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lunes, 6 de febrero de 2023

LOS QUE LA TOCABAN SE CURABAN

 Evangelio según san Marcos (6,53-56)

 En aquel tiempo, cuando Jesús y sus discípulos terminaron la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron.


El éxito de Jesús parece rotundo, allí donde va, llena plazas, calles y sinagogas, ya lo "reconocen en seguida" pero tanto los suyos como las gentes no ven más allá de los signos. El Señor cura pero en lo referente al reconocimiento de su persona, no hacen progreso alguno. Diríase que siguen a Jesús por los beneficios que trae y no por haber descubierto en él al Hijo de Dios. 

 Pero mirar como cura Jesús en esta ocasión: no dice nada, ni una palabra, ni un gesto, como si curase su sola presencia, como si la paz que irradia sanara los tormentos de los hombres. 

 Jesús no hace otra cosa que "dejarse tocar", dejarse alcanzar, son los hombres los que se las ingenian para tocarle "siquiera la orla de su manto". 

 Este manto era el típico manto que los judíos se ponían para la oración, por lo que se nos está diciendo que Jesús es un hombre en oración, "hecho oración" y es este cuerpo suyo en oración el que sana, el que cura, el que lleva a re-crear, a restablecer la dignidad dañada, a devolverle al hombre su imagen originaria:vivir como hijos de Dios. 



 El poder de la oración es el que genera en el hombre vida y salvación. ¿Oramos? ¿Hemos descubierto que lo genuino de la fe se fragua en la intimidad de tu corazón, a solas con Dios?

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