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martes, 24 de marzo de 2020

PISCINA DE BETHESDA







 La Piscina o estanque de Bethesda o Probática fue originalmente el nombre de una piscina en el Barrio Musulmán Jerusalén,

POOL OF BETHESDA

 La piscina fue excavada durante el siglo VIII a. C. y se llamó la piscina alta - 'בריכה העליונה'.


Una segunda piscina, conocida como piscina lavadora, fue excavada en el siglo III a. C. por Simón, el sumo sacerdote. Estas eran usadas para lavar ovejas antes de sacrificarlas en el templo de Salomón. Este uso dio a sus aguas un halo de santidad y muchos inválidos llegaban a ellas para intentar conseguir su curación.


 Se dice que su nombre deriva del idioma arameo beth hesda, que significa "casa de gracia" -בית חסדא -


esta piedra es parte de las columnas de la balaustrada que rodeó la piscina de Bethesda.

Según el Diccionario Ilustrado de la Biblia, Bethesda significa casa de la misericordia, un embalse (Gr. kolumbethra, "una piscina") con cinco portales, cerca de la puerta de las ovejas o de mercado (Nehemías 3:1; Juan 5 : 2).


Eusebio de Cesarea lo denomina "la piscina de las ovejas". También es llamado "Betsaida" (no confundir con Betsaida, una localidad de Galilea) y "Beth-zatha" (Juan 5:2, RV marg.).

RUINS,BETHESDA POOL
 Bajo estos "portales" o columnatas hacían habitualmente fila los enfermos para la curación mediante el agua.


 Uno de los milagros más famosos descritos en el Evangelio de Juan (5,2-9) cuenta cómo Jesús curó a un hombre paralítico que estaba sentado junto a un “estanque” o “piscina” que tenía “cinco pórticos” y que recibía el nombre hebreo de “Betesda”, que quiere decir “casa de la misericordia” o “casa de la gracia”.


Durante siglos, los historiadores intentaron localizar dicha piscina. Algunos de los “candidatos a estanque de Betesda” más notables incluían el Birket Israel (Estanque de Israel), ubicado cerca de la boca del valle de Cedrón, en el lado oriental de la Ciudad Vieja de Jerusalén, y la ahora denominada Fuente de la Virgen, en el valle de Cedrón, no lejos del estanque de Siloam.

 Sin embargo, ninguna de estas opciones encaja lo suficiente con la descripción de los “cinco pórticos” de Juan así que, durante mucho tiempo, se supuso que la piscina de Juan era más una creación ficticia que un emplazamiento histórico real.

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En el siglo XIX, el arqueólogo alemán Conrad Schick descubrió un tanque enorme ubicado a unos 30 metros al noroeste de la iglesia de Santa Ana, al inicio de la Vía Dolorosa en el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

Schick es especialista en sistemas de agua en la antigua Jerusalén y no tardó en descubrir que el estanque coincidía con la descripción de los “cinco pórticos” de Juan. De hecho, se componía de dos cavidades separadas por un muro, sumando un total de cinco “muros”.


Ciertamente, el Evangelio de Juan menciona que el paralítico y otras personas discapacitadas se sentaban junto a la piscina y esperaban a que el agua se agitara para introducirse y sanarse. De hecho, se creía que una vez al día un ángel descendía a la piscina, causando el movimiento del agua, y que la primera persona que entrara en la piscina en ese momento quedaría curada.


Esto confirma la existencia de “escalones” en los que se sentarían las personas a esperar, además de una precisa historia de curación que precedió la visita de Jesús. Era un hecho común a lo largo del mundo helenizado construir “baños curativos” junto a manantiales naturales, cercados por columnas. Los enfermos bebían y se bañaban en las aguas y luego dormían dentro del templo, de forma similar a lo descrito por Juan en el Evangelio.
 



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