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viernes, 16 de agosto de 2024

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO

SÁBADO

“ Como niños ”





según san Mateo 19,13-15

En aquel tiempo, le presentaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y orase, pero los discípulos los regañaban. 

La cercanía de Jesús con los niños es una de las estampas más bellas del Evangelio. Los niños, con los ojos bien abiertos, van descubriendo la vida con sorpresa, con admiración. Por aquello de que no tienen pasado, tampoco tienen prejuicios ni con animales ni con las personas. Si un niño entra en un autobús, como pronto se cansa, salta al pasillo y, en unos momentos, se ha ganado a todos:

 Jesús dijo: «Dejadlos, no impidáis a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos». Les impuso las manos y se marchó de allí.

Nos compete a los adultos, llevar al encuentro con el Señor, a los niños, a los más jóvenes. Somos responsables de ayudar a cultivar en los niños la fe de su Bautismo, de irlos acercando al amor de Jesucristo, de presentarlos a la Virgen, de que aprendan a dirigirse a su Padre celestial, que se sepan cuidados por su Ángel de la Guarda, que sientan sobre sus cabezas las manos del Señor, bendiciéndolos.

VIERNES

“ Ya no son dos, sino una sola carne ”


En el Evangelio de hoy nos encontramos con la vocación matrimonial y con la vocación al celibato. Ambas necesarias y ambas se desarrollan como vocación al amor.

   según san Mateo 19,3-12 

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a un hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo?». 

 Él les respondió: « ¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”? 

De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

 Ellos insistieron: « ¿Y por qué mandó Moisés darle acta de divorcio y repudiarla? ». 

 Él les contestó: «Por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Pero yo os digo que, si uno repudia a su mujer - no hablo de unión ilegítima - y se casa con otra, comete adulterio». 

 Los discípulos le replicaron: «Si esa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse». 

 Pero él les dijo: «No todos entienden esto, solo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos ellos mismos por el reino de los cielos. 

El que pueda entender, entienda».


Hoy, Señor, quiero pedirte por tantas parejas que fracasan; por tantos hombres y mujeres que se quisieron mucho y, con el paso del tiempo, llegan a odiarse, incluso a matarse. Los sueños de Dios sobre el matrimonio eran bellísimos, las intenciones no podían ser mejores: ponerles en un Jardín de delicias. ¿Qué ha pasado? ¿Qué está pasando? Te pido que ayudes a tantas parejas malogradas, a tantos niños que, sin ninguna culpa, tienen que pagar muy caro los errores de sus padres.

JUEVES
“ Se alegra mi espíritu en Dios ”


Las lecturas de este día de la Asunción de María presentan la victoria del plan de salvación de Dios y de su reino.


según san Lucas 1, 39-56 

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 
 Aconteció que. en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? 

Este relato de Lucas contiene el encuentro de María e Isabel y el posterior cántico del Magníficat, con el que María proclama la grandeza del amor de Dios y las obras que ha realizado por medio de su pequeñez. María es bendecida por su condición de madre del Señor y declarada bienaventurada por su fe que hace posible que el Mesías Jesús traiga la salvación de Dios a toda la humanidad.

Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá». 

 María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, “se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humildad de su esclava”. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.

 Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. 
 Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia” - como lo había prometido a “nuestros padres” - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre». María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.


MIERCOLES

MIERCOLES

“ Acompañar a quien se equivoca, para que no se pierda ”





según san Mateo18,15-20 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca contra ti, repréndelo estando los dos a solas. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. 

Qué difícil la corrección fraterna de la que habla aquí el Señor. Precisa, como requisito indispensable, dejar de lado la hipocresía y la apariencia

Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. 

Jesús la plantea en tres estadíos: la corrección fraterna cara a cara, con testigos para acreditar la corrección, y ante la gran asamblea como último recurso. 

Todavía queda un paso más en el que el réprobo es expulsado de la comunidad para que, en la soledad de su destierro, madure y reaccione.

 En verdad os digo que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en los cielos. 

 Os digo, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre que está en los cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».



