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viernes, 16 de febrero de 2024

AYUNAR

  Evangelio según san Mateo (9,14-15)

 En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunaran.»


El Evangelio de hoy aborda la practica del ayuno.

Tenemos el deseo de vivirlo no sólo como el cumplimiento de un precepto al que estamos obligados, sino —sobre todo— procurando llegar a encontrar el espíritu que nos conduce a vivir esta práctica cuaresmal y que nos ay

Hoy, primer viernes de Cuaresma, habiendo vivido el ayuno y la abstinencia del Miércoles de Ceniza, hemos procurado ofrecer el ayuno y el rezo del Santo Rosario por la paz,


Cuando está Dios, se hace fiesta! Y Dios está siempre con nosotros, aunque a veces, no lo notemos y parezca que guarda silencio y su luz no consiga dar calor a nuestros devastados caminos. Su resurrección está como escondida en el abismo de la tierra, como una aurora apenas perceptible. 

Por eso, mientras llega el alba del nuevo día, debemos mantener despierto el corazón durante la noche en ayuno y oración. Así, si dejas que tu corazón ayune, si te despojas de todo equipaje inútil, en el deseo de Dios y en el amor del hombre, sabrás que la fiesta no ha terminado. La mesa está puesta todavía y el Esposo comparte en ella su propia vida. La aurora de la resurrección ya está presente en nuestra vida. ¿La notas



Buscando este sentido profundo, nos podemos preguntar: ¿cuál es el verdadero ayuno? Ya el profeta Isaías, en la primera lectura de hoy, comenta cuál es el ayuno que Dios aprecia: «Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de ti la gloria del Señor» (Is 58,7-8).

 A Dios le gusta y espera de nosotros todo aquello que nos lleva al amor auténtico con nuestros hermanos.

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