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viernes, 4 de marzo de 2022

POR QUE TUS DISCIPULOS NO AYUNAN

 EVANGELIO DEL DÍA: Mt 9, 14-15: 



¿Por qué tus discípulos no ayunan?

el Papa Benedicto XVI, comenta este pasaje evangélico: “el pasaje de hoy aborda el tema del ayuno.[…] mientras Jesús se encontraba a la mesa en casa de Leví, el publicano, los fariseos y los seguidores de Juan Bautista le preguntaron por qué sus discípulos no ayunaban como ellos. Jesús les respondió que los invitados a la boda no pueden ayunar mientras el novio está con ellos; ya ayunarán cuando se lleven al novio.

 Al decir esto, Cristo revela su identidad de Mesías, Novio de Israel, que vino para la boda con su pueblo. Los que lo reconocen y lo acogen con fe están de fiesta. Pero deberá ser rechazado y asesinado precisamente por los suyos: en aquel momento, durante su pasión y muerte, llegará la hora del luto y del ayuno.”

«En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una „terapia‟ para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios

¡Cuando está Dios, se hace fiesta! Y Dios está siempre con nosotros, aunque a veces, no lo notemos y parezca que guarda silencio y su luz no consiga dar calor a nuestros devastados caminos. Su resurrección está como escondida en el abismo de la tierra, como una aurora apenas perceptible. Por eso, mientras llega el alba del nuevo día, debemos mantener despierto el corazón durante la noche en ayuno y oración. Así, si dejas que tu corazón ayune, si te despojas de todo equipaje inútil, en el deseo de Dios y en el amor del hombre, sabrás que la fiesta no ha terminado. La mesa está puesta todavía, y el Esposo comparte en ella su propia vida. La aurora de la resurrección ya está presente en nuestra vida. ¿La notas?


NOSOTROS
Mientras damos los primeros pasos del camino cuaresmal, la Palabra de Dios nos recuerda que el verdadero camino es interior, el camino del corazón: es el progreso en el amor, en la amistad, en la generosidad. 
El Evangelio no nos pide simplemente hacer algunas cosas más, aunque sean buenas. Lo que en realidad se nos pide es un cambio más profundo. 
El ayuno que el Señor quiere es el del propio egoísmo, salir de la concentración sobre uno mismo y los propios problemas para dirigir el corazón hacia Él, y para hacer crecer el amor y la atención hacia los más pobres y débiles. 
La presencia de Jesús entre la gente creaba un clima de fiesta, de esperanza, en definitiva, de extraordinaria alegría, y los discípulos estaban verdaderamente contentos de estar con él y de compartir su vida, gastada en estar con la gente y ayudarla. El seguimiento de Jesús no es un camino triste basado en las privaciones y la penitencia. Podríamos decir que es exactamente lo contrario.

¿De que tenemos que ayunar? Para dar gloria a Dios con nuestra vida.
El ayuno ayuda a mortificar nuestro  egoísmo y abre nuestro corazón al Amor de Dios y a nuestros hermanos.

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