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viernes, 26 de junio de 2015

VISITA AL REALEJO ALTO

El Realejo es un barrio situado a los pies de la Alhambra por su vertiente sur, p Antequeruela, y se comunica con el barrio judio del Mauror a través de la Puerte del Sol, dividiendose en Realejo Alto  y Bajo



  Arrabal judío de la ciudad musulmana, cuando se conocía como Garnata al-Yahud, "Granada de los judíos", y que cuando los cristianos tomaron la ciudad, lo renombraron como Realejo, pues había sido tomado por la Corona.


Es el barrio más antiguo de la Granada cristiana.

 Tiene dos partes bien diferenciadas: de un lado, la zona llana que conserva muy poco de su antiguo trazado urbano, evolucionado incluso desde antes de la cristianización, con algunos palacetes y casas señoriales; de otro, la alta, en la ladera de la colina del Mauror, la que baja desde Torres Bermejas


 es un laberinto de callejuelas estrechas tan empinadas que muchas de ellas son escalonadas y con multitud de casas unifamiliares y cármenes granadinos.

 De sus murallas y sus puertas, no queda ya ningún resto.

 A sus vecinos se les llama “greñuos” porque el Realejo estuvo habitado por judíos hasta la expulsión de éstos de España en 1492, lo cual fue un acontecimiento de enorme significación, tanto para la población judía obligada a salir de nuestro país como para la sociedad española de la época. Los judíos de El Realejo, como los que vivían fuera de Granada y de España, llevaban la cabellera larga (guedeja), las mujeres también, aunque se la cubrían con un velo.


 Por tal causa, los demás ciudadanos de Granada les llamaban los “greñúos”, y así siguieron llamando a los cristianos que repoblaron El Realejo y a sus descendientes. Incluso, en nuestros días, a los granadinos de El Realejo se les continúa llamando igual.

Mi vista empieza el la Plaza de Isabel La Católica


dando los buenos días a Yehuda Ibn Tibón, el judio español más famoso


y en el autobus c3 y bajarme en la calle Los Molinos.
Esta  calle es la arteria principal del barrio del Realejo, la cual discurre entre Calle Santiago y la Plaza del Campo del Príncipe, prolongándose desde la Plaza del Realejo hasta las llamadas Vistillas de los Ángeles.

 Su llamativo nombre proviene de los numerosos molinos de agua y harineros que, entre el siglo XVI y el XIX, pintaban su paisaje, dando fuerza motriz a las maquinarias de los ruidosos talleres del barrio (sederías sobre todo) o para sus innumerables hornos de tahonas.


Calle Molinos, en el Realejo

Visita obligada  por la Coronación de la Reina del Realejo al Monasterio de Las Conmendadoras de Santiago



Muy cerquita CAMPO DEL PRINCIPE
El Campo del Príncipe es el único espacio libre y amplio del barrio del realejo alto.Además, forma una gran plaza sumamente bella, tranquila y coquetona, la cual posee un tipismo totalmente granadino.
Esta plaza se construyó sobre un solar, llamado por los árabes Abulnest (Abu I-Nayd, loma), donde hubo un antiguo cementerio musulmán.

 Pero el nombre de Campo del Príncipe le viene porque en el año 1497 el Ayuntamiento de Granada mandó, a instancia de la Corona, explanar y adecuar la zona para que en ella se celebraran las fiestas nupciales del príncipe Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos. Pero la boda no se celebró en Granada, sino en Villasevil

 La plaza es el centro neurálgico del Barrio, es un poco irregular, en sus límites incluso en su topografía, es un espacio con una arboleda, un área empedrada y un Cristo de los Favores.

 Nada más entrar en la plaza hay un pilar de piedra con la pileta un poco abombada


Pilares de Granada

y dos mascarones en el frontal que expulsan agua por la boca, está coronado por una cornisa recta. y en un extremo una fuente.



 En el otro extremo de la plaza hay una fuente.



 A un lado de la plaza se alza el Cristo de los Favores, al que los granadinos profesan gran fervor. Su momento cumbre lo tiene el Viernes Santo a las tres de la tarde (un cornetin toca silencio y se le piden tres deseos), con Las Siete Palabras.

 El Señor de los Favores -de jaspe y alabastro-, considerado el monumento de Cristo crucificado más castizo de toda Granada por lo que significa para todos los granadinos en especial para los que viven en el barrio de El Realejo, fue costeado por los vecinos quedando instalada en dicha plaza en el año 1640.

 Entre 1679 y 1682 Granada y toda su provincia padecen una epidemia de peste bubónica que hizo estragos en la población, aumentando vertiginosamente la mortandad. Precisamente en el barrio de El Realejo la incidencia de este mal fue mínima.


Los “greñúos” se lo atribuyeron a la intervención de El Señor de los Favores, gracias a las oraciones de la gente que acudía masivamente ante su presencia. Precisamente en 1682 se traslada el monumento a un lateral de la misma plaza, lugar preferente, el mismo que ocupa hoy entre cuatro faroles de forja y rodeado por una verja también de hierro forjado.


 Como la devoción al Señor de los Favores fue creciendo, incluso fuera de los límites de la provincia de Granada, el Arzobispo Fray Bernardo de los Ríos Guzmán concedió, a todas las personas que rezaran al Señor de los Favores un Padrenuestro y un Avemaría, 40 días de indulgencias.


 Asimismo, en 1788, el Arzobispo D. Francisco de Perea confirmó esos 40 días de indulgencias a quien rezara un Credo al Señor del Campo del Príncipe.






Los alrededores de la plaza son impresionantes

Hotel Alhambra Palace




El lo alto, Carmen de los Rodriguez Acosta.


Sobre la colina del Mauror —o de los Aguadores—, en la ciudad de Granada se erige el «Carmen Blanco» (como es conocido popularmente), sede de la Fundación Rodríguez-Acosta, que desde su creación en 1941 por legado testamentario del pintor José María Rodríguez-Acosta, desarrolla su actividad basada en la difusión de la cultura en su más amplio concepto.

 Tanto el Carmen como los jardines fueron declarados Monumento Histórico Nacional en 1982, pasando posteriormente a ser Bien de Interés Cultural



 El Carmen que se erige en las cercanías de las Torres Bermejas, próximo a La Alhambra, fue diseñado para albergar el estudio del pintor granadino José María Rodríguez-Acosta, siendo el verdadero artífice del proyecto arquitectónico, aunque recibió el soporte técnico de los arquitectos Ramón Santa Cruz y de Modesto Cendoya en el proyecto inicial de 1916 y del arquitecto Teodoro Anasagasti y Algán en 1921 y de un segundo proyecto de la mano del arquitecto granadino José Felipe Jiménez Lacal a partir de 1924.



iglesia del Patrón de Granada San Cecilio.





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