después del crucero, con una talla que copia una imagen de Gregorio Fernández, un retablo del siglo XVIII con la imagen central de san José flanqueada por san Alfonso Mª de Ligorio y Benito y con san Miguel en el ático.







Pero la obra más destacada de esta capilla es el sepulcro del obispo don Rodrigo Álvarez, de 1232, que se conforma como modelo de sepultura de gran aceptación en la catedral, copiado en el ya mencionado sepulcro de “el Zamorano”, y fuera de León.




Muestra arcosolio de medio punto polilobulado que acoge sarcófago con frontal en el que los criados del finado reparten pan a los pobres, sobre el que aparece un yacente rodeado de la celebración de las exequias, con un obispo que ejerce de oficiante junto a los acólitos portando el libro, la naveta, el incensario, los cirios y la cruz y un grupo de fieles llorosos y plañideras mesándose los cabellos, una escena de gran predicamento posterior en la escultura funeraria castellano-leonesa. 





La labor escultórica se completa con un Calvario en el tímpano y en la clave del arco el alma del finado es conducida al paraíso por dos ángeles siguiendo la fórmula clásica de la elevatio animae.

Capilla del Santo Cristo 18



Hasta el año 1524 estuvo dedicada a aposento de los sacristanes de la Catedral; en aquella fecha D. Andrés Pérez de Capillas, arcediano de Tricastella, quiso enriquecerla con un calvario que encargó a Juan de Valmaseda.
 Dos años más tarde, el mismo artista completó el retablo con los cuatro evangelistas y sus correspondientes símbolos. 
El conjunto marca un momento interesante dentro de la escultura leonesa; por una parte, se encuentra dentro de las líneas y espiritualidad goticista; por otra, ya aporta, dentro de su austeridad, manifestaciones renacentistas. No faltan detalles pintorescos, como las gafas de san Lucas.

Puerta del Cardo 19

 En el muro opuesto, se levanta la llamada "puerta del cardo", que fue diseñada y ejecutada por Juan de Badajoz el Viejo.





 Se trata de un arco triunfal rebajado que culmina en tres conopias que se entrecruzan complicadamente; sus molduras se cubren de la más variada profusión de cardinas, hojas de roble, vides, pámpanos, animales fantásticos y otros temas menudos y bien dibujados, similares a los de la comisa de la capilla de la Virgen del Camino.

 Esta puerta servía para dar acceso al altar desde la sacristía. A cada lado hay una imagen sobre hornacina de media caña. En lo alto, una Virgen con el Niño.

Vestíbulo de la Sacristía 20
Sacristía  21

Oratorio de la Sacristía 22

Capilla de san Clemente y san Antonio o de la Consolación,


 que conserva pinturas murales del siglo XVI con la Anunciación, la Glorificación de la Magdalena y los santos Cecilia, Mamés, Catalina y Marta. 
En las vidrieras se narran escenas de la vida del papa san Clemente y de san Antonio, su primitiva advocación, realizadas por Gonzalo de Escalante en 1476.









 Enfrente de esta capilla, en el trasaltar, se conserva una pintura mural del Llanto sobre Cristo Muerto de Nicolás Francés.











No hay comentarios:

Publicar un comentario