ORACIÓN DE LA MAÑANA SEGUNDO TIEMPOO ORDINARIO
ORACION DE LA MAÑANA
En el silencio de la mañana cuando la aurora anuncia el día, mil avecillas lanzan sus trinos como alabanza al Creador.
Madre Inmaculada ruega por nosotros no nos abandones solo en Ti esperamos haz que hoy tus hijos te veneren y como un tesoro conserven tu devoción-
A Ti Madre que siempre escuchas. a Ti Madre que siempre estas ahí, a Ti Madre que siempre cumples la voluntad de Dios dame un día tranquilo y que nunca me canse, nunca, nunca de alabar al Creador,
Así sea.
Siempre es necesario un camino para no perderse y un horizonte en el que clavar mis ojos, tu Madre eres mi camino como signo de consuelo y de firme esperanza.
Desde mi casa, en un atardecer cualquiera, me ayude a comprende que tenemos por dentro la fuerza del Espíritu Santo y que, cuando uno se deja llevar por Él, irradia por fuera lo que por dentro posee.
Se va...pero nosotros nos quedamos a pie d oe asfalto. ¿Qué estamos dispuestos hacer?
Me toca ser luz en el camino. No soy la luz,l. Mpero en mis manos, la llevo. No soy la sal, pero con mis obras, puedo salar muchas situaciones de la vida.
A tus pies Madre pongo mi día de hoy, te acuerdas Madres cuántas veces a tus pies rezaba... me alejé de Ti... y no te cansaste de esperar.
CONSAGRACIÓN 2022... RENOVACION
Madre, mi plegaria es oración
Te ofrezco Madre lo más bello y mejor que hay en mi corazón.
Siento Señor, que habitas en mi ser que tu vida en mi siento vibrar que de ti dependo como un niño que soy una gota en tu inmenso mar. Espiritu Santo infunde en mi corazón los dones de
Oración al Santísimo Sacramento
¡Qué bien se está contigo, Señor, junto al Sagrario!
¡Qué bien se está contigo! ¿Por qué no vendré más?
Hace ya muchos años que vengo aquí a diario
y aquí te encuentro siempre, Amor Solitario,
solo, pobre, escondido, pensando en mí quizás.
Tú no me dices nada ni yo te digo nada;
si Tú lo sabes todo, ¿qué voy a decirte?
Sabes todas mis penas, todas mis alegrías,
sabes que vengo a verte con las manos vacías
y que no tengo nada que te pueda servir.
Siempre que vengo a verte, siempre te encuentro solo.
¿Será, Señor, que nadie sabe que estás aquí?
No sé, pero sé, en cambio, que aunque nadie viniera,
aunque nadie te amara ni te lo agradeciera,
aquí estarías siempre esperándome a mí.
¿Por qué no vendré más? ¡Qué ciego estoy, qué ciego!
Si sé por experiencia que cuando a Ti me llego
siempre vuelvo cambiado, siempre salgo mejor.
¿Adónde voy, Dios mío, cuando a mi Dios no vengo?
¡Si Tú me esperas siempre! Si a Ti siempre te tengo,
si jamás me has cerrado las puertas de tu Amor.
¿Por qué no vendré más si sé que aquí, a tu lado,
puedo encontrar, Dios mío, lo que tanto he buscado.
Mi luz, mi fortaleza, mi paz, mi único bien?
Si jamás he sufrido, si jamás he llorado,
Señor, sin que conmigo llorases Tú también!
¿Por qué no vendré más, Jesús?
¡Si Tú lo estás deseando, si yo lo necesito!
Si sé que no soy nada cuando no vengo aquí.
Si aquí me enseñarás la ciencia de los santos
como aquí la buscaron y la aprendieron tantos,
que fueron tus amigos y gozan ya de Ti.
¿Por qué no vendré más, si sé yo
que Tú eres el modelo único y necesario
que nada se hace duro mirándote a Ti aquí?
El Sagrario es la celda donde estás encerrado.
¡Qué pobre, qué obediente, qué manso, qué callado,
¡Qué solo, qué escondido... nadie se fija en Ti!
¿Por qué no vendré más? ¡Oh, Bondad infinita!
Riqueza inestimable que nada necesita,
y que te has humillado a mendigar mi amor.
Ábreme ya esa puerta, sea ésa ya mi vida,
olvidado de todos, de todos escondida,
¡Qué bien se está contigo, qué bien se está, Señor!
Amén
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