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lunes, 24 de octubre de 2011

PROCESO DE CANONIZACIÓN

Rechazada por sus hijas de Salamanca y, llena de confianza en Dios, comienza a decir a las hermanas de Zamora: “cuando yo muera”, segura de que la unión se realizaría cuando ella faltase.
Con esta esperanza, rodeada del cariño de su comunidad y de la gente de Zamora que la veneraban como a una santa, fallece en esta ciudad el 8 de agosto de 1905, siendo enterrada en el cementerio de San Atilano de Zamora.

Cementerio de Zamora

Cuando su vida se apaga, escondida y fecunda como grano de trigo echado en el surco, Bonifacia Rodríguez deja como herencia a toda la Iglesia:

— el testimonio de su fiel seguimiento de Jesús en el misterio de su vida oculta en Nazaret,
— una vida trasparentemente evangélica,
— y un camino de espiritualidad, centrado en la santificación del trabajo hermanado con la oración en la sencillez de la vida cotidiana.

Sus restos fueron trasladados en 1945 a Salamanca donde reposan, desde 1949, en un mausoleo construido en la capilla del Colegio de la Casa Generalicia de las Siervas de San José.
El Papa proclama santa a Bonifacia Rodríguez de Castro

Aunque el rechazo de Bonifacia Rodríguez por parte de las Siervas de San José durante los primeros años causo casi el olvido de su obra dentro de la Congregación, las Siervas de San José recuperaron su memoria en 1936, la reconocieron como fundadora en 1941.

El 8 de junio de 1954, a raíz de la solicitud del consejo general de las Siervas de San José, se abrió en Zamora el proceso de Canonización, en la iglesia San Juan Bautista.

Archivo:Zamora - Iglesia de San Juan.jpg


El 1 de julio de 2000 el Papa Juan Pablo II promulgó el decreto sobre las virtudes heroicas de Bonifacia, y el 20 de diciembre de 2002 se reconocía como milagrosa la curación de una chica ocurrida en Barcelona.





La Madre Bonifacia, como se la conoce en Zamora, fue beatificada por Juan Pablo II en Roma el 9 de noviembre de 2003, estableciendo como su día festivo el 6 de junio.
Desúés de la proclamación fueron donadas al Papa reliquias de los nuevos beatos. Las de Bonifacia Rodríguez fueron extraídas de las vértebras y las costillas




La beatifica un Papa que trabajó como obrero en una cantera y una fábrica de productos químicos igual que Bonifacia lo hizo en sus talleres de Salamanca y de Zamora.



Palabras del Papa en la Homilia......"Las palabras de Jesús en el Evangelio proclamado hoy: "No hagáis de la casa de mi Padre una casa de mercado" (Jn 2, 16), interpelan a la sociedad actual, tentada a veces de convertir todo en mercancía y ganancia, dejando de lado los valores y la dignidad que no tienen precio. Siendo la persona imagen y morada de Dios, hace falta una purificación que la defienda, sea cual fuere su condición social o su actividad laboral.



A esto se consagró enteramente la beata Bonifacia Rodríguez de Castro, que, siendo ella misma trabajadora, percibió los riesgos de esta condición social en su época. En la vida sencilla y oculta de la Sagrada Familia de Nazaret encontró un modelo de espiritualidad del trabajo, que dignifica la persona y hace de toda actividad, por humilde que parezca, un ofrecimiento a Dios y un medio de santificación.



Este es el espíritu que quiso infundir en las mujeres trabajadoras, primero con la Asociación Josefina y después con la fundación de las Siervas de San José, que continúan su obra en el mundo con sencillez, alegría y abnegación"...






EL 27 de Marzo de 2010 el papa Benedicto XVI ha autorizado la promulgación del Decreto que reconoce como milagrosa la curación de Kasongo Bavon, ocurrida en R.D. del Congo en Junio y atribuida a la intercesión de Bonifacia Rodríguez de Castro. Este Decreto abre la puerta a su CANONIZACIÓN, que tendrá LUGAR EL 23 DE OCTUBRE EN ROMA.

 
El milagro que impulsa la canonización de la Madre Bonifacia Rodríguez de Castro es la inexplicable curación del congoleño Kasongo Bavon.
Este joven llegó a un hospital de las Siervas de San José en la región de Katanga afectado de peritonitis tífica con perforación intestinal con posterior peritonitis plástica y fístula enterocutánea, una enfermedad que lo mantenía al borde de la muerte. El enfermo fue operado y, contra toda esperanza, se curó de forma «rapidísima, perfecta y duradera», según el informe de la causa de canonización.
 Para los médicos que han estudiado el caso, la sanación de Kasongo Bavon no puede explicarse con la ciencia.
Las religiosas del hospital, el médico que le operó y todo el personal sanitario del centro afirman que pidieron la intercesión de la Madre Bonifacia para conseguir su curación. Bavon, que hoy tiene 41 años, goza de una excelente salud.


Fotos de la Beatificación cedidas por
BONIFACIA RODRÍGUEZ CASTROBonifacia Rodriguez Castro

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