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lunes, 28 de febrero de 2022

EJERCICIOS ESPIRITUALES 2023

  FIN DE SEMANA DE LA 8ª SEMANA DEL TIENPO ORDINARIO

Fin de semana, Ejercicios Espirituales, el grupo es reducido como reducido eran los Apóstoles. 



Motivo
A esta Residencia de Espiritualidad llego con alegría, gran fuerza y grandes deseos empieza  la Cuaresma y quiero llegar a la Pascua como  una persona nueva.
 La Cuaresma son días donde la reflexión, el silencio, la oración, perfección que nos pueden servir para que la Semana Santa no sea una más. 
Por supuesto con procesiones pero lo más importante que esas imagenes también recorren nuestras entrañas
 Sigamos a Jesús muy de cerca con la cruz y, agarrándonos fuertemente a ella, le pidamos toda la ayuda necesaria para subir hacia la Pascua con los ojos levantados hacia el cielo
Los ponentes

Dos jesuitas, un diacono Cristiano y un estudiante  Juseph, con tales ponentes Ejercicios Ignacianos por supuesto, motivo por lo que me anime más.

En una época San Ignacio, el Guerrero de Dios, fue  importante en mi  vida. Actualmente me queda una máxima que me hace mucho bien. 

Que he hecho por Cristo. Que hago por Cristo. Que voy a hacer por Cristo.

COMPART MI REFLEXIÓN CON VOSOTROS

Durante tantos años recibí el envío como profesora que para mi si es importante el Espiritu Santo y si que le suelo rezar con frecuencia.


INVOCACION AL ESPÍRITU PARA EMPEZAR 

Espíritu de Dios dame un corazón dócil para escuchar. Que mi corazón duro se convierta en un corazón parecido al tuyo y aceptaré mejor  Tu Palabra. Preparada para caminar hacia la Cuaresma dejame aprende el silencio de María y guardar como  Ella la Palabra en mi corazón-

Espíritu de Dios que me encuentre Dios que sin cesar me busca.

Esta oración la rezaré durante la Cuaresma en las oraciones de la mañana.

CON EL ESPÍRITU ENTRAR EN EL TABOR

Subir y bajar. 
 Subir para en ese "que bien se está aquí" me convierta en una persona nueva. En el silencio reconocer el papel de Jesús en mi vida. Un regalo donde reconozco que Dios camina conmigo.

 Y bajar sabiendo que en ese peregrinar caminas junto a mi a mi vida diaria para vivir una Cuaresma especial no siendo un tiempo oscuro y si un tiempo de luz y de gracia 
 Y finalmente dar testimonio de Ti.
En ese Tabor madrileño Tu  con tus  brazos abiertos nos has acogido a todos.





En Semana Santa suceden  acontecimientos, acontecimientos que,  Tu Señor, los realizaste por mi. Yo por mi parte me preparo en ese tiempo de Cuaresma para vivirlos a tope para agradecerte Tu Amor.
Empezando así mis Ejercicios Espirituales el Domingo al salir. 

Salmo 8  dia 26

Señor, Dios nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra! 

 Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, 

¿ qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder?

 Dios mío todo lo creaste por amor que nunca me canse, nunca, nunca de alabar te a Ti Creador. 

1ª SESION

San Ignacio. Adan, Eva y Jesús

San ignacio

Sus deseos de triunfo truncado por el accidente


He recordado mi accidente y lo he comparado con el de Ignacio:

-activo y tiunfador. Yo a pesar de mi jubilacion, activa al cien por cien con ganas de triunfar en mi proyecto solidario.

- en el centro de Pamplona dos piernas rotas. Yo en el centro de Madrid una pierna.

- su vida cambia y al final encuentra a Dios: Yo cambio y también tengo un encuentro.

Tengo que reconocer que encontrar esa coincidencia me ha impactado hasta el punto que la compartí con Cristiano

Adán, Eva y Jesús

 Genesis 3, 1-13

Adán y Eva creados a imagen y semejanza de Dios, no tenían ningún problema y  su corta felicidad estaba marcada por la mano de Dios.

Surge la ambición y en ligar de la mano de Dios actúa más las  manos de Adán o las de Eva y surge el mal.  No reconocen su culpa.

  Las tentaciones de Jesús

Jesús va al desierto movido por el Espíritu  y unida al Padre todo lo contrario a Adán y Eva

MI REFLEXIÓN

1ª Cuando surge el mal, quizás tan vez, nos hemos olvidados de Dios y nuestras manos han actuado mas de la cuenta

También nosotros, como el mismo Señor, nos encontramos constantemente en una lucha encarnizada contra el mal. Si abandonamos a Dios nos llueven las promesas.

En nuestro interior luchan Jesús y Satanás, ¿ quién vencerá?

-La oración va directa a Dios. La ausencia de ella nos convierte en miembros serviles del diablo 

 - La austeridad nos acerca al Padre. La opulencia y la ostentación hace sonreír al

 maligno 

 - La caridad y el amor agradan al Señor. La tacañería y el individualismo consolidan el reino del diablo - La eucaristía nos lleva a Cristo. El vacío y el sinsentido del domingo hacen bailar a Satanás.

