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miércoles, 25 de diciembre de 2024

LA VIDA COMO DON, ESTEBAN MARTIR

del santo Evangelio según san Mateo (10,17-22) En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.


Al día siguiente de la Navidad la Iglesia celebra la fiesta del primer mártir cristiano: San Esteban. 

El primer hombre de esta nueva etapa del Nuevo Testamento en quien mejor llegó hacerse carne y sangre la Palabra. De la ternura que trae El Niño-Dios pasamos a la dureza que conlleva ser testigo del Verbo hecho carne. 

 Apenas estamos celebrando el inicio de la vida y ya nos encontramos con la muerte de san Esteban. Es la manera de recordarnos que para el cristiano el sufrimiento y la muerte no tienen la ultima palabra en la vida porque el Dios que nace en la debilidad de nuestra carne es también el Cristo, Señor de la vida y de la muerte!

 Ahora no podemos renunciar a confiar y a ponernos en manos de Dios que todo lo puede. ¡Gracias, Esteban, por hacer de tu vida y de tu muerte un don para los demás!


Señor, me emociona el testimonio de Esteban, el primero que dio la vida por Jesús. Pedro puede presumir de haber sido el primer papa. Y Esteban el primero que, entregando la vida, le demostró a Jesús todo lo que le quería. Se jugó la piel, se jugó el tipo, se jugó la vida por Él. Fue el primero porque tenía prisa por imitarte en todo, también en tu muerte. Que mi vida, Señor, sea un testimonio auténtico de fe.


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