SAL Y LUZ

 Dos imágenes de la vida de un buen cristiano

 Ha de ser sal y ha de ser luz. 

Sal y luz, ser diferentes de los que no creen y esperan en Dios no significa ser más que los que no creen y esperan en Dios, simplemente  diferentes.

Sal, no se puede confundir la sal con el azúcar se forma un gran desaguisado. Ser sal, la sal pica, el cristiano es sal y de los contrario es insípido pero en ningún momento tenemos que ser molesto  aunque de vez en cuando tenemos que romper esquemas.

Luz, no confundir la luz con la oscuridad no podríamos debatirnos en la vida porque no sabemos que es luz y que es oscuridad, que es verdad y que es mentira.

Los cristianos debemos tener sal y luz. Debemos “ser” sal y luz. Hoy te pedimos Señor que estemos donde estemos seamos sal y luz y  manifestar que somos cristianos, miembros de los amigos de Jesús

Existimos no para nosotros mismos sino para los demás. Lo nuestro es iluminar un mundo envuelto en tinieblas, totalmente desorientado, sin saber adónde va. Un mundo que ha perdido el norte y el sentido de la vida. Lo nuestro es sazonar un mundo demasiado soso, demasiado cansado y aburrido. Lo nuestro no es ser fuegos artificiales que deslumbran un momento y se apagan.