EL PIONONO
Es un dulce de reminiscencias moriscas, elaborado con bizcocho, crema y canela, y emborrachado en un exquisito jarabe muy dulce que le da una textura muy agradable y fresca.
La historia de este pastelillo aristocrático y de puro vicio no tiene desperdicio.
Arranca en 1897, cuando Ceferino Isla González que ya había sido aprendiz interno en el obrador de Manuel "el Gallego", se estableció en la Calle Real de Santa Fe de Granada, abriendo su propio obrador de pastelería.
El buen hombre era devoto de la Virgen y quiso rendir sentido homenaje al Papa que en 1854 proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de María, que no fue otro que Pío IX. conocido como Pio Nono
Además, quería recordar su figura de aspecto cilíndrico algo rechoncha, revestida con un balandrán blanco (canastilla de papel en cuyo interior se deposita el bizcocho humedecido) y una coronilla de crema azucarada y tostada sobrepuesta al cilindro de bizcocho.
invento no pudo salirle más apetitoso.
En 1916, el rey Alfonso XIII se enamoró del pastel y como las alacenas reales debían estar bien surtidas, obsequió a Casa Isla con el título de suministradores oficiales de la Real Casa.
La única pega que le encontramos al invento es que incita al noble pecado de la gula.
Su coronilla tostada hace los deleites de quienes van a Santa Fe o se llevan de allí esta exquisitez.
La Casa Isla de Santa Fe ha sido el único local comercial granadino que, desde su fundación, no lucía a la Virgen de las Angustias, sino un retrato a lápiz enmarcado del Papa Pio IX.
Estatua del inventor del pionono en Santa Fe
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