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lunes, 16 de agosto de 2021

NOVENA A LA VIRGEN DE ALTAGRACIA TERCER DIA

 Bienaventurada Madre ante los ojos de Dios y, hermosa, fiel, pura y radiante ante los oojos de todos nosotros, que Tu Madre dia a dia nos contemplas desde tu trono.




Tu pueblo de Siruela que, desde  hace muchos años, te ve como un sendero para llegar a Dios, 

Madre si estomos contigo tenemos a Dios, tenemos a Tu Hijo y tenemos al Espíritu Santo.
Si nos alejomos de Ti lo  perdemos todo.


Siempre es necesario un camino para no perderse y un horizonte en el que clavar mis ojos,ese camino le recorro  de tu mano Madre.



TERCER DIA

Siempre es necesario un camino para no perdernos y un horizonte en el que clavar nuestros ojos,ese camino le recorremos  de tu mano Madre.

María, silenciosamente acompañada y rodeada de Misterios y lo haces así porque, tu vida, fue grande en el silencio porque, Dios, y nadie más, ocupó lo más santo de tus entrañas porque, Dios, y nadie más, gustó la beldad interna de tu cuerpo.




¡¡¡¡¡ OH MADRE QUERIDA!!!!!

Tu eres nuestra abogado y como menesterosas venimos a encomendarte nuesras necesidades.
Tu eres nuestra maestra  y como discípulos venimos a aprender los ejemplos de tu vida.
Tu eres nuestra Madre y como tus hijos venimos a ofrecerte todo el amor de nuestro corazón.


María, ¿subes o te llevan?
 ¡Te lleva, Virgen y Madre! 
¡Te lleva el Dios que te enamoró!
 ¡Te lleva, a su lado, el Dios que cautivó tu corazón! 
¡Te lleva, cerca de su trono, Aquel que por un Ángel te habló!
 Subes, Santa María, para recibir el premio por tanta locura de amor 
Subes, Santa María, para ser coronada por el mismo Dios ¿Subes, María, o te suben?


MEDITACIÓN ...................EL ASOMBRO

El asombro es pasmarse, extasiarse, dejarse arrebatar por un rayo de la luz de un misterio que no podemos comprender, pero sí contemplar. 
La capacidad de asombro, de maravillarse, conlleva la inocencia y la intuición, la capacidad de ver con ojos libres, sin juicios, y penetrar en misterios que a simple visto no se ven.

En estos años rodeados de tanttos problemas, en un mundo donde todo vale: ¿De que nos asombramos tu y yo?

El asombro de María al anunciar el Angel el nacimiento del Hijo de Dios y llamarla llena de gracia “se turbó”, se asombró ante aquel saludo...... y María le presenta el Sí con asombro ante el Misterio que palpa y a la vez no puede comprender.

La Anunciación no ha dejado a María como pasmada y alelada. No se queda mirando al cielo ni recogida en su casa. El contacto con Dios la ha puesto en marcha, le ha dado alas. Justo después de la Anunciación, Lucas utiliza dos verbos y un adverbio de movimiento: «En aquellos días, se levantó (anastsa) María y se fue (eporeúthe) con prontitud (spouds) a la región montañosa, a una región de Judá» 
 El significado de anístemi es «ponerse en pie», y su raíz se emplea para hablar de la resurrección, que en griego se dice anástasis. No creo que sea ir demasiado lejos columbrar que María «se levanta» a una vida nueva en el Espíritu, a la vida nueva de la resurrección. María es movida por el Espíritu. 

El otro verbo, poréuo -que aparece con mucha frecuencia en los evangelios-, suele significar, en la voz pasiva y en la voz media, caminar, desplazarse, marchar de un lugar a otro. María inicia una nueva andadura de creyente, una peregrinación. 

El adverbio, spouds, connota la combinación de prisa y entusiasmo: una prisa entusiasmada o un entusiasmo impaciente. Es lo que hoy, castizamente, se diría «marchosa».

José y María en Belén: ante el nacimiento del Hijo de Dios, José y María le contemplan asombrados: un niño como otro niño, tan pequeño, tan impotente, un niño que llora y que sonríe… y tal fue su asombro que quedaron sin palabras contemplando al Hijo de Dios y María conservaba todas estas cosas meditándolas en el corazón (Lc 2,19).




Ya sé que eres buena cual madre lo ha sido, por eso rendido te vengo a implorar. 
 Petición 

Pidamos a Nuestra Madre de Altagracia su fortaleza y poder así vencer todas dificultades.

A Ti venimos, Señora de Altagracia, Siruela entera te reza en su canción. Te está diciendo que eres nuestra Madre, Que cada hijo te da su corazón. 
 Tu imagen, Madre, es muy hermosa, Tu rostro vello es una flor. Mas el tesoro que nos ofreces, No está en tu imagen, está en tu amor. Cuando nacimos, tu gran ternura, Desde la ermita nos acogió.

 En nuestra muerte queremos Madre, En tu regazo, hallar a Dios. Aunque tus hijos se vayan lejos, Jamás reniegan de tu calor. Tú sabes, Madre, que te recuerdan, En la alegría y en el dolor. A hombros vienes como una Reina, Entre cantares como mujer. Y Dios te mira como a su Madre, Como este pueblo te quiere ver.​



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