Señor, te doy gracias por tu gran generosidad frente a nuestra flaqueza. Tú sabías lo difícil que es para nosotros la “convivencia”. Por eso nos dejaste tu presencia a la hora de rezar juntos. “Yo estoy en medio”. Si Tú estás en medio de nosotros, nuestra oración será auténtica.


 MARTES

“ Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños ”



del santo evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10. 12-14
 En aquel momento, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?».

Le preguntaron: Los seguidores de Jesús estaban más preocupados por el puesto, que por lo que implicaba la evangelización. Pasan los tiempos y aún aparece este vicio. Cuántas veces nos creemos gerentes o apoderados legales de la Iglesia. Hay personas que son infumables porque siempre quieren servirse de la Iglesia para mostrar un estatus. Una vez, me tocó compartir con una persona que lamentablemente nadie quería en el grupo, porque siempre se mostraba autoritario y desde la experiencia hablaba para que los demás no opinemos, ni el cura… en fin… qué triste cuando hay personas a cargo de labores eclesiales que la terminan convirtiendo en un clan, a los grupos o su espacio de poder.
 Si vos te distanciaste de la Iglesia por haber experimentado con personas así te pido perdón y si vos y yo somos medio de querer tener puestitos para lucirnos dentro de la Iglesia, pidamos perdón y lo trabajemos. De paso te aclaro que hago estos audios no porque quiero ser obispo o Papa (aunque cara de zanahoria tengo?) sino para compartirte lo que sale de mi corazón y anunciar el Evangelio.

 Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: «En verdad os digo que, si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ese es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí.
 Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en los cielos el rostro de mi Padre celestial. 
Como niños: Jesús te propone a vivir en la actitud de niños. Confiando en tu Padre Dios, sabiendo que nunca te dejará solo; la actitud de la alegría, porque un niño le pone alegría a la vida y es la alegría de la familia, eso en algún momento lo fuiste vos y capaz que ya no lo sos. La actitud de ser sencillo, porque es a ello a lo que nos propone Jesús, es el eje de la niñez, encontrate en lo sencillo y deja de ser tan complicado y avinagrado. Vos podés dar mucho porque ya en algún momento lo diste.

 ¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en los montes y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, en verdad os digo que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. 

 Igualmente, no es voluntad de vuestro Padre que está en el cielo que se pierda ni uno de estos pequeños».




Para entrar en el Reino de los cielos, hace falta un pasaporte: ser pequeño. Ésta es la identidad que nos distingue delante de Dios; la virtud que más nos acerca a Él.

LUNES


Lo matarán, pero resucitará

Se trata del segundo anuncio de la pasión. Si el primer anuncio provocó una fuerte resistencia por parte de los discípulos y especialmente de Pedro, este segundo anuncio no es recibido con oposición, pero sí con “tristeza”.

según san Mateo (17,22-27):

 En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día.»

 Ellos se pusieron muy tristes. 

Jesús les anuncia la Pasión a los suyos, los introduce en el misterio de su Resurrección gloriosa tras la Muerte redentora, pero la única reacción que anota el evangelista es un sentimiento de tristeza.

Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?» Contestó: «Sí.» 

Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?» 

Contestó: «A los extraños.» Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. 

Cógela y págales por mí y por ti.»

También nosotros somos esclavos, en muchas ocasiones, de las emociones, apegados a los sentimientos que experimentamos en presencia de Dios.

DOMINGO



El Evangelio de hoy es continuidad de la multiplicación de los panes, conocido por el “Sermón Eucarístico”, se nos presenta el Señor con la formula de revelación “Yo soy” -como Yahvé en el Antiguo Testamento- Se autodefine como el pan que da la vida eterna al que lo come.

SEGÚN JUAN (6, 41-51)

Los judíos murmuraban de él porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?». 

Jesús tomó la palabra y les dijo: «No critiquéis. 

Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. 

Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. 

En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. 

Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. 

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».


Comer el pan eucarístico es una llamada a vivir lo que significa ese sacramento: es un alimento que nos transforma, nos hace tener hambre de Dios, sed de escuchar su Palabra que es gozo y alegría del corazón, anticipación de la gloria celestial, alimento de inmortalidad. Estamos hechos para Dios y solo Él sacia plenamente la sed que habita en el corazón humano.

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