Yo tengo claro las que elijo ¿ y tu?


SEGUNDA SESION

Ignacio 

Lectura de santos  seguimiento a Cristo. 

Preparándose para peregrinar  hacia Dios cambia los libros de caballería por la bibliografía de santos. 

Peregrino a donde vas si no sabes a donde ir. solo Ël, Tu Dios, te guiará.  

Moisés

También Moises se pone en camino,  se le despertó el deseo de conocer sus raíces. 

Su intención  es buena pero al matar a un egipcio tiene que huir y como Ignacio se convierte en peregrino y Dios sin saberlo  camina a su lado.

Pedro

La gente puede opinar de Jesús lo que quiera.

 Pedro, en nombre del grupo, afirma que Jesús es el Mesías.

La respuesta de Pedro es insuficiente porque la noción que tiene del Mesías no coincide con la de Jesús. De hecho, San Pedro no acepta un Mesías que termine en una Cruz. 

Jesús le llega a decir a Pedro: ¡Ponte detrás de mi  ¡Satanás! tiene que profundizar más su fe y aprender de Jesús. 

MI REFLESION

1  Yo se, al igual que Ignacio y Moises, se hacia donde camino y que busco? Intento caminar hacia la perfección. Por supuesto caigo y otra vez arriba.

2 ¿Quién es Él para ti y para mí? 

Si nos hacemos esta pregunta con toda seriedad, seguramente acabaremos confesando que dedicamos poco tiempo a la lectura y meditación del Evangelio. 

Escribe un autor actual: ¿Por qué escuchamos tantos mensajes, consignas y magisterios antes que su palabra sencilla e inconfundible?

«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!». 

 También a nosotros nos dice que nos pongamos detrás de El y así además de conocerle intentaremos vivir como El.

Salmo 27, último dia 



 El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? 

El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? 


  Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá. 

  Indícame, Señor, tu camino y guíame por un sendero llano, porque tengo muchos enemigos. 

 Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor.

ÚLTIMA SESIÓN

Ignacio

Se encuentra con el Señor y en su nuevo peregrinar lo hace junto El y su vida nueva es servir a Dios.

Moisés En el momento que está más desesperado, sin salida, recibe a Dios que entra a formar parte de su vida. 

Dios entra en su vida y el está dispuesto a servirle tiene miedo pero confia  en El

Los Apóstoles 

De regreso a la orilla, encontraron unas brasas sobre las que Jesús ha puesto pescado y pan. Jesús toma ahora el pan y se lo da, y ninguno le pregunta:"¿Quién eres?, ya saben muy bien que es el Señor. 

En efecto, en el pan compartido han reconocido el Pan de la vida, el Pan venido del cielo, el que da la vida eterna

Que no nos deja solos sino que nos alimenta no con los peces pescados sino con su propia vida.

MI REFLEXION 

Como Ignacio y Moises tenemos que peregrinar, olvidando este mundo donde todo vale, para encontrarnos con el Señor y hacer lo que El diga.

Los apóstoles le reconocieron al partir el pan.

Nosotros le podemos  reconocer en la Palabra, en el altar, (me gusta más, mesa,) en el silencio de la oración y en la entrega a los demás. 


Preguntas



¿ Que espero de estos ejercicios¿

Tal vez, tu y yo, cultivamos el exterior y descuidemos el interior.

 Estos Ejercicios Espirituales pretendo un encuentro, yo que soy débil, con Aquel que es fuerte y grande, mi Dios, 

2 ?Que deseo me anima¿ Su amor tan grande. 

¿ Que barrera debo derribar para  ese encuentro?

CONVERTIRME, SEÑOR De la tibieza de mi vida: digo creer en Ti no siempre vivo en Ti y contigo  De mis falsas seguridades. De mi mis soledades y angustias por haberme alejado de tu lado. Ayúdame a buscarte en el silencio

1a ¿ Que nos han enseñado sobre Dios?

Nos hizo una promesa y la cumple. 

2b ¿ Quien es Jesús para ti?


El centro de mi vida porque en mi cansancio , me levantas. En mi desierto me da fuerzas. En mi desencanto siempre me das ilusión.

Su Palabra y la Eucaristía un descanso para mi

Gracias Madre Inmaculada, tu me llevas a El de tu mano


3b¿ Que deseos mueven mi corazón  y puedo reconocer la voz  de Dios que susurra en ellos?

 1c ¿ Donde siento que el Señor me ha invitado, a lo largo de los meses, a ser misionero de tu Palabra¿ 

Según Santiago Alberione, tenemos que evangelizar con los  medios que tenemos hoy día. Mi medio es internet.

2c Durante los meses que lo hago ,,,,,,,,,Señor muy agradecida por tu fuerza para hacerlo.


Mis peticiones



_ Ayúdame a amarte, conocerte y desearte como Tu lo haces. 

_ Con humildad reconocer que soy hijo tuyo y buscar tu camino para escuchar tu voz. 

_  Ayúdame a ser valiente y demostrar tu Amor, sin miedos, mejor con obras que con palabras. 

_ No permitas Señor que nada ni nadie me separe de Ti. 

_ Como discípulo tuyo Señor, no puedo detenerme, siempre en camino. 

