CORPUS DE 2014
La mañana del Corpus Christi de 2014 ha estado marcada claramente por su público, en proporciones bastante menores de lo acostumbrado.
El tiempo, moderadamente caluroso para ser una fecha tan adentrada en el calendario, no ha sido suficiente reclamo para los devotos,
que previsiblemente han optado por seguir la Coronación del flamante Rey de España, Su Majestad Felipe VI.
En torno a las 11:15, las campanas de la torre repicaban en honor del Rey, cuando San Isidoro enfilaba Alemanes buscando el penúltimo giro de su procesión.
Ya habían entrado los Niños Carráncanos, a las 10:30, como es precepto, Santa Ángela y las Santas Justa y Rufina.
Un tramo del cortejo que, en las primeras horas, había desfilado con una escasa hilera de público flanqueándolo. En puntos tan señeros como la avenida de la Constitución.
Calle Franco
Tampoco era difícil adentrarse por Argote de Molina, ni siquiera por Francos, calles de usual masificación en las que, en este 2014, las protagonistas han sido las sillas.
De las que se alquilan, no de las «ilegales». Así, la angosta calle ha actuado a modo de Carrera Oficial de la Gloria.
Las tecnologías, útil indicativo de las concurrencias en los tiempos que corren, permitían hacer veloz uso de las redes sociales, algo que en grandes aforos como la Semana Santa o la Feria de Abril se hace imposible.
Glorioso mediodía
Las temperaturas fueron subiendo como también lo hizo la presencia de público.
Desde una agradable mañana, con suave brisa, en las primeras horas, a un sol de los que calan bajo el oscuro traje de las infinitas representaciones que integran el cortejo. Imposible de retener para buena parte de los asistentes, que aprovechaban el tiempo entre paso y paso para deleitarse con los imponentes altares dispuestos.
La ceremonia con la que avanza San Fernando, acompañado por la Banda Municipal, generó su habitual expectación.
La Inmaculada dejó entrever como, en cierto modo, las hermandades que exornan los pasos terminan imprimiendo su impronta.
Como ocurre con El Silencio en la Purísima. Tras ella la alegría del Niño Jesús del Sagrario, con su dulce tintineo. Sonido casi reproducido por la Custodia Chica.
La plaza del Salvador siempre es garantía de estampas primorosas. Hoy ha vuelto a serlo, gracias al exorno floral, con tonalidad violácea, que remataba los mástiles que sujetan los habituales toldos que alivian del calor en el verano de Sevilla.
Toldos que filtraban la luz de una particular forma, generando agradables destellos en los pasos que portan elementos de plata, en especial, la Soberbia Custodia de Arfe.
El noveno paso, que cierra el cortejo, avanzaba desde la calle Cuna a escasos minutos del mediodía. Fue entonces cuando Sevilla se vistió de Corpus.
Muchísimo más público que en horas precedentes. El sol, en su punto más alto, apretando temperatura. Y, como no, las clásicas estampas.
Las de los fieles arrodillándose ante el Santísimo. Dando gracias, un año más, de poder contemplar la belleza del Corpus Christi de Sevilla.
Fuente sevilla.abc.es
POR LA TARDE
Finalizada la procesión del Corpus, el paso del Señor de la Sagrada Cena regresó a su templo de los Terceros con una gran cantidad de público a su alrededor y acompañado musicalmente por la Banda de Cornetas y Tambores de Las Cigarreras.
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