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viernes, 5 de abril de 2013

PROCESIÓN DEL JUEVES SANTO, ENTRADA EN LA IGLESIA

La noche cae, el frío y el viento aumenta pero el Hijo y la Madre Dolorosa siguen su

recorrido acompañado de muchas personas. 
 
  En el silencio de la noche solo interrumpido por los cánticos y sonido de los tambores ,
Ellos tienen su corazón abierto a nuestras suplicas, nuestras oraciones, nuestros agradecimientos a tantos favores concedidos. 
 
 
Nuestro Padre Jesús, un año más, ha recorrido las calles de Siruela con su Cruz a cuesta. 

La cruz, señal de la vergüenza por excelencia fue abrazada con fuerza, en silencio y con amor por el Hijo de Dios. 

 
Un romano jamás podría ser condenado a muerte de cruz, por ser el máximo símbolo de la deshonra, reservada a los peores criminales.
Como un criminal condenado a morir en la cruz.
  
 
 
 
 
 
 
  La Madre de Jesús llora y sufre la angustia de ver  a su Hijo cargar con la cruz como la haría cualquier madre y
 
 
sin comprender nada pero acepta, una vez más, porque es la voluntad de Dios. 
 
 
 

 
 
 
 
 

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