_ Me lo envió un amigo sacerdote el domingo

Eres un árbol plantado el día de tu Bautismo y quiere  el Señor que des frutos buenos porque estás injertado en la cruz, en la mesa y en la Palabra por tanto al salir al mundo tienes  que dar frutos  de los buenos que  gradan  al Señor y hacen bien a los que te rodean. 

Yo lo comparto con vosotros.


A  vuestra disposición, he aprendido mucho de él.

EN SUS MANOS PONGO AL GRUPO INCLUIDOS CRISTIANO Y JUSEPH. 
TAMBIEN A JESÚS Y ALBERTO PORQUE ME ANIMARON


MMMMMMMMMMMMM

IV SEMANA DE CUARESMA

 VIERNES

“ El Verdadero es el que me envía ”



Las dos naturalezas de Jesucristo, la divina y la humana, se aprecian en este pasaje del Evangelio de Juan. Jesús predica en su Galilea natal y se mueve a hurtadillas para que no le echen el guante los esbirros de los sanedritas que se la tenían jurada.

sanJuan 7, 1-2. 10. 25-30

 En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. 

En plena fiesta de las tiendas con la que el pueblo de Israel daba gracias a Dios por las cosechas y recordaba los cuarenta años pasado en el desierto, Jesús participa en ella como queriendo hacer su último esfuerzo por invitar a sus adversarios a reflexionar sobre su persona y sus "obras".

Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. 

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: «¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. 

empieza a predicar. Y entonces, sí. Entonces desata la contradicción en quienes lo escuchan. Porque no les cuadra el mensaje mesiánico que maneja con sus orígenes galileos más que contrastados.

¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? 

Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene». 

Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado». 

Buscar a Jesús para matarlo es intentar “matar la vida”. Jesús ha venido para que tengamos vida y vida en abundancia. Enemigos de Jesús no son sólo aquellos que matan, que aniquilan la vida, sino también aquellos que están satisfechos con una vida relajada, una vida a medias, una vida sin ilusión, sin esperanza, sin ganas de vivir.

Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.



Hoy viernes de Cuaresma, contempla al Crucificado camino de la cruz, y ofrece hoy él Vía Crucis por todos los que hoy son crucificados en los campos de refugiados, en las periferias de las grandes ciudades, en tantos lugares donde la dignidad de la persona vale tan, tan poco. 

JUEVES

“ He venido en nombre de mi Padre, ”


En nuestro caminar cuaresmal bien sabemos que para ir escuchando al Señor que nos habla, la vida ilumina el texto y el texto ilumina la vida; desde esta premisa podemos seguir descubriendo lo que nos trae nuevamente el Evangelio según San Juan.

según san Juan 5, 31-47 

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. 

En nuestro caminar cuaresmal bien sabemos que para ir escuchando al Señor que nos habla, la vida ilumina el texto y el texto ilumina la vida; desde esta premisa podemos seguir descubriendo lo que nos trae nuevamente el Evangelio según San Juan.

Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz.

 Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. 

Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no lo creéis. 

Él denunciaba un modo de actuar y de leer las Escrituras que podía generar erudición, pero no encuentro con Dios Vivo. Qué bueno si en este tiempo cuaresmal frecuentamos un poco más la Palabra, nos familiarizamos con ella, guardamos como un tesoro en nuestro corazón su mensaje… dejando que nos transforme sin oponer resistencia…

Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! 

No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibiréis. 

¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios?

Pidamos al Espíritu Santo que cada lectura de la Sagrada Escritura nos haga crecer en conocimiento y en relación con Jesús, el enviado del Padre. Que podamos reconocer el testimonio verdadero de quien no se promueve a sí mismo, ni se exalta a sí mismo, sino que procura la voluntad del Padre.

 No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. 

“Moisés escribió de mí”. Es una bonita clave para leer todo el Antiguo Testamento. Escribieron de ti Moisés, los Profetas, los Sabios, los Salmistas. Por eso dirá San Agustín: “Si leo el A.T y no descubro en él a Cristo, su lectura me parece sosa y aburrida.

Pero, si no creéis en sus escritos, ¿cómo vais a creer en mis palabras?»


Nos dices que Moisés escribió de ti. A veces me aburren las lecturas del A.T. Hoy quiero leerlas con esta nueva luz que tú me das. Voy a verte a ti en ellas. Así su lectura me resultará no sólo interesante sino apasionante. Me acercaré a los profetas y te leeré a ti. Me acercaré a los salmistas y te escucharé a Ti.


MIÉRCOLES

“ El Padre ama al Hijo y le muestra todo ”


según san Juan 5, 17-30 

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: 

«Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo». Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no solo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. 

Jesús tomó la palabra y les dijo: «En verdad, en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. 

Nos muestra cómo tras ser criticado por los judíos por haber curado en un día de sábado, Jesús responde: “Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo”.

Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para vuestro asombro. 

Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. 

Nos comunica su unión con el Padre. Jesús colabora con el Padre dando continuidad a la obra de la creación, para que un día, todos puedan entrar en el reposo prometido. Dios, que con tanto amor nos ha creado, en Jesús nos recrea y nos promete resurrección y vida eterna.

