Juan Pablo II confiaba en la Divina Misericordia
Juan Pablo II, falleció en las primeras visperas del Domingo de la Divina Misericordia en el 2005, seguramente el santo padre, murió porque la Divina Misericordia quiso atraerle hacia ÉL.
Juan Pablo II falleció a las 21,37 horas del Sábado, al concluir la Santa Misa del Domingo de la Divina Misericordia celebrada en polaco en su habitación, presidida por monseñor Dziwisz, fiesta que 5 años ante había instituido él.
Juan Pablo II había preparado una alocución para el Domingo de la Divina Misericordia, que no pudo pronunciar, pues la víspera fue llamado a la Casa del Padre. Sin embargo, quiso que ese texto se leyera y publicara como su mensaje póstumo: «A la Humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, el Señor resucitado le ofrece, como don, su amor que perdona, reconcilia y suscita de nuevo la esperanza. Es un amor que convierte los corazones y da la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Misericordia divina!»
Un regalo a la Iglesia
Monseñor Boccardo considera «que la fiesta de la Divina Misericordia es un don que Juan Pablo II hizo a la Iglesia. Un don que responde probablemente también a una expectativa de nuestro mundo, que experimenta más que nunca esta necesidad de misericordia y de bondad. Y sabemos que el manantial de la misericordia y de la bondad está en el corazón de Dios.
Es importante que la Iglesia se convierta cada vez más, como repitió con frecuencia el Papa, en servidora de esta misericordia y de esta bondad de Dios. Dedicar una jornada a la celebración y proclamación de la misericordia de Dios, que a través del sacrificio de Cristo llega a todos los hombres, se convierte en una obra de evangelización», concluye.
Juan Pablo II es el apóstol de la Divina Misericordia: quien así lo afirma y demuestra es uno de los más grandes teólogos contemporáneos, su gran colaborador como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y sucesor en la sede de Pedro.
No es casualidad que Benedicto XVI haya escogido como fecha para la beatificación de Karol Wojtyla el día de la Divina Misericordia, el primer domingo posterior al domingo de Pascua, una fiesta litúrgica que el Papa polaco introdujo en el calendario de la Iglesia como legado de su pontificado.
En la Misa de exequias del Papa Juan Pablo II, el 8 de abril de 2005, en la plaza de San Pedro, del Vaticano, ante los grandes de la tierra, entre quienes estaban los Presidentes de Estados Unidos e Irán, el cardenal Ratzinge,r aquel día, explicó, resumiendo el pensamiento de Juan Pablo II, que «el límite impuesto al mal es, en definitiva, la Divina Misericordia. Cristo, sufriendo por todos nosotros, ha conferido un nuevo sentido al sufrimiento; lo ha introducido en una nueva dimensión, en un nuevo orden: el del amor… Es el sufrimiento que quema y consume el mal con la llama del amor, y obtiene también del pecado un multiforme florecimiento de bien». Pero, ¿cómo puede explicarse esta respuesta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario