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lunes, 9 de abril de 2018

JESÚS NAZARENO EN SU ERMITA

«Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese así mismo, tome su cruz y sígame» (Mt 16,24).

 Desde que yo recuerdo, en Siruela,  en la mañana del Viernes Santo recordamos y revivimos los últimos acontecimientos de la vida de Jesús.



La cruz. Instrumento de una muerte infame.

No era lícito condenar a la muerte en cruz a un ciudadano romano: era demasiado humillante. Pero el momento en que Jesús de Nazaret cargó con la cruz para llevarla al Calvario. marcó un cambio en la historia de la cruz. De ser signo de muerte infame, reservada a las personas de baja categoría, se convierte en llave maestra. 

Con su ayuda, de ahora en adelante, el hombre abrirá la puerta de las profundidades del misterio de Dios. Por medio de Cristo, que acepta la cruz, instrumento del propio despojo, los hombres sabrán que «Dios es amor»

Amor inconmensurable: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16).

Esta verdad sobre Dios se ha revelado a través de la cruz. ¿No podía revelarse de otro modo? Tal vez sí. Sin embargo, Dios ha elegido la cruz. El Padre ha elegido la cruz para su Hijo, y el Hijo la ha cargado sobre sus hombros, la ha llevado hasta al monte Calvario y en ella ha ofrecido su vida.



En la cruz está el sufrimiento, en la cruz está la salvación, en la cruz hay una lección de amor.

 La Cruz es signo de un amor sin límites Cae por agotamiento. Tiene el cuerpo ensangrentado por la flagelación, la cabeza coronada de espinas Le faltan las fuerzas. Cae, pues, y la cruz lo aplasta con su peso contra la tierra.
Jesús cae y se levanta. De este modo, el Redentor del mundo se dirige sin palabras a todos los que caen. Les exhorta a levantarse.


Cristo se desploma de nuevo a tierra bajo el peso de la cruz. La muchedumbre que observa, está curiosa por saber si aún tendrá fuerza para levantarse.
Reflexión, San juan Pablo II
ORACIÓN

Señor,  tres veces has caído y te has levantado.
Y todo por nuestra culpa.
 En tu fuerza Señor confio  y espero oir de tus labios
cuando yo caiga......
 ¡ adelante y vuelve al camino ¡ Amen









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