El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. En verdad, en verdad os digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida.

Dios es Padre y desea que en su Hijo todos seamos partícipes de su comunión de amor. Ese es el gran misterio que la entrega de Jesús en la cruz pone de manifiesto al mundo, pero que Él, con toda su vida nos lo testimonia.

 En verdad, en verdad os digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. 

Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda esto, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. 

Cuantos nos cuesta ver entre los pliegues de la vida  la mano de Dios.

Los judíos fueron incapaces y nosotros también muchos somos incapaces de ver a Dios en el amor ,en los detalles, en la entrega generosa.
¿donde ves a Dios tu?

Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió»



Señor Jesús, te doy gracias, a boca llena, porque Tú me has revelado el verdadero rostro de Dios. Me habían dicho que era un Señor Poderoso, Justo, Sabio, pero has tenido que venir Tú a decirnos que Dios es, ante todo, un Padre maravilloso. Y está tan cercano a nosotros que hasta le podemos llamar “Abbá-Papá”. Gracias por esta revelación tan fantástica.


MARTES

“ Levántate, toma tu camilla y echa a andar ”




El episodio en que Jesús cura a un paralítico que estaba echado en una camilla junto a la piscina de Betesda. Nos dice la Escritura que el hombre llevaba allí treinta y ocho años. Dos cosas nos llaman la atención sobre este pasaje.

según san Juan 5, 1-16

 Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. 

Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.

 Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres quedar sano?». 

Primero, es Jesús quien se toma la iniciativa. Han llegado los tiempos mesiánicos. Es Él quien se acerca al paralítico y le pregunta: “¿Quieres quedar sano?”

Una pregunta directa. Jesús sabe que el hombre lleva mucho tiempo, que ha puesto toda su esperanza en el agua de aquella piscina (en los versos 3b-4 se nos dice que cuando el agua que había en ella era agitada por las alas de un ángel del Señor que bajaba de vez en cuando, el primero que se metía se curaba).

El enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».

Segundo, la respuesta del hombre ante esa pregunta trascendental: “Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado”. Jesús le había hecho una pregunta directa, lo único que tenía de decir era “sí”.

 Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y echa a andar». 

No se daba cuenta que tenía ante sí al mismo Dios, aquél de quienes brotan torrentes de agua viva, capaz de echar demonios, curar enfermos, revivir muertos. Está ventilando su frustración, pero más que nada, su soledad: “no tengo a nadie…” La soledad, lo que el papa Francisco ha llamado la peor enfermedad de nuestro tiempo.

Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. 

Jesús se compadece y le dice: “Levántate, toma tu camilla y echa a andar”. Palabras de vida, palabras de sanación, de alegría. Dentro de toda su frustración y soledad, aquél hombre creyó las palabras de Jesús. Por eso pudo recibir los frutos del milagro. “Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar”.

Aquel día era sábado, y los judíos)) al hombre que había quedado sano: «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla». 


Él les contestó: «El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».

 Ellos le preguntaron: «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?». 

Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado.

 Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».

 Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Qué distinto el comportamiento de los judíos y el de Jesús. Los judíos tenían que celebrar el sábado, era fiesta para ellos. Y uno se pregunta: Estando rodeados de gente enferma, que lo está pasando mal, ¿todavía tienen ganas de fiesta? 


Para Jesús, la fiesta es precisamente eso: sanar las dolencias, curar las enfermedades, ayudar al que lo necesita, hacer el bien a todos. Esa debería ser nuestra fiesta de Domingo.



LUNES

“ Tu hijo vive ”


según san Juan 4, 43-54

En el Evangelio de hoy, se nos presenta un nuevo milagro obrado por Jesús; la escena muestra al Señor junto a un padre suplicante ante la situación de su hijo enfermo, en riesgo de muerte. Este episodio es semejante del relato de la curación del siervo del centurión, que relatan Mateo y Lucas.

 En aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había atestiguado: «Un profeta no es estimado en su propia patria». 

Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. 

Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose.

 Jesús le dijo: «Si no veis signos y prodigios, no creéis». 

El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo vive». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. 

Llama la atención que tras las palabras de Jesús, el hombre creyó ciegamente. Sin ver ninguna señal, sin ver ningún prodigio, el hombre cree en la palabra de Jesús y vuelve a casa. No debe haber sido fácil

Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. 

Este es el verdadero milagro de la fe: creer sin otra garantía que no sea la Palabra de Jesús.

Y le contestaron: «Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». 

Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.




El ideal es creer en la Palabra de Jesús, aún sin ver. Esta es una tremenda lección para todos nosotros hoy en día. Que el actuar de este hombre, que “creyó y se puso en camino” nos impulse a seguir caminando en esta cuaresma con esa fe que supera las condiciones.


DOMINGO

“ Su padre lo vio y se conmovió ”




En el Evangelio de hoy, nos encontramos con la parábola –mayoritariamente conocida- como la del hijo prodigo, pero también la podríamos llamar del hermano soberbio, envidioso o del Padre misericordioso. La misericordia de Dios, es el mensaje central de la parábola. Si nos detenemos en el Padre, recibió al hijo con inmensa alegría, sin recriminarle la conducta, devolviéndole la dignidad que había perdido, tratándole como hijo

según San Lucas 15, 1-3. 11-32 

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús todos los publicanos y pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: «Ese acoge a los pecadores y come con ellos». 

