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jueves, 31 de marzo de 2022

EVANGELIO ABBA PADRE

según san Juan 5, 17-30 

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo».



El Evangelio de hoy dice precisamente que los judíos lo querían matar por hacerse como Dios.

Semana Santa se acerca;
- Abrazamos la cruz, no vacía y si llena de Cristo
- Nos arrodillamos en Jueves Santo, no  en el suelo si ante los hermanos
- El Domingo de Ramos aclamamos con las manos llenas, no  de coherencia y si de traición. Aclamamos  a  Jesús pero, en los  días siguientes, vemos  que es difícil seguirle y le abandonamos.

En esto tiempos de muertes, de podredumbre, de miles y miles problemas personales hoy Jesús en el evangelio nos  dice:
                                      DIOS ES LA VIDA
para estos  momentos que vivimos es una gran dosis de esperanza.
Es bueno sentir la unión que hay entre el Padre y el Hijo:
- Jesús humano y divino. Nace en Belén pero viene del cielo.
- Es Jesús de Nazaret pero es Dios
- En el habita el espíritu Santo y el Padre.
A Jesús no le entienden los de su época. Le esperan en carroza y en un gran palacio y      llega en una carroza de madera y en un palacio de Belén donde la pobreza y sencillez es la máxima riqueza.
NOSOTROS




Como  esperamos nosotros a Dios y que esperamos de El
Pedimos que nadie no quite la vida, la esperanza y la capacidad de soñar, de levantarnos, de superarnos siendo hombres y mujeres de vida y esperanza.
Imitemos al Nazareno;

Su oración primera, con la frescura de la mañana, era como el primer beso, que le dirigía a Dios. Después vendrá el día, el trabajo del día, la preocupación por las cosas, y dentro de ese trabajo intenso, el esfuerzo, la fatiga, el cansancio. Pero todo se alivia con la emoción de la primera caricia del día. Y todo se compensa con la plegaria a la puesta del sol, al poder ofrecerle a su Dios, el haber hecho durante el día “todo lo que al Padre le agrada” En Jesús, el día y la noche no lo marca el sol ni la luna. Jesús vive “día y noche” al ritmo de la ternura de Dios, su “Abbá”. Lo que nosotros debemos hacer es ser “continuadores” de la persona y de la misión de Jesús.





  








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