La iglesia es preciosa. Al llegar se entrevé imponente entre altas paredes. Pero lo que más llama la atención –a mí al menos- es bajar a la cripta y encontrarse con la imagen de la Virgen durmiente, antes de ser llevada al cielo. Se encuentra en el centro de una estancia amplia. El lugar y la imagen invitan a rezar.
La Abadía de Hagia María en Sión es una abadía Benedictina en Jerusalén, en Monte Sion cerca de las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, cerca de la Puerta de Sión. Se encuentra en el lugar en el que, según la tradición, tuvo lugar la Dormición de la Virgen.
En este lugar originalmente había una Iglesia Bizantina conocida como la Santa Sión, la Madre de todas las Iglesias, pero fue destruida por los persas en el año 614. La actual iglesia fue construida entre los años 1901 y 1910 por los Padres Benedictinos. La Iglesia de la Dormición, también conocida como la Abadía de la Dormición, es uno de los hitos más destacados de Jerusalén.
La bóveda del ábside es un mosaico de la Virgen y el Niño. La principal característica de la iglesia es la Capilla de la Dormición en la cripta situada en la parte inferior de una escalera en espiral. La estatua de tamaño real que retrata la Virgen María yacente tiene encima -en la cúpula- un mosaico que representa a Cristo recibiendo su alma.
Normalmente los peregrinos la visitan cuando van al monte Sión camino del Cenáculo. Vale la pena ir al rezar a la Virgen al lugar en el que la tradición dice que nuestra Señora fue llevada a los Cielos en cuerpo y alma por la Trinidad Beatísima.
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