Jesús les dijo esta parábola: 

Viene a decirnos, así es Dios, tan comprensivo, tan rebosante de amor, que no se cansa de perdonar

«Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.

 Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y se contrató con uno de los ciudadanos de aquel país que lo mandó a sus campos a apacentar cerdos. Deseaba saciarse de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 

Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: 

Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros». Se levantó y vino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos.

sale su padre, y, lo compadecido, corrió a él, llenándole de cariño, es alegoría de la providencia misericordiosa de Dios. El beso es signo de perdón. La misericordia de Dios, no solamente no castiga al pecador, sino que lo espera, le ofrece el perdón. 

Cuando vuelve al Padre, este, lo recibe brazos abiertos y no le pregunta nada, no le echa en cara su mala conducta anterior, no le recuerda que fue ingrato, al contrario, siente compasión y lo hace antes del arrepentimiento de su hijo.

 Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo”.

 Pero el padre dijo a sus criados: “Sacad enseguida la mejor túnica y vestídsela; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y sacrificadlo; comamos y celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. 

Los que vivimos  intentando seguir a Cristo no somos mejores que los que se alejan de la casa del Padre pero, si vivimos mejor

Y empezaron a celebrar el banquete. Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y la danza, y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 

Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha sacrificado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y no quería entrar, pero su padre salió e intentaba persuadirlo.

 Entonces él respondió a su padre: “Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; en cambio, cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado”. 

El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era preciso celebrar un banquete y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”».

La bondad de Dios, con los pecadores es inmensa, — sin distinción de gravedades — tiene sobre sí el perdón de Dios, “su Padre.” Así como el tema central es “el hijo pródigo,” es también el permanente perdón de Dios. Siempre que nos alejemos de Dios, nos estamos alejando de la felicidad, de la fuente del amor, entonces luego caemos.



 Cuantas veces Dios, nuestro Padre, nos ha recibido como el hijo pródigo, con los brazos abiertos a la reconciliación, al perdón, a la paz y a su bondad. En verdad, no podemos hacer esperar más tiempo a Dios, dejemos abrazarnos por sus brazos, pidamos perdón con sencillez, humildad y confianza.

Vivir en la casa del Padre no es una carga y si un privilegio y una gran fuente de alegría.

OCTAVA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

MARTES

“ Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros ”


El Evangelio de este día se sitúa en el contexto del camino que Jesús emprende hacia Jerusalén, con sus discípulos; el camino hacia la cruz. En ese camino Jesús quiere ir enseñando a los suyos qué significa y qué implica seguirle.

según san Marcos 10, 28-31 

En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús: «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido». 

Los discípulos siguen anclados en una mentalidad de “la recompensa al mérito” y por eso, frente a la incapacidad del hombre rico, ellos se sienten orgullosos de sí por “haberlo dejado todo” para seguir a Jesús.

Pero el Padre nos reserva una sorpresa, sorpresa que viene con sufrimiento. No hay camino cristianó sin vía crucis. 


Jesús dijo: «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna. 

Quien sigue a Jesús experimenta un cambio radical de vida. Entra a formar parte de la nueva familia de los hijos de Dios, con vínculos más profundos y universales que los de la sangre o los genes

Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».


  No tenemos que establecer categorías entre los seguidores. 
No tenemos ningún mérito por haber sido llamados los primeros. Es en la Cruz donde se triunfa y Jesús nos lo dice con hechos. 

LUNES

“ Dios lo puede todo ”



según san Marcos 10, 17-27

El misterio del seguimiento de Cristo -más bien su imitación, por usar la expresión clásica ‘sequela Christi’- queda aquí reflejado a través del diálogo de Jesús con el joven rico.

 En aquel tiempo, cuando salta Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: -«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» 

Jesús le contestó: -« ¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre.» 

Éste se arrodilla reverentemente con profunda devoción y se declara cumplidor de los preceptos morales de la ley mosaica. Todo lo hace bien a sus ojos.

Él replicó: -«Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño.»

Pero el seguimiento de Cristo va más allá del cumplimiento escrupuloso de los mandamientos para adentrarse en el misterioso camino del amor. Ahí entra en juego el amor al dinero, a la riqueza, a todo lo que nos proporciona seguridad en nuestra confortable vida.

 Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: -«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dale el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego sígueme.» 

De modo que Jesús lo mira con cariño y le proporciona la regla de oro para desprenderse de cuanto le ata y así profundizar en el amor al prójimo, simbolizado en los pobres a los que socorrería con sus bienes.

A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico. Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: -«¡ Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios! » Los discípulos se extrañaron de estas palabras. 

Es realmente difícil para un rico entrar en el reino de los cielos. No importa el nivel de su riqueza, no es necesario que sea cuantiosa, sino que tengamos el corazón firmemente agarrado a ella y nos cueste compartirla.

Jesús añadió: -«Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios.» 

Ellos se espantaron y comentaban: -«Entonces, ¿quién puede salvarse?» Jesús se les quedó mirando y les dijo: -«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo.» 


