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martes, 4 de abril de 2023

MI VIA CRUCIS 5ª ESTACIÓN

 



ORACIÓN

En este camino de Nuestro Señor hacia el Calvario podemos sentir el amor que nos tiene. 
Gracias Señor por tu amor, gracias por tu sangre derramada para limpiar nuestras faltas, unas más grandes que otras.
Gracias por subir a la Cruz y por Resucitar después. 
Aunque diéramos mil veces la vida por Ti nunca sería suficiente para pagarte la deuda que tenemos contigo. 



 5ªEstación: JESÚS AYUDADO POR EL CIRINEO

Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz. Mc 15,21

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.





Señor estás agotado, tus pasos cada vez son más lentos. Estás solo en medio de la gente. No hay ningún amigo que te ayude a llevar la cruz. Hay demasiadas cobardías y miedos. 

Los soldados romanos tienen que recurrir a un extraño que viene de su trabajo y obligarle a llevar la cruz. Simon de  Cirine que tomó la cruz de mala gana y a la fuerza, pero luego, al mirárte...... siguió tu ejemplo y abrazo tu Cruz.

El encuentro con el Señor siempre tiene recompensa este favor: la gracia vendrá sobre Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo (Mc 15, 21), que serían pronto cristianos destacados de la primera hora.

A veces nos encontramos con la cruz sin buscarla. Simón de Cirene tampoco contaba con aquel episodio, el de ser obligado a ayudar a un reo de muerte a llevar la cruz. Se encontró sin buscarla, con la cruz. Pero encontrarse con la cruz es encontrarse con Cristo.

Al igual que Tu Señor necesitas ayuda.................. a nuestro alrededor también encontramos a personas que necesitan ayuda, no pueden con sus cruces y cuantas veces pasamos de largo.....si pensáramos un poquito en Ti seguro que seríamos Cirineos

Madre, que alivio sentistes al ver al Cirineo, por eso quizas te acercaste a darle las gracias.....Si, le di las gracias, yo no podía ayudar a mi  Hijo a llevar la Cruz,  tenías que seguirle en el anonimato.

Ayudame Madrea que no pase de largo ante el sufrimiento de mis hermanos.

 En esta noche...¡todos somos cirineos! Con nuestra presencia y con nuestra oración.

Señor pequé.Señor pequé ten piedad y misericordia de mí

Sexta estación: La Verónica limpia el rostro a 





“Sin gracia ni belleza para atraer la mirada, sin aspecto digno de complacencia. Despreciado, desecho de la humanidad, era despreciado y desestimado” (Is 53,2-3)

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Tu rostro Señor, ese rostro  que tantas veces había sonreído a los niños, que  se había transfigurado de gloria en el Tabor, está ahora totalmente destrozado  y dolorido.

Pero este dolor es nuestra purificación; ese sudor y esa sangre que empañan y desdibujan sus facciones, nuestra limpieza.

Ella es quien se acercó a Cristo en los peores instantes de su existencia. La Verónica, en un rasgo de valentía, cruza las líneas romanas y las de las turbas vociferantes, arriesgándose a ser maltratada. Se acerca al Señor y limpia su rostro con suavidad, para no aumentar su dolor.

 Con extrema delicadeza limpia cada herida, con la ternura de una madre. De los ojos de la Verónica saltan lágrimas cuando ve Tu cara Señor limpia y Tu rostro relejado en el paño.

Enseña el paño a las demás mujeres se





Madre, Tu en lugar de sorprendente, tu cara dolorida muestra una sonrisa y das las gracias a la
 Verónica mientras recordaba las veces que yo había limpiado su carita  de niño y recordaba sus palabras; no es nada Madre.
Hoy no dirías lo mismo Hijo mio.

Al igual que a la Verónica, si nos acercamos con ese amor  Nuestro Señor dejara su rostro en nuestro corazón,
Madre, ayúdame  para acercarme cada día más a los débiles y desafortunado y qie el rostro de Tu Hijo me acomàñe toda la vida



Peque Señor, ten piedad y misericordia de mi


4ªEstación: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

 “Simeón dijo a María; este niño será signo de contradicción para que sean descubiertos los pensamientos de todos; y a ti una espada te atravesará el corazón” (Lc 2,34-35) 

Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.



Señor,  te levantaste con fuerza y volviste a caminar seguro con firmeza sabiendo hacia donde te dirigías, ¿Señor fue tu Amor hacia NOSOTROS, esa fuerza, que te levantó del suelo?

Te levantas vuelves a  cargar con la Cruz   das tus primeros pasos y un momento especial de dolor..... te encuentra  con tu Madre Santísima.

 Vuestras miradas se encuentran. Jesús feliz porque tu Madre no le has dejado solo. En el silencio María tu entiendes lo que tu Hijo te dice con sus ojos: Madre mía, tu sabes que esto tenía que pasar. mi misión está  apunto de terminar.


Yo lo entiendo Hijo mio pero dejame seguirte hasta el Calvario quiero ser la Madre Dolorosa para ayudar a todas esas madre que como yo sufren.

Madre, Tu sigues a Tu Hijo y yo  quiero acompañarte en este camino doloroso, en mis momentos difíciles siempre estás a mi lado, hoy yo quiero estar contigo.
Acepta mi ayuda Madre


Señor pequé.Señor pequé ten piedad y misericordia de mí



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