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viernes, 11 de abril de 2025

SEPTIMO DOLOR, LA SEPULTURA DE JESÚS

 

Séptimo dolor: sepultura de Jesús y soledad de María, nuestra Madre



“Y, después, envuelto en una sábana, lo puso en un sepulcro excavado en la roca, en el que nadie había sido puesto todavía”. (Lc. 12, 53) 

Algo similar pasó en el Corazón de María al cerrarse la piedra del sepulcro. Fue como el último golpe que volvió a abrir todas las heridas de su amor maternal, acumuladas durante la Pasión de su Divino Hijo. 

El dolor de la sétima e última espada fue como la repetición de todos los sufrimientes de la vida de María, condensada en un solo instante. Grande fue el ruido de esta piedra sepulcral, pero más grande fue la repercusión en el alma de la Virgen. 

Este adios de la Madre hacia un Hijo fue seguramente de los más dramáticos.

 ¡Qué soledad tan diversa la de Aquella! ¡Es la soledad tremenda que deja la muerte del último ser querido, que estaba a nuestro lado!





TU Y YO

Nuestra Madre y Mediadora recibe a diario oraciones, notitas y fotos de personas enfermas. Desde el cielo, Ella que sufre con nosotros, vela por todos. Por los niños enfermos, sus familiares. Por tantas personas jóvenes, adultos, ancianos que sufren a diario ese dolor físico tan insoportable, que Ella sea medicina, consuelo y bálsamo.

Pues nos queda una manera muy sencilla y concreta para compatir con los sufrimientos de María : mantener la fe en la resurrección del Cuerpo Místico de Jesucristo que es la Santa Iglesia católica, apostólica y romana.

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