Jesús nos está gritando desde su Palabra de hoy precisamente eso: déjate caer en mis brazos, abandona toda seguridad, olvídate de sentirte fuerte si quieres seguirme. ¿Quieres realmente seguirlo?

DOMINGO

“ El que es bueno, de su corazón saca el bien ”



El pasaje del Evangelio según san Lucas nos ofrece tres lecciones sapienciales de Jesús. La primera nos dice que el discípulo no es superior a su maestro. La segunda nos anima a corregirnos a nosotros antes de tratar de corregir a los demás. Y la tercera afirma que podemos conocer a las personas observando sus obras.


según san Lucas 6, 39-45 

En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 

No está el discípulo sobre su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. 

Este pasado jueves Marcos nos ofrecía una pequeña colección de dichos de Jesús pronunciados en distintos momentos y lugares.

Hoy lo hace Lucas. Con el primero de estos dichos el Señor nos invita a no erigirnos en guías o maestros de nadie cuando todavía no hemos aprendido a ser, como Él, mansos y humildes de corazón (Mt 11, 29). Mientras no dominemos el egoísmo no pretendamos ser guías de nadie.

¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! 

Por qué a todos nos resulta más sencillo ver la mota en el ojo ajeno que la viga en el propio? La respuesta es sencilla. Porque proyectamos en los otros lo que nosotros llevamos dentro. Si quiero saber de qué pie cojeo, no tengo más que detenerme a analizar aquello que más me molesta en los demás.

 Somos poco consecuentes si nos enfurecemos, por ejemplo, contra quien provoca la guerra de Ucrania, pero nosotros mismos no somos hombres y mujeres de paz en nuestro entorno. Preguntémonos qué podemos hacer para mejorar la convivencia familiar o social.


Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano. Pues no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno; por ello, cada árbol se conoce por su fruto; porque no se recogen higos de las zarzas, ni se vendimian racimos de los espinos.

 El hombre bueno, de la bondad que atesora en su corazón saca el bien, y el que es malo, de la maldad saca el mal; porque de lo que rebosa el corazón habla la boca».

Es evidente que la bondad del corazón tiene muchos enemigos fuera de nuestros ambientes cristianos. La sociedad actual está frontalmente reñida con la bondad. Pero quizá no sea tan evidente que la bondad del corazón tiene también enemigos sutiles dentro de nuestros ambientes cristianos.




Te pido Señor que mis palabras, mis actos y todo lo que salga de mis cincos sentidos siempre sea para  dar frutos buenos.

sábado, 26 de febrero de 2022

viernes, 25 de febrero de 2022

SEPTIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

 SÁBADO

“ El que no acepte el reino de Dios como un niño... ”

En el camino hacia Jerusalén Jesús va enseñando a sus discípulos sobre el servicio a los pobres, la indisolubilidad del matrimonio, el desprendimiento de las riquezas, el sentido del poder como servicio a los demás etc. Por ello, el Señor acude ahora a dar acogida a los niños porque es preciso hacerse como ellos para entrar en el Reino, para ser capaces de acoger el Reino.

según san Marcos 10,13-16 

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban. Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios.

El reino de Dios es para los pequeños y sencillos. En esta clave se debe entender el relato, en el cual la gente llevaba a los niños para que Jesús los tocase. Sin embargo, Jesús se enoja con sus discípulos al ver cómo éstos reprendían y rechazaban a los niños.

 En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él». 

El reino de Dios se acepta, se recibe gratis. No se consigue a fuerza de méritos o de inteligencia, porque nos supera infinitamente. Por eso sólo nos queda recibirlo como se recibe un regalo, como reciben los niños todo lo que se les da. Ésta es la gran cualidad de los niños: están abiertos a todo lo bueno que se les ofrece. Sobre todo se dejan querer. Ése es su encanto

Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.


Pidamos al Señor no quedarnos encerrados en nosotros mismos, sino ser capaces de abrirnos a las riquezas del reino de Dios.

VIERNES

“ Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre ”



según san Marcos 10,1-12 

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba. 

Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba: «¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?». Él les replico: «Qué os ha mandado Moisés?». 

Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo: «Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. 


Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. 

Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo. Él les dijo: «Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».




JUEVES

“ El que escandalice... ”


según san Marcos 9,41-50 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. 

El Evangelista ha agrupado aquí varios dichos de Jesús pronunciados en distintos momentos y lugares. Tienen en común que se centran en la persona de Jesús. Todo comienza en Él y todo acaba en Él.

 El valor de todas las cosas depende de su relación con Él. Nada puede ser absolutizado fuera de Él; tampoco la Iglesia-institución. Cosas aparentemente sin importancia, como dar un vaso de agua al sediento, pueden ser muy buenas; o pueden ser muy malas si con ellas escandalizamos a uno de estos pequeños.

El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. 

Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.

Jesús, que acaba de pedir tolerancia a su discípulo Juan, se muestra ahora intolerante con quien escandaliza a uno de estos pequeños. Quiere que sus discípulos evitemos daños físicos o morales a nadie. Prefiere que nos hagamos daño a nosotros mismos. Lo dice con lenguaje crudo y metafórico: córtate la mano, córtate el pie, sácate el ojo. 

La mano o la actividad; el pie o nuestros caminos y actitudes; el ojo o nuestros deseos y aspiraciones. Siempre tenemos que anhelar vivir una vida más evangélica, más orientados hacia los demás y menos hacia nosotros.

 Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. 

Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros».


Los discípulos, los creyentes, estamos llamados a dar sabor al mundo. Para ello necesitamos mantener una sana tensión interior. Porque, ¡resulta tan sencillo acomodarse e instalarse en una vida piadosa y cómoda, rutinaria e irrelevante!

MIERCOLES

“ El que no está contra nosotros está a favor nuestro


hoy no encontramos con muchas personas que sin oír a Jesús y sin meterle en su vida, realizan obras buenas, obras que están de acuerdo con el evangelio: aman, perdonan, son justas, son limpios de corazón…

según san Marcos 9,38-40

 En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros». 

No nos tiene que chocar esta situación, porque siguen su naturaleza humana, la que Dios nos ha dado a todos. Jesús en sus palabras, en sus indicaciones nunca va en contra de lo que nos dicta nuestra naturaleza humana.

Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí.

Lo que sí hace es ir un poco más allá. No solamente nos dice que tenemos que amar, sino que nos pide amar hasta los enemigos, no nos dice solo que hay que perdonar, sino que debemos perdonar siempre, hasta setenta veces siete…

 El que no está contra nosotros está a favor nuestro».

nos es más fácil entender sus palabras en el evangelio de hoy: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro”.


Señor Jesús, te mire por donde te mire, siempre me sorprendes, siempre me ensanchas el corazón. Te agradezco esa amplitud de miras, ese buscar siempre lo bueno, lo positivo que hay en el corazón de cada uno, ese ir siempre por delante poniendo la semilla del bien. 

Es verdad que en el mundo no todo es trigo limpio, hay también cizaña. Pero cuando quiere crecer la cizaña, el campo está sembrado de trigo. Y tú esperas que el trigo se apodere de la cizaña y que el bien se imponga sobre el mal. En este mundo nunca es tiempo de arrancar; siempre es tiempo de sembrar.

MARTES

“ Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? ”


según san Mateo 16, 13-19 

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas». 

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» Jesús le respondió: «¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 

Jesús, antes de entregar a Pedro las “llaves de la Iglesia”, le entrega “las llaves de su corazón”. Y ese corazón es tan grande que en él caben todos los pueblos. Jesús nos habla de un Padre Bueno que “hace salir el sol y manda la lluvia” para todos.

Ahora yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. 


Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos».


Señor, hoy siento una alegría grande en mi corazón al llegar a la oración y leer tu Palabra. Como a Pedro, también me haces a mí la entrega “de las llaves”. No las llaves de la Iglesia, pues soy pequeño y no pretendo dirigir nada. Me das las llaves de tu “propio corazón”. Con esas llaves puedo abrir y asomarme al misterio de tu amor. Y, al mismo tiempo, yo también te entrego las llaves de mi corazón para que puedas invitar a entrar en él a los pobres, tus preferidos.

LUNES

“ Todo es posible al que tiene fe ”


El Evangelio del día establece una relación directa entre fe, poder y oración. Diríamos que las coloca esas tres palabras en línea recta, cada una dependiente de la anterior.

según san Marcos 9, 14-29

 En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos. 

Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. Él les preguntó: «¿De qué discutís?». Uno de la gente le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. 

He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces». Él, tomando la palabra, les dice: «Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo». Se lo llevaron. 

En realidad, la curación de ese chico endemoniado sirve para extraer una lección sobre la fe, sus efectos y su alimento, que no es otro que la oración. El padre del endemoniado nota que le falta fe y pide que Jesús se la aumente, lo mismo que millones de cristianos a lo largo de todas las épocas han pedido la gracia de ver aumentada su fe. Porque es gracia y no mérito.

El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos. 

Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?». Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos». 

Esa fe mueve montañas, decimos con el refranero remitiendo a un pasaje evangélico, y puede que tú también hayas experimentado el poder de la fe para obtener algo que jamás hubieras imaginado.

Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe». Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: «Creo, pero ayuda mi falta de fe». 

Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él». 

Al final del diálogo con sus discípulos, Jesús recalca cómo la fe precisa de la oración para robustecerse. A los apóstoles se les resistió ese espíritu inmundo porque su fe flaqueó. Sólo la oración la embarnece. No se nos olvide a nosotros pedir en nuestra oración cotidiana que el Señor nos ayude nuestra falta de fe.

Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. 

Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?». Él les respondió: «Esta especie solo puede salir con oración».

¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Esa clase solo sale a fuerza de oración. Aquellos discípulos habían intentado, sin resultado alguno, curar al muchacho imitando los gestos y las palabras de Jesús. Se mueven todavía en el nebuloso terreno de lo mágico más que en el diáfano terreno de la fe. Y actúan pendientes los unos de los otros. Si todo es posible para Dios, todo es posible para la fe hecha oración: Todo es posible para quien cree.


A nosotros nos pasa lo mismo que a los discipulos.

Los discípulos que tuvieron éxito en la primera misión (Mc 6,13.30) demostraron ahora que les falta confiar en el poder de Dios a través de la oración. Sólo la oración humilde y la fe incondicional en Dios permite vencer al mal.

DOMINGO

“ Sed compasivos... ”


El Evangelio no está hecho a la medida del hombre, sino a medida de Dios. Jesús puede exigir amar hasta la locura, porque El ha sido el único que ha recorrido ese camino hasta el final.

según san Lucas 6, 27-38 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A vosotros los que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os calumnian. 

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, no le impidas que tome también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. 

Aunque para nosotros sea todo un logro el amar solo a quienes nos aman, el prestar a los que nos van a devolver lo prestado, no vamos más allá del horizonte estrecho de las relaciones humanas. Y para ese viaje no necesitamos estas alforjas de la fe.

Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores hacen lo mismo. 

Y si prestáis a aquellos de los que esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. 

Si amamos a nuestros enemigos vivimos del espíritu del mismo Dios, sino juzgamos ni condenamos, atestiguamos así que la gracia habita en nosotros, usar la misericordia con los demás es obrar como Dios, esa es la verdadera perfección.

Por el contrario, amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los malvados y desagradecidos. 

Ser cristiano es a la vez, tomar conciencia y vivir de la gracia de Dios dada siempre de forma gratuita, derramada con "una medida buena, apretada, remecida hasta rebosar".

Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida que midiereis se os medirá a vosotros»


Pero los cristianos estamos llamados también a practicar esa misma misericordia con los prójimos. También con nuestros enemigos. Esto es complicado ¿Cómo hacerlo? Trato de tratarles como el Señor me trata a mí.
 El perdón es la más profunda expresión de la misericordia y la mejor manera de alcanzar la serenidad del corazón. Nosotros pensamos que hay que tratar a los demás como se merecen. El Señor piensa que hemos de tratarlos mejor de lo que se merecen. Y si somos hijos de Dios tenemos que parecernos a Él.

jueves, 24 de febrero de 2022

EPOCA DE LOS PATRIARCAS

 PRIMERA ETAPA DEL PUEBLOS DE ISRAEL


Entre los años 2000 y 1700 a. c. , u grupo de emeigrantes bajan de la Alta Mesopotamía a Palestina en busca de buenos pastos


Ruinas de Ur
Están agrupados en clanes presididos por un jefe al que llaman Patriarca



La Era Patriarcal es la época de los tres patriarcas bíblicos: Abraham, Isaac y Jacob, según las narrativas de Génesis 12-50.

 PATRIARCA
Entre los años 2000 y 1500 en la media luna fértil –Mesopotamia, Siria-Palestina, Egipto-, hubo un gran desarrollo cultural. 
Los cananeos eran los habitantes de Siria-Palestina. Eran semitas. Se organizaron en ciudades estados, a la manera de los feudos de la Edad Media. 
Hacia el sigo XVIII a.C. aparece un movimiento migratorio importante llamado hicsos. Son grupos de asiáticos e indoiránicos que, en forma organizada, van bajando hacia el sur. Ocupan Siria meridional, Palestina, y se infiltran en Egipto, donde se establecen y dominan por casi dos siglos.


  

Arent de Gelder: God and the Angels visit Abraham
La Biblia nos da el nombre de algunos:
Abrahám, Isaac, Jacob y José

No hay ningún documento histórico sobre los patriarcas

Sus costumbres


Viven del pastoreo.
Son nómadas, van de un lugar para otro buscando el agua para su ganado.
Viven en tiendas,  recorren Palestina y sus regiones limitrofes en todas las direcciones, en busca de pastos y agua para sus rebaños.
No tienen tierra propia, a no ser, pequeñas parcelas adquiridas para enterrar a sus muertos.
No cultiban la tierra, ni viven en ciudades.

Normalmente mantenían buenas relaciones con los habitantes del país y compartían con ellos los pozos de agua y los pastos.

El Patriarca tenía todo los  poderes y derechos sobre el clan y su autoridad era aceptada y respetada.

RUTA DE LOS PATRIARCAS


los PATRIARCAS; pastores seminómadas, que bajando de la alta Mesopotamia, desde Ur de Caldea, fueron descendiendo por Siria y Palestina.


Su Religión

Los antepasados de los priarcas, fueron durante mucho tiempo páganos.
Según la tradicción de Ur-Jaram, se puede suponer que, la familia de abrahám, fue durante algún tiempo, adoradora de SIN




El culto estaba centrado en el sacrificio de animales. se relaizaba sin sacerdote y lo realizaba el padre del clan.


La fiesta mayor de estas personas era el comienzo de la transhumancia, en primavera, escogían u cordero joven, sin defecto alguno, y lo sacrificaban.

Este sacrificio aseguraba la fecundidad del ganado y la protección contra las enfermedades.

Esta fiesta con el tiempo se convertiría en la celebración de la Pascua.



Y Dios aparece en la vida de Abrahám


«Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. 2 »Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»

Dios se presenta como Alguién que se interesa por sus vidas.
No es posible saber que impulsó a Abrahám a prestar atención, a la voz desconocida, de un dios nuevo, que